Las aéreas protegidas, constituyen las cuentas de ahorro en términos de la biodiversidad, el acervo genético y socio-cultural, imprescindibles para las generaciones del presente y del porvenir. Distintas administraciones de gobierno, han mostrado interés en dejar a las generaciones futuras, un legado con la mayor representatividad del territorio nacional, de sus eco-sistemas.
Para dicha tarea, se ha actuado con una alta apreciación (emoción) de los valores contenidos en los espacios naturales y patrimoniales, pero se adolece del correspondiente entendimiento de los factores a tomar en cuenta, para la debida y armoniosa perpetuación de los valores que encierra una zona protegida y la función dentro del socio-sistema. En realidad, es reducido el número de aéreas protegidas que disponen de los estudios requeridos para ser declaradas como tales y peor aún, después de establecidas legalmente, carecen de los correspondientes mecanismos de vigilancia y supervisión.
Para adoptar las decisiones que conllevan a declarar un área protegida, en cualesquiera de las categorías de conservación, aceptadas por Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), se ha venido aplicando un enfoque ECO-CENTRICO o estrictamente conservacionista. Claro, varios de los promotores de dicho esquema, carecían del entendimiento (conocimiento) que le permitiera considerar la variable del FACTOR HUMANO.
La visión ECO-CENTRICA, es apropiada para grandes extensiones territoriales (Parque Nacional Yellowstone, Planicies Africanas), donde aparecen extensas representaciones de eco-sistemas prístinos o en peligro de perturbación por el hombre o exceso de pasturaje, pero ese modelo para territorios reducidos (como la República Dominicana), no funciona, especialmente cuando los límites de la conservación se remueven para dar paso al desarrollo o a la subsistencia…
Las comunidades adyacentes a los espacios protegidos, que necesitan utilizar los recursos, amenidades y oportunidades para subsistir, deben ser aliadas o considerarse parte de los mismos.
Por otro lado, la visión ANTROPOCENTRICA es atribuida a los desarrollistas (o criterio de los forestales). Este enfoque no es antagónico con el modelo ECO-CENTRICO, más bien, es más abarcador porque incluye al elemento inteligente de un ECO-SISTEMA, el ser humano.
En lo que concierne a la ampliación del Sistema de Aéreas Protegidas (SINAP), un país como la República Dominicana, no debe proceder basado en la EMOCION, pues gran parte del territorio está habitado, con el agravante de que la dinámica de crecimiento poblacional actúa para “invadir” el elemento estático: la tierra.
El modelo que aplica este gobierno, el ser humano no importa, el derecho privado tampoco importa. El conocimiento, el aprendizaje, la interacción comunidad/recursos no tienen espacio para generar conocimientos, para practicar la sostenibilidad, para convivencia armoniosa considerando al SER HUMANO como parte de un esquema HIBRIDO, que no prevalezca uno ni el otro, para evolucionar a un SOCIO-SISTEMA y que se acaben LOS CONFLICTOS!!!