En el día de ayer el dictador Rafael Leonidas Trujillo hubiese cumplido 130 años de nacido. Con motivo de ese evento compartí en mi instagram @aprendoconrafael una foto del tirano con la siguiente pregunta ¿Si tuvieras a Trujillo en el frente qué le dirías?

Al momento de escribir este artículo la publicación llevaba 40 comentarios y solo dos eran en críticas, los demás eran loas a Trujillo.

Algunos decían que ha sido el mejor presidente de este país, que lo extrañan, que jamás nacerá otro líder como él, que seguía siendo el jefe, etc.

Un seguidor me envió unas fotos de una supuesta misa que se realizaba en San Cristóbal a la memoria de Trujillo en una iglesia que el construyó y la fila de vehículos era enorme. Todo eso me hizo preguntarme ¿en realidad la gente es consciente de lo que dice cuando afirma que aquí hace falta un Trujillo?

Sin lugar a dudas que el país está viviendo un vacío de autoridad en todo el sentido de la palabra. La gente ha perdido el respeto y con frecuencia observamos en las redes videos de peleas entre policías y civiles, cosa que jamás pensaríamos ver.

Ante el aumento de la percepción de inseguridad pública y la ausencia de políticas efectivas de parte de los gobiernos muchos ciudadanos abandonan la participación social y política y/o buscan salidas de protección y sobrevivencia.

Además de que comienza a valorar las actitudes autoritarias de mano dura y aumenta la desconfianza en las instituciones y en los mecanismos legales. “La policía nunca resuelve” “aquí no hay justicia” “a los dos días ya están sueltos”, del mismo modo como crece el apoyo a figuras políticas autoritarias ya que hace falta “mano dura” para ponerle orden a esto, o en su defecto “que hace falta un Trujillo”.

La gente celebró que destituyeran al anterior jefe de la policía por entender que no tenía el carácter necesario y el nombramiento de una persona cuyo accionar es comparado con el de Candelier.

Es preocupante que en nuestra sociedad permanezcan estos signos de autoritarismo, que la gente crea que para marchar bien debemos retroceder a la violación de los derechos fundamentales y la libertad.

Algo no anda bien y será importante que nos sentemos a analizar qué es porque el camino que llevamos es hacia el derrotero y lo peor es que ese camino encuentra apoyo en la población. Aquí no hace falta un Trujillo, solo basta con que se cumplan las leyes, haya equidad social, justicia distributiva y sin privilegios.

¿Es tan difícil lograr eso sin tener que recurrir a la represión y el autoritarismo? Yo pienso que no.