Asesinos inmundos, han perdido vuestras almas en una imprenta…

 

" Por el pájaro enjaulado
Por el pez en la pecera
Por mi amigo que está preso
Po que ha dicho lo que piensa
Por las flores arrancadas
Por la hierba pisoteada
Por los arboles podados
Por los cuerpos torturados
Yo te nombro Libertad ".

Paul Eluard (Libertad yo te nombro, escrito en París en 1942.)

En 1966, ni Rene Clement ni Francis Ford Coppola y mucho menos Gore Vidal, respectivamente director y guionistas de ¿Arde Paris? ( 1966 ), pensaron que 49 años luego ese mismo título se podría utilizar para calificar estos tres días horrendos de sangre-ficción y tristeza en capital de la ilustración.

Estos asesinos fanáticos de velos y chador de machismo coranizado, bagazos armados contra ciudadanos cuya labor es mirar la sociedad y auscultarla  haciendo uso del humor y el talento, que la libertad de expresión y de conciencia permite en una democracia.

¿Pensaban entre granadas y explosiones haber echado las bases para un Califato francés?… ¿Aquel lugar  donde la laicidad libra una fiera batalla contra un integrismo que quiere desafiar la laicidad como un valor primordial de la República?..¿Dónde creyeron que fueron?…

Me pregunto si arde Paris, y yo mismo me respondo: arden muchos corazones sobre esta tierra de hombres y mujeres que no sabrían vivir si no es en libertad y con derecho a expresar con libertad plena lo que piensan de su entorno y lo que sienten.

Estos sujetos en su adoctrinamiento, tienen anexo una ideología sangrante, un mandato para derramar la sangre ajena.

Su orgía de sangre  es tal, que ya sin darse cuenta han matado a ráfagas su propio  profeta miles de veces, han ametrallado a su propio Corán, seudo baluarte de creencia para ocultar una sed de crimen y venganza contra cualquier ciudadano, libre y ejerciendo sus derechos en el país que le vio nacer, en este caso Francia.

Si arde Paris, si arden los sentimientos por la libertad y la urgente necesidad de que la gente no sea asesinada por desconocidos que de modo anónimo quieren implantar la barbarie de prejuicio religioso como dogma autocrático, será porque un frio dolor hace llegar lejos el pensamiento de la verdad vívida: un gobierno del terror vestido de fantasma entra al mapa de la democracia occidental (con todos sus defectos criticables y aún falta de superación) y quiere designios de muerte y luto en nombre de una causa que más se sabe perdida, mas ataca a las sociedades en la mira.

Las caricaturas como espejo de las sociedades donde están arraigadas

En occidente hay una vasta cultura de las caricaturas, de la Bande Dessine (para los franceses) Comic para el mundo anglosajón y Fumetto para los italianos que, junto a ingleses y franceses, tienen en Europa la historia más intrépida y emocionante. Los españoles le llaman Tebeos y tienen una gran afición; tan importante que en el período  franquista existía la famosa Cordorniz, opositora a  Francisco Franco y su dictadura, con humor ácido y devorador.

En la transición hacia la democracia Jaume Perich, Chumy Chumez, El Roto, Forges. Máximo (+) y Mingote (+) cada uno de sus posiciones dieron vida a las revistas y periódicos de aquel tiempo.

En España es normal que este momento trágico haya tenido resonancia, porque allí se recuerda el tema de la censura y la dictadura, un poco lo que estos asesinos han querido hacer: censurar con balas y muerte la libertad de una revista que por sus ideas se ha enfrentado a muchos  atentados.

En Inglaterra, por ejemplo los llamados Cartoons en los periódicos existen desde  el siglo XVII, para sólo poner un ejemplo.

El uso político de esta forma de arte, se debe recordar, hizo que el nazismo persiguiera a muchos artistas de la grafía en Inglaterra, durante la segunda mundial. Se comentaba en los servicios de inteligencia de la  época, que a Hitler le molestaba el dibujo de sus bigotes…

Los muñequitos o paquitos, como llamamos los dominicanos a las caricaturas, en el mundo  occidental -Europa en especial-  forman parte de un tinglado mediático pedagógico que va creando desde temprana edad aficiones y claves de adhesiones por gusto y selectividad.

Para entender mejor lo que la Tragedia Francesa de Charlie Hebdo significa, se debe entender que Francia existe una arraigada cultura de la Band Dessinè, como ellos le llaman a sus muñequitos, y que a lo largo de muchas décadas esa preferencia del  público ha hecho un mercado de revistas que tiene millones de lectores. Ha sido siempre en Francia e Italia, donde los caricaturistas son verdaderos Divos, estrellas del dibujo, figurantes activos de la televisión, espacio que ha mostrado al detalle formas del oficio.

El caso de Charlie Hebdo, en especial, nació de la revista Harakiri hacia los años 90 del siglo XXI.

Semanario satírico francés de izquierdas (en la extrema izquierda francesa, según la agencia BBC) fundado en 1992 y que tomó su nombre de una publicación satírica anterior que existió entre 1969 y 1981 (primero como Hara-kiri, Hara-kiri Hebdo y finalmente como Charlie Hebdo). Según Charb,  director de la publicación hasta el 7 de enero 2015, la redacción de la revista refleja “todos los componentes de la izquierda plural, incluso de los abstencionista”.

Charlie Hebdo se focaliza en el tema de la autocracia musulmana, a raíz de la polémica originada en la Europa del Norte con el periódico Jyllands-Posten,  de Dinamarca, en el 2006.

Confiados en el ejercicio de sus libertades como ciudadanos, dieron la pelea y apostaron a aquel diario ante las amenazas de radicales musulmanes.

Cuando se declaró la guerra al escritor Salman Rushdie, por los famosos versos coránicos blasfemos (novela Versos Satánicos), fue en esa publicación donde se publicó el manifiesto de los intelectuales.

Hacia el 2006 fue demandado por unas autoridades eclesiásticas musulmanas, las cuales sin estar en su país, han querido a toda costa imponer leyes y estilos de vida que no corresponden con el sistema que el pueblo francés, organizado políticamente, se ha dado de manera democrática.

Lo de Charlie Hebdo ha sido una credulidad en su sistema y en sus derechos, lo cual nos llevaría a otro debate.

La libertad de expresión, las caricaturas a Mahoma y el humor político

El mundo occidental tiene diversas formas de ver y utilizar el humor como forma libre de expresión.

Nada justifica estos crímenes y amenazas constantes, habida cuenta de que Charlie Hebdo nunca ha respetado ni Catolicismo, ni Judaísmo, ni protestantismo. Para hacer humor con temas confesionales a todos les ha tratado igual, pero a todos.

La saña contra Charlie Hebdo ha sido por su persistencia, por lo corrosivo de su humor  que pone en ridículo una religión y a sus practicantes que pretenden imponer de modo cautivo y por la fuerza formas y  visiones que sólo ellos deben practicar si desean, y que no pueden pretender imponerlo al mundo cuya cultura está basada en otros valores y otras miradas antropológicas.

Eso ellos –los fanáticos religiosos- no lo entienden y se sienten con el derecho de asesinar a todos aquellos que no piensen como ellos.

Craso error, parece que esta post modernidad los musulmanes radicales quieren retrotraerla al tiempo de las batallas medievales campales y convertir cada capital de Europa en una guerra en medio de la libertad.

No se puede dar ningún paso atrás ante esta maldita barbarie, pero ni para coger impulso.

Porque la democracia desde su nacimiento ha tenido que cohabitar con las caricaturas, desde la Civilización Greco-Romana a nuestros días.

La crítica que hace el artista del lápiz pone a prueba la tolerancia de la democracia y el respeto que ella misma debe hacer de sus normas internas ante la expresión de libertad de sus ciudadanos y ciudadanas.

En nombre del enojo ideológico, en nombre de la religión como creencia  fanática mal concebida, porque no respeta la otredad, en nombre de las ráfagas como sistema de debate de las "ideas ", en fin, en nombre de la barbarie. Ninguna sociedad de Occidente podrá sobrevivir sin defenderse de modo firme, ante tanta criminalidad disfrazada de ideología teocrática.

Este 11 de enero la Marcha Republicana: todos fuimos Charlie Hebdo, todos fuimos Francia

¿Arde París? ¿Arde la rabia? ¿Arden los corazones de tristezas y dolor?

Si este domingo 11 de enero de 2015 ardió  París y el mundo contra la sangre derramada por tunantes sin techo ni ley, ardió París de manos solidarias, de recuerdo y compromiso contra el crimen.

Este domingo en la Marcha Republicana vimos el ejemplo de una nación y pueblo que tienen el temple para asumir las agresiones con decoro y arrojo.

Sí, ardió París con millones de personas por toda Francia contra el crimen y el terror, contra la barbarie de desalmados de la historia que creen que por la fuerza de las armas y la sangre ajena podrán imponer sistemas de fuerzas uniconfesionales.

Sí, este domingo ardieron las calles de París, porque un gran pueblo -repleto de historia y de deber- salió a las calles para darles la bofetada moral y colectiva a unos asesinos de barricadas que al final -paradoja del destino y la historia- han dejado sus almas en el piso de una imprenta, estaban signados a morir bajo el signo de la tinta.