1-Situación actual:

   El suero de vida de la economía Venezolana es el Petróleo. Este “comodity” es el canal más importante del flujo de Dólares hacia su economía. De ahí que las fluctuaciones en sus precios afectan considerablemente la disponibilidad de divisa dura para hacerle frente a las importaciones necesarias, de bienes y servicios, así como también para el pago de su deuda interna y externa. Su déficit presupuestario esta en los miles de millones de dólares debido, en gran parte, a estas fluctuaciones.

2-Los “swaps” de deuda de Petrocaribe y otras renegociaciones de Deuda:

    Debido al escaso flujo de caja que existe hoy en Venezuela, su gobierno ha decidido “descontar” la deuda de Petrocaribe, a países beneficiados con esta iniciativa geopolítica del otrora Comandante Chávez. Esta política de “descuento” tiene como condición básica que los flujos descontados sean honrados en efectivo y a la vista. De esta manera, el Gobierno Venezolano ha “levantado” unos US$6, 000, 000,000.00 (seis mil millones de dólares). Además, el gobierno venezolano ha vendido casi todas sus reservas de oro, donde según se especula, ha colocado unos US$8, 000, 000,000.00 ( ocho mil millones de dólares), siendo la República Popular China su comprador más importante. Otras partidas han sido colocadas en los mercados bursátiles y en operaciones bilaterales bancarias. Otra fuente de efectivo, en dólares, viene de las operaciones de la venta de activos en el exterior, siendo el caso de Citgo US el más importante; esta operación le generará unos US$2, 500, 000,000.00 (dos mil quinientos millones de dólares) de ingresos al gobierno venezolano.

3-El devenir y sus consecuencias a corto plazo:

   Un país azotado por un incremento en la desigualdad social, conjuntamente con una política de estado, en base a “que el otro es quien tiene la culpa”, se encamina hacia un proceso anómico e infuncional. Esta condición puede colocar al país en una situación de ingobernabilidad donde imperen los sentimientos encontrados de la carestía de bienes y servicios versus la represión política sistemática.

Ante una situación de ingobernabilidad, el Gobierno Venezolano tenderá a reprimir inmisericordemente a la población en general; como un acto descabellado de desesperación y falta de coherencia en el accionar del Jefe de Estado y algunos miembros de su gabinete.

Desafortunadamente, el Gobierno Venezolano no dispone de una bonanza de petrodólares para “paliar” este desasosiego con canonjías y prebendas, disfrazadas de programas sociales y otros artificios demagógicos. Su economía languidece en contraste con un aumento alarmante del empoderamiento social en reclamo a sus legítimos derechos constitucionales.

Finalmente, si miramos hacia el futuro inmediato, existe un mecanismo de compensación que podría cambiar el rumbo actual que apunta hacia un estado anómico. Próximamente, se celebraran en Venezuela elecciones congresionales y municipales, donde el voto popular podría no favorecer al gobierno de Nicolás Maduro. Es aquí, precisamente, donde ese gobierno deberá ponderar su accionar para no prostituir este proceso, con artimañas y trapisondas, para despojar, a una oposición ganadora, de las plazas legislativas ganadas en buena lid.

Pocas veces los gobiernos confrontan situaciones propicias para la gobernanza y gobernabilidad de los pueblos. El gobierno de Nicolás Maduro tendrá esta oportunidad en las próximas elecciones. De no acatar y garantizar los resultados del voto popular, libremente expresado, entonces le agregara unas líneas más a su epitafio de un gobierno fallido y fracasado.