Apuntes sobre las letras en provincia Duarte es sin dudas un ejercicio encomiable de nuestro amigo Ramón A. Santos. Sé de sus muchos años de esfuerzo compilativo, de sus infatigables rastreos bibliográficos y de sus permanentes conversaciones con distinguidos exponentes de nuestra literatura, como son los casos del poeta Cayo Claudio Espinal, el novelista y promotor cultural Manuel Mora Serrano, el fenecido narrador y crítico literario Héctor Amarante, etc.

Este esfuerzo ha rendido sus frutos positivos, traduciéndose en una reunión casi completa de los trabajadores de las letras, que abarca desde antes de constituirnos en provincia hasta nuestros días.

Nuestra provincia ha sido pródiga en talentos literarios que nos enorgullecen, no solo a quienes somos originarios de esta demarcación, sino a todos los dominicanos en sentido general. Los estudiosos de la literatura nacional soben que, aunque Pedro Francisco Bonó nació y vivió gran parte de su vida en Santiago de los Caballeros, el grueso de su obra de reflexión social la produjo en san Francisco de Macorís, ciudad cabecera de nuestra provincia Duarte. Aquí también escribió su novela El Montero que publicó en París y que está considerada como la primera novela dominicana publicada. También somos legatarios de la novela Guazábara, de la auditoría de nuestro Alfredo Fernández Simó, considerada ésta como una de las expresiones más acabadas del criollismo nacional.

Nuestra Hilma Contreras está considerada por la unanimidad de la crítica como una de las más importantes narradoras de la historia de nuestra literatura, primera mujer ganadora del Premio Nacional de Literatura en nuestro país.

La novela Ritos, de Héctor Amarante, es uno de los textos más revolucionarios de su tiempo, propuesta experimental de alta depuración estética acerca de la espantosa tiranía de Trujillo.

La obra poética de Melba Marrero de Munné está a la altura de lo mejor de nuestra tradición en su género, así lo han testimoniado muchos de los conocedores de nuestras manifestaciones literarias. De igual modo, la producción poética Cayo Claudio Espinal se ubica dentro de lo más trascendente de la literatura dominicana.

La poesía dominicana se ha enriquecido con creadores francomacorisanos de gran valía, como son los casos de Orlando Morel, Noé Zayas, Ramón Antonio Jiménez, Víctor Saldaña, Luis Mena Collado, Lisette Ramírez, César Rodríguez Barroso, Félix García, Osiris Mosquea, Juan Olivo y Juan Gelabert, entre otros.

A todo está tradición y permanencia de nuestras expresiones literarias es a lo que ha querido rendir tributo nuestro acucioso antólogo, en un esfuerzo de reflexión y análisis epistemológico y en una muestra de aprecio entusiasta por todos los que desde aquí apostamos por el valor de la palabra como herramienta de libertad y de belleza.