En nuestro país estamos tan acostumbrados a las reyertas y divisiones en el PRD, que tan pronto se producen ciertas declaraciones por parte de los principales dirigentes del PLD, especialmente en lo relativo al 2016, inmediatamente ciertos analistas las magnifican tratando de interpretar a esa organización usando como instrumento el “librito” del PRD y eso los conduce a conclusiones erradas.
No cabe dudas que la reunión del Ministro Montás en San Cristóbal, las declaraciones de Felucho Jiménez o las de Franklyn Almeyda han dado material para que se aumenten las especulaciones sobre posibles conflictos internos, la búsqueda prematura de la candidatura por varios aspirantes con miras a 2016, y hasta llegan a dudar del liderazgo y las posibilidades del Presidente del partido de obtener la nominación.
El PLD es el partido que mejor ha logrado hacer la transición, a diferencia del PRD, desde el liderazgo absoluto del Prof. Juan Bosch a un liderazgo compartido en donde Leonel Fernández y ahora Danilo Medina son los primeros entre iguales.
El PLD realizó su primera convención post-Bosch con la participación como pre-candidatos de Leonel Fernández, Euclides Gutiérrez y Norge Botello. En una votación prácticamente de cuadros triunfó Fernández, el partido se unió en torno a ese candidato, lograron el pacto con Balaguer para la segunda vuelta y el PLD fue gobierno por vez primera en 2000-2004.
En 2007 Danilo Medina consideró había llegado su tiempo, y frente a la decisión del presidente Fernández de presentarse a la reelección, optó por salir del gobierno, hizo su campaña, perdió la convención, pero el partido se unió en torno al candidato Fernández, incluyendo el estado mayor, seguidores y simpatizantes de Medina. Y el PLD volvió a ganar. Y a pesar del aparente distanciamiento entre Fernández y Medina, eso no fue obstáculo para que el partido, sin sectarismos, postulara los mejores candidatos, y por eso arrasaron en las elecciones de medio término en 2010.
En 2011, cuando debía definirse la candidatura con miras a los comicios del próximo año, a pesar de las voces que clamaban al Presidente por una modificación de la nueva constitución para aspirar por un tercer periodo, este se comportó como el correcto estadista con visión de futuro y dio paso a una convención en donde, como él lo prometió, se mantuvo absolutamente imparcial.
Luego se presentó la precandidatura de la Primera Dama, la Dra. Margarita Cedeño de Fernández, y de nuevo abundaron las especulaciones sobre el apoyo Presidencial y la inminente división que ello produciría. La Dra. Cedeño declinó a sus aspiraciones y el Lic. Danilo Medina con más del 90% de los votos superó a todos sus compañeros.
De nuevo la oposición apostó a que el Presidente Fernández no apoyaría al candidato del partido, porque supuestamente le convenía el triunfo de Hipólito Mejía para retornar en 2016. Nada de eso sucedió, el partido se unificó, Leonel Fernández se tiró hacer campaña como si fuera candidato y lograron el milagro de acortar los más de 20 puntos de ventaja que le llevaba el candidato del PRD y triunfar el 20 de mayo para hacer realidad un segundo Presidente del PLD.
El presidente Danilo Medina está realizando una extraordinaria gestión que está siendo valorada positivamente por más de un 80% de los dominicanos y ese buen gobierno le va a permitir al PLD mantener los mismos niveles de simpatías y merecer continuar al frente del gobierno más allá del 2016.
Los que sueñan con un PLD suicida y dividido, como el PRD, están perdiendo su tiempo, pues para las elecciones de 2016 es posible se presenten varios aspirantes, pero al fin y al cabo el partido se unificará en torno a la mejor opción, la que garantice el triunfo y la continuidad del progreso.