Ver cine, es un arte. La experiencia estética que el arte proporciona es una forma de felicidad muy especial… porque es transformadora, en cierta manera somos tan artistas como el creador de la obra porque completamos el círculo.

Usted debe tener como objetivo el ver con detenimiento, envolverse en la propuesta plásticas o estética, reconocer la escuela, envolverse con lo nuevo, en suma conversar con el cine, el va a hablar con usted.

El cine es el arte del imaginario colectivo. Cumple con un requisito noble que es el arte de entretener creando un espacio físico y un espacio mental, en el sentido visual o de raciocinio.

La estética del cine no nace por acaso, ya estaba en la cultura antes de que se inventara la tecnología que lo hizo posible.

Es como aprender a leer en cualquier idioma. Cuando se va logrando se disfruta más y más. He aquí algunas claves.

Como el arte egipcio existe el cine dedicado a la muerte, como por ejemplo el cine de terror. Como el griego, existe el dedicado a la belleza y a los dioses, o a la civilización oscura y brutal como el arte etrusco, o como el bizantino de expresión de la riqueza y poder, el ROMÁNTICO de los conventos, monasterios y abadías, BIOPIC de santos, GÓTICO expresado en las formas arquitectónicas, RENACENTISTA que valoriza el hombre y la naturaleza, BARROCO que promueve y propaga el catolicismo, ROCOCÓ de la aristocracia, el NEOCLÁSICO que es arte académico, ROMANTICISMO como reacción al NEOCLASICISMO, el REALISMO que propone el nuevo contexto social, NOUVEAU que suma tendencias, IMPRESIONISMO bajo efectos de la luz, POSTIMPRESIONISMO, EXPRESIONISMO con la expresión de las emociones humanas, FAUVISMO con la intensidad de colores puros, CUBISMO con la geometrización de las formas, ABSTRACCIONISMO narración figurativa de la realidad, SURREALISMO el arte del mundo de los sueños, OP ART arte en movimiento, POP ART el día a día de las grandes ciudades. Por todo esto el cine es llamado Séptimo Arte.

Para interactuar y apreciar el arte usamos nuestras experiencias, nuestra percepción, nuestras habilidades visuales y espaciales, informaciones, sensibilidad e imaginación. No es tan fácil si no se tiene cierta intuición (como todo en la vida que hay que tener talento para hacer lo que se hace).

Así, cuanto más desarrollamos esas capacidades, competencias y habilidades, más nos aproximamos al mundo del arte.

HEGEL, afirmó que “la mente (o el espíritu) se reconoce a sí misma en el arte (en un determinado nivel), lo que lleva a una valorización de la intimidad en el arte. El arte llega a su propia filosofía, a su propia conciencia”.

Ingmar Bergman demostró que puede haber cine sin tener nada que ver absolutamente con gusto bueno o malo. El gusto está siendo sustituido por el significado. La cuestión hoy es descubrir en un filme cuál es el significado que pretende comunicar.

Es una opción antes que un imperativo inducir un placer del tipo asociado a la belleza. Para el artista el uso de la belleza tiene un significado. El gusto es ultrapasado como imperativo artístico.

Cuando el cine se pone como filosofía, sin dejar de ser arte, pasa a tener conciencia de sí propio y del mundo. Cuando se crea un filme que cuestiona la propia noción de lo bello de lo artístico, de una estética, trasciende y pasa a ser una conciencia del arte y del mundo. Dispensa la filosofía cuando el arte pasa a filosofar.

La mejor manera de aprehender el cine es estudiando aquellos filmes que le atraen, que le entretienen, que le suma placer a su cotidianidad, en suma que redondean su gusto. Luego, verse a sí mismo en aquello que usted rechaza, pero que ha oído decir que es una obra maestra, o un clásico, o de culto.

Por supuesto, nada que sea valedero en la vida es gratis. Tiene que fajarse para alcanzar el cielo.

Ese es un placer divino que solo lo da la cultura.