Casi finalizamos el año y como sociedad observamos tantos frentes abiertos de corrupción, de un Poder Judicial podrido y repartido entre un mismo partido, de carencia en hospitales públicos y el festín de millones diarios provenientes del erario para cosas pueriles por parte del gobierno, de oídos sordos de un presidente que no escucha al pueblo solo con la obsesión de construir escuelas como si esa fuera la única solución al deteriorado sistema de educación pública de esta media isla, observamos un proselitismo gastado y añejo y una inservible oposición y por supuesto, la violencia en las calles nos come, pero aquí no pasa nada.
Nada ocurre en una sociedad acostumbrada a la mediocridad en sus instituciones, a escándalos diarios de corrupción gubernamental amparada por éste y en esos líderes que se erigen en que lo pueden todo, y al final no resuelven nada. No pasa nada porque Salud Pública no haya implementado una campaña de fumigación nacional fuerte para acabar con el nefasto dengue, en vez de enterrar ciudadanos de todas las edades por tanta negligencia y falta de educación al respecto, incluso en los mismos hospitales y en quienes han atendido a los enfermos. Todo esto a sabiendas de que estamos en el trópico y tanto el dengue como otros mosquitos nos atacan de manera reincidente.
Aquí tampoco pasa nada, cuando la basura en las calles y avenidas del país tragan a los ciudadanos y uno se pregunta, ¿qué hace Roberto Salcedo con años dirigiendo el Ayuntamiento que no resuelve esto definitivamente?, luego recuerdo "Brillante Navidad" y veo que vale más la pena poner bombillitos multicolor que recoger la basura. Por cierto, también pregunto ¿qué ha hecho Salcedo todos estos años que valga la pena resaltar?, ejemplo, ¿Tenemos acaso alguna campaña o proyecto de trabajo sobre aprender a reciclar nuestra basura? no, porque apenas se recoge. En momentos en que los grandes países del mundo reciclan hace años sus desperdicios y debaten para contra atacar los efectos del cambio climático, la basura forma parte de esto y nosotros andamos en pañales.
Además, no pasa nada con las cantidades de operaciones organizadas en la eterna y tonta lucha contra el narcotráfico y los alijos que cada semana se encuentran en un país puente de comercialización de droga cuando las mismas autoridades están metidas hasta las cejas en ese tráfico.
No pasa nada en esta isla donde se cambia la Constitución a gustos presidenciales para prolongar una gestión que ya lleva 15 años del mismo partido, bajo las alianzas más surrealistas en la historia.