Celebramos hoy un nuevo aniversario del acto fundacional de la sociedad secreta La Trinitaria, núcleo germinal en que comenzaría a fraguarse el proyecto duartiano de una República libre e indendiente, tras su regreso de Europa a partir de 1834.
Este acto de indudable perspicacia política, lo realiza Duarte, luego de que abrevara junto a sus compañeros de ideales en las predicas precursoras del Padre Gaspar Hernández a través de sus clases de filosofía en una pieza contigua a la sacristía del Convento de “Regina Angelorum”, de suerte que, como afirmara el historiador Ramón Lugo Lovatòn, al referirse al ilustre sacerdote peruano: “…trajo, entre los pliegues de su sotana, los aires revueltos y emancipadores, que soplaban en América del Sur”.
Y José María Serra, en sus “Apuntes para la Historia de los Trinitarios”, al corroborar en la eficacia de la fecunda prédica revolucionaria del destacado cura limeño, afirmaba: “más si todos los estudiantes del Padre Gaspar no eran trinitarios, en cambio, todos los trinitarios éramos estudiantes”.
Dicho esto, preciso es destacar que en torno a la trinitaria, el año de su fundación y la cantidad de quienes la conformaron, persisten lagunas y dudas historiográficas, las cuales aún aguijonean la curiosidad de los estudiosos de nuestro pasado.
Respecto a este punto, razonaba el gran historiador y fraile capuchino Fray Cipriano de Utrera: “la escala normal en nuestra historia es, entre nosotros, hartas veces incompleta, en sus elementos. La historia de la Trinitaria es un bello aunque desgraciado ejemplo”.
Y se preguntaba, ahondando más en su razonamiento: “¿dónde está el acta instrumental de su fundación? Falta esa nota básica. ¿Dónde està la unanimidad de referencias acerca de su fundación?. Falta, por lo mismo, la nota dominante. Y cuando queremos que suenen a la vez dos notas ajustadas por su naturaleza para producir el acorde, el acorde no aparece y ambas a dos desentonan terriblemente”.
1.- Imprecisiones en torno a la fecha fundacional de la trinitaria.
Hacia el mes de Julio de 1934, en vísperas de su partida hacia Venezuela, donde marchaba a realizar trabajos pastorales y proseguir sus investigaciones históricas, Fray Cipriano hizo más explicitas sus dudas respecto a cuestiones fundamentales en torno a la formación de la Trinitaria.
Lo hizo en el marco de un agasajo que en la ocasión le ofrecieran varios de sus más cercanos amigos y discípulos, entre los que se encontraban los jóvenes historiadores e intelectuales Emilio Rodríguez Demorizi, Manuel Arturo Peña Batle, Gilberto Sánchez Lustrino, Antinoe Fiallo y F. Elio Alcántara.
En la ocasión, refirió Fray Cipriano que “cuando imprimía la Historia Eclesiástica de Santo Domingo, de Don Carlos Nouel, este enviaba las pruebas a Monseñor de Meriño para que las revisara y que en un punto en que se refería a la fundación de la Trinitaria, indicando la fecha de 1838, el gran mitrado se detuvo para escribir a Nouel que la fecha era la de 1840, según se lo había referido Don Félix María Delmonte en un opúsculo que publicara”. Fray Cipriano afirmaba poseer prueba documental de lo que afirmaba.
En la misma velada de despedida, Emilio Rodríguez Demorizi presentó una carta de Meriño, aludiendo a la fecha de 1840 como la fecha fundacional de la Trinitaria.
Razonaba Fray Cipriano que “ si Gaspar Hernández llegó al país en 1837, y según se ha publicado, poco después de su llegada se formó el grupo de discípulos que con el tiempo se fue reduciendo a los pocos que mucho más tarde formaron la Trinitaria, es imposible que la fecha fuera la de 1838”.
En favor de su tesis, sostenía, además, que un periodo de seis años (entre 1838 y 1844) era sumamente extenso para que una sociedad secreta, amenazada por los rigores de la persecución haitiana pudiera desarrollar sus actuaciones sin ser descubierta.
Además de la fuente de Felix Maria Delmonte en que se basara Meriño para sustentar la afirmación de que fue en 1840 y no en 1838 el año de fundación de la Sociedad Secreta la Trinitaria, abona a dicha tesis lo escrito por José María Serra quien sus “ Apuntes”, sostuvo que: “avisándonos mutuamente, nos encontramos reunidos el DIA 16 DE JULIO DE 1840, en la casa de Juan Isidro Pérez pues con motivo de ser DIA DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN y estar la casa en la plaza de la iglesia de este nombre,…comenzaba en este instante a salir la procesión . Feliz augurio!…”
Cierto es que el 1838 como fundacional de la Trinitaria, es el consignado por Rosa Duarte, la hermana del Patricio, quien en sus Apuntes señala: “…la revolución seguía su curso y el año mil ochocientos treinta y ocho, el diez y seis de julio, a las once de la mañana, acompañado de un gran número de patriotas, inauguró la revolución bajo el lema sacrosanto de Dios, Patria y Libertad, Republica Dominicana, jurando libertar la patria o morir en la demanda”.
Igual criterio sostuvo nuestro historiador nacional Don José Gabriel García en su biografia de Juan Isidro Pérez, al referirse a los contactos que tuvo este con el fundador de la República: “…esta circunstancia le valió el honor , no sólo de figurar como uno de los miembros de la Sociedad Trinitaria, de cuyas laboriosas tareas es fruto la existencia de la nacionalidad que disfrutamos, sino también la de que el ilustre iniciador del plan revolucionario , eligiera su humilde morada cita a la sazón en la plazuela del Carmen para iniciar EL DIA 16 DE JULIO DE 1838 A LOS NUEVE PRIMEROS TRINITARIOS”.
Otro autor que hace referencia a este espinoso tema, lo es el apóstol febrerista Ramón Alonso Ravelo, quien señala el 1843 como el año de nacimiento de la Trinitaria. Refiere al respecto: “se instaló la Trinitaria con mucho silencio pues las autoridades estaban cayendo en la cuenta y tenían gran vigilancia”.
Aunque otros autores pueden invocarse en favor de una u otra tesis (1838 0 1840) como posible año de fundación de la Trinitaria, conste la duda historiográfica, la cual, como afirmaba Fray Cipriano, persiste en el tiempo ante la ausencia, hasta el momento, del acta fundacional que permitiera despejar la misma.
2.- ¿Fueron nueve o fueron diez y ocho los fundadores de la Trinitaria?
Otro punto controversial con relación a los aspectos fundacionales de la Trinitaria, es lo referente a si aquel día se celebraron dos sesiones o sólo una, con similiar propósito.
Serra afirma, como ya se citara anteriormente, que la reunión en casa de Doña Chepita Pérez tuvo efecto “cuando comenzaba en ese instante a salir la procesión”, lo que llevaba a Fray Cipriano a concluir, que la misma fue en horas de la tarde, pues todas las procesiones en la ciudad, desde tiempos inmemoriales, se realizaban en horario vespertino.
Rosa Duarte, en cambio, refiere que la reuniòn se produjo en horas de la mañana.
Ramón Lugo Lovatòn, “Hubo dos reuniones el 16 de Julio: una que señala Rosa Duarte por la mañana; otra, que indica Serra por la tarde. Para no aceptarlo así, habría que presentar autores de la calidad de los expresados que negaran lo que ellos afirman, o probar, que en sus respectivos escritos, ambos están equivocados”.
Y se preguntaba: “¿Dónde se efectuó la primera reunión de que nos habla Rosa? En casa del mismo Pérez? Creemos que no, porque entonces él se habría juramentado en la mañana y no en la tarde como nos dice Serra. Fue entonces en casa de Duarte o de algún otro trinitario? Hasta nosotros ha llegado la versión de que en San Carlos hubo ese día una reunión. Seria en la Iglesia misma ayudados por Gaspar Hernández? Nada podemos afirmar en concreto. Para la historia, la Trinitaria se instaló en casa de Chepita Pérez, y Serra quedará como única fuente informativa abarcando por extensión la reunión de la mañana”.
3.- El problema de la tarja de mármol conmemorativa en el año de 1912.
En su edición del martes 16 de Julio de 1946, traía en su portada principal el periódico “La Nación” una foto de la tarja conmemorativa que en el año 1912 colocara el Ayuntamiento de Santo Domingo para honrar a los fundadores de la Trinitaria. La misma rezaba: “ foto de la lápida conmemorativa de la fundación de la Trinitaria , adosada a la casa, situada en la calle Arzobispo Nouel, de esta ciudad, donde tuvo su asiento la sociedad patriótica constituida un día como hoy en el año 1838…”.
En la misma se colocaban los nueve nombres de los fundadores que diferentes autores consignan como tales, a saber: Juan Pablo Duarte, Juan Isidro Pérez, José María Serra, Benito González, Félix María Ruiz, Felipe Alfau, Pedro Alejandrino Pina y Juan Nepomuceno Ravelo”.
La colocación de esta tarja no estuvo exenta de polémica. Fray Cipriano al comentar el hecho unos años después, afirmaba: “Dicha casa, con inscripción y sin ella, nada dice respecto del año en que realmente se fundó la trinitaria. Ahí està la casa, sí, pero para que se cambie la inscripción o para que se confirme, si ha lugar, lo uno o lo otro”.
Y reafirmando su tesis de la inexistencia de una acta fundacional de la Trinitaria, afirmaba: “porque no se conoce esa acta, ninguna puede tener la inscripción de la tarja de mármol por inconcusa e incontrovertible”.
Es decir, la lista siguió a Serra, que ha sido el autor más consagrado en lo referente a asuntos trinitarios, en lo que respecta a la cantidad de miembros fundadores, pero no en lo que respecta al año de la fundación en que se otorgó prelación a lo consignado por Rosa en Los Apuntes.
¿Existieron dos sesiones en torno al nacimiento de la Trinitaria, una en la mañana y otra en la tarde? ¿Por qué Don Emiliano Tejera publicó una lista de 18 fundadores y no de 9, instruido por el propio Duarte, como afirmara Lugo Lovatón? Son aspectos de nuestra historia que aún hoy, a 183 o 181 de la fundación de la Trinitaria, según se siga a Serra o a Rosa Duarte, aguardan por su esclarecimiento historiográfico, sin dejar de destacar que ante y todo sobre, sin la existencia de este grupo clandestino de jóvenes idealistas, hoy no tuviéramos patria.