El sector privado de generación eléctrica ha realizado aportes importantes al sector eléctrico dominicano en términos de inversiones y estabilidad del sistema. Esta afirmación se demuestra sobre la base de dos (2) premisas básicas. La primera se refiere al rol que han jugado los generadores eléctricos en términos de la financiación indirecta del sector eléctrico a través de las deudas acumuladas de energía servida y pagada en atraso; y la segunda premisa se fundamenta, en que cuando las inversiones eran escasas en el sector eléctrico, y aún no existía un marco legal y regulatorio que las promoviera, las actuales empresas de generación hicieron cuantiosas inversiones de largo plazo que modificaron significativamente la matriz energética, traduciéndose ésta modificación en beneficios tangibles económica y ambientalmente para el país.

Financiamiento al sector. Así como la sociedad reconoce el importante papel de los bancos comerciales a través de sus aportes al sistema crediticio y financiero del país, de igual manera debe resaltarse el papel jugado por las empresas generadoras privadas en el financiamiento de las operaciones  del sector eléctrico dominicano. Debemos reconocer que en los últimos dos años la constancia de pagos a los generadores ha mejorado en términos cualitativo y cuantitativo; sin embargo, para  nadie es un secreto que la deuda (corriente y congelada) por energía servida y no pagada, en varias ocasiones ha llegado a niveles que superan los US$600.00 millones de dólares.

Hay quienes plantean que la deuda a los generadores está afectada por el pago de intereses, y que además esta dolarizada, lo que la cubren de la inflación y de la devaluación. Cabe mencionar, que en condiciones comerciales normales de cualquier negocio todo dinero, sea deuda o inversión, debe estar afectado por intereses que reflejen el valor del dinero en el tiempo. El hecho que pueda existir un pago de intereses sobre el monto de la deuda, debe entenderse que el mismo no es una concesión de excepción ni privilegio, sino una condición normal de una operación de negocios. Es por tal razón, que planteamos el rol de financiador que juegan las empresas generadoras en el sector eléctrico, cuando al recibir pagos retrasados, descargan de presión económica de liquidez de corto plazo al gobierno dominicano.

En ocasiones, el monto de la deuda del gobierno con las empresas generadoras las coloca en una situación dicotómica en la que dichas empresas se ven compelidas a mantener las operaciones de sus plantas en el sistema eléctrico a pesar de la deuda, o a realizar nuevas inversiones en capacidad de generación. A pesar de la dificultad de llevar ambas acciones de manera paralela, los inversionistas han demostrado tener una firme confianza en el país, y han movilizado recursos para realizar nuevas inversiones en el parque de generación, como son los Parques Eólicos Los Cocos y Quilvio Cabrera de 33 MW, que son inversiones totalmente privadas de las empresa EgeHaina y CEPM. De igual manera, la empresa SEABOARD está reinvirtiendo en el país con la instalación próximamente de su nueva planta de gas natural de 105 MW; la empresa LAESA acaba de inaugurar la tercera fase de su planta en Pimentel de 51 MW, la Compañía de Electricidad de San Pedro de Macorís (CESPM) tiene en proyecto convertir su planta de 300 MW a gas natural y AES dominicana se apresta a poner en servicio34 MW adicionales a gas natural.

Diversificación de la matriz. De los resultados que produjo la reforma eléctrica del 1999, los más significativos se encuentran en el área de la generación. Las inversiones en nuevas plantas eléctricas y repotenciación de otras, produjeron un aumento significativo de la capacidad instalada que a su vez contribuyó con la diversificación de la matriz energética. Desde el año 1999, se han integrado 1,542 megavatios (MW) nuevos en el sistema, sin incluir los 105 MW que a final de año instalara Seaboard en base a gas natural. Esta nueva capacidad instalada recompuso la matriz energética de forma tal que a principio de la década pasada teníamos una dependencia de un 85% del petróleo, y hoy tenemos un parque que tiene 27% de gas natural, 16% de carbón, que redujo su dependencia del petróleo a 45% y sigue diversificándose al integrar la energía eólica al sistema.

En términos económicos, las inversiones privadas en generación eléctrica desde la reforma hasta la fecha, superan los $2,000 millones de dólares.

Cabe destacar, que la diversificación de la matriz energética no ha sido fruto de un proceso de planificación, sino que ha sido el resultado del olfato y la confianza de los inversionistas privados del sector eléctrico. A modo de ejemplo, podemos citar, que desde la reforma eléctrica en 1999 hasta el 2005 el gas natural era un combustible más caro que los derivados del petróleo. En ese momento, era difícil pensar en instalar plantas eléctricas a gas natural; sin embargo, AES Dominicana en el año 2003 apostó a ello e instalo su planta a gas natural en Andres.

De igual manera podemos mencionar que al iniciar la reforma del sector eléctrico, no existía la ley general de electricidad, pero esa situación no fue un obstáculo para que los inversionistas iniciaran sus procesos de repotenciación y nuevas inversiones en el sector eléctrico.

Inversiones. La historia de las inversiones posteriores a la reforma inicio con la instalación de las plantas de la empresa Palamara-La Vega con 195 MW y la planta Estrella del Mar, de la empresa Seaboard, de 72MW. Luego siguieron las instalaciones de 300 MW de la Compañía de Electricidad de San Pedro de Macorís (CESPM)la repotenciación de las plantas de ITABO con 240 MW y su puesta en operación a carbón, algo que no sucedía desde mediados de la década del 1980.

De igual manera, la empresa Egehaina instaló la planta Sultana del Este con 150 MW nuevos y terminó la central Barahona Carbón de 42 MW, la que tenía 10 años en construcción y no había podido ser concluida por los gobiernos dominicanos.

Un año después, la empresa Monte Río Power, como resultado de un Joint Venture entre un grupo local y la empresa Caterpillar instaló 100 megavatios en Azua, y en la misma época el grupo AES Dominicana construyó la terminal de gas natural e instaló la planta de AES Andres con 319 MW.

Posteriormente, la empresa LAESA ha instalado en tres fases 111 MW (fuel oil o gas natural). Y por último, la inversión más reciente realizada por el sector privado que corresponde a las empresas Egehaina y la Compañía de Electricidad Punta Cana Macao (CEPM) de los parques eólicos Los Cocos y Quilvio Cabrera con una capacidad de 33 MW. En el cuadro se puede observar el proceso evolutivo de las instalaciones de plantas de generación privada.

Las inversiones del sector privado de generación en los últimos 10 años representan más del 85% de la energía que se produce y consume en el sistema nacional interconectado en la actualidad. Indudablemente, con el paso del tiempo se demuestra el rol fundamental que han jugado las empresas generadoras privadas de electricidad desde que iniciara el proceso de reforma eléctrica en República Dominicana.