Los planteamientos sobre la ebullición y concretización de una idea, se basan en teorías que fundamentalmente tratan de profundizar en el origen de la inspiración. Pero la práctica, empero, nos lleva a otro tipo de conceptos y aseveraciones.

Obra de la artista Judith Mora

Decenas de hacedores de arte, en todas sus manifestaciones, configuran sus obras en el dolor como fuente. Sin embargo existen otras forma de analizar, recrear o desmenuzar  el resultante de una pieza de orquesta o un artesano, camino que puede encontrar numerosas bifurcaciones.

Uno de los más ilusorios análisis se plantea con los arquetipos, un estupendo paralelismo que ejerce sus mayores ejemplos en personajes del cine y los comics, reforzando el contexto de la producción visual, además del universo simbólico como proposición artística-cultural. Siendo la “víctima y el héroe” una de las relaciones más reconocidas bajo estos estudios.

La importancia de este vínculo se genera por presentar una narrativa insoluble, donde la fuerza y debilidad se empeñan en conseguir la atención y el reconocimiento, siendo estos los mismos aspectos esenciales que se dan en la búsqueda de un discurso plástico-visual. Detrás de lo sublime, atractivo, de la gracia o belleza, existe un alto grado de sombras que son las que recrean la estructura de forma y fondo.

Lo injusto puede transitar con libertad hasta volverse trascendental, sugerir la exploración y originar inquietudes que despierten nuevos modelos de vanguardia. Así como el luto puede dar brillo a la tropicalidad.