Eugenio María de Hostos despidió a sus segundos maestros normalistas durante la investidura celebrada el día 2 de febrero, de 1886 con el discurso titulado Apología de la Verdad: Dadme la verdad, y os doy el mundo. Vosotros sin la verdad, destrozaréis el mundo; y yo con la verdad, con solo la verdad, tantas veces reconstruiría el mundo cuantas veces lo hayáis destrozado.
Deberíamos inculcar su Apología en cada aula escolar. Si enseñáramos la verdad nuestros estudiantes estarían haciendo vigilias de protesta el 27 de febrero en la Plaza Colón frente a la catedral. Esto fue lo que hicieron los estudiantes de colegios católicos de San Francisco, California, en respuesta al Arzobispo Cordileone por su política homofóbica contra el matrimonio igualitario, la penalización del aborto, la satanización de contraceptivos y el despido de profesores que no estén de acuerdo con sus dogmas. Demostraron el miércoles de ceniza bajo el lema: Enseña Aceptación. No Intolerancia. Acaso no fue el papa Francisco que dijo, ¿quién soy yo para juzgar? Haz un click en #teachacceptance. Para leer más. ¿Acaso la política del Arzobispo Cordileone no es igual a la del Episcopado Dominicano expresada en su Carta Pastoral del 27 de febrero publicada en su página web? Entérate si no la has leído.
La Apología de la Verdad debería sustituir los crucifijos y las decisiones dogmáticas en las Altas Cortes de la Justicia Dominicana. ¿Cómo puede esperarse un juicio justo cuando el presidente de la Corte Constitucional entiende por libertad religiosa darle libertad a la Iglesia Católica y a la Evangélica para que enseñen sus dogmas en las escuelas públicas? ¿Dónde está la protección de la libertad religiosa del no-creyente y de personas de otras religiones, o no asociadas a ninguna religión? Éstos pagan impuestos que serán usados por el Estado para promover creencias católicas y evangélicas; contrarias a las convicciones del resto de la población contribuyente. ¿Acaso la política de la Iglesia de convertir a las mujeres en gallinas ponedoras no crea en la República más pobreza, mas desempleo, mas deterioro del medio ambiente, más caos social, más abuso y más sufrimiento? ¿Cómo justificar la inmoralidad de políticas que no miden las consecuencias en las personas, la sociedad y el medio ambiente?
A finales del Siglo XIX Hostos, describió el Estado Dominicano del presente; lo llamó el Estado Unitario. Es relevante en estos momentos porque es el que se ha movilizado para impedir que se investigue la verdad de las declaraciones de Quirino Ernesto Paulino Castillo, que acusa al Jefe del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), el ex -presidente Leonel Fernández Reina, de recibir dinero de sus negocios de drogas para su Fundación Global, Democracia y Desarrollo (FUNGLODE) y para toda su campaña política del 2002 al 2004. “Leonel es un irresponsable, él sabía quién era yo, y sabía que el dinero que le estaba dando para su campaña era dinero sucio”, afirmó Quirino Ernesto Paulino Castillo (El Don).
El ex -presidente, que ha gobernado por 12 años y aspira a continuar haciéndolo, ha afirmado haber convertido su Partido en una “fabrica de presidentes”. Su respuesta al Don no tiene fundamento alguno en los hechos.
Acusa al “Narcotráfico Internacional” de usar a Quirino Paulino para incriminarlo. Como Quirino no solo escribió una carta, sino que ha dado declaraciones vía Skype, él mismo y su abogado confirmaron que quien acusa es Quirino Paulino, no el narcotráfico-internacional usando su nombre. Pero además, Paulino habla no como narcotraficante, sino como persona que negoció su libertad y rechaza su comportamiento del pasado. Sus acusaciones se apoyan en hechos: (1) logró cumplir solo 10 años de su condena, que no se le hubiese concedido si los Federales no hubiesen verificado los hechos declarados por Paulino; (2) estuvo durante todos esos años en el Program Federal de Protección a Testigos, en el cual participan solamente “testigos cruciales”. Significa que las Autoridades reconocieron el peligro que corría su vida debido a la veracidad de sus declaraciones. Y significa que “el narcotráfico Internacional” es el que pone en peligro la vida del Don, no la de Leonel Fernández.
El segundo argumento para ignorar las acusaciones contra Fernández es que son maquinaciones de los partidos de oposición para que no gane las elecciones. Las evidencias señalan lo contrario. A la oposición no le puede interesar aliarse con El Don para atacar a Leonel, porque el nombre de cada uno de los tres partidos que han gobernado desde 1966 está también asociado al narcotraficante Quirino Paulino. Esto puede verificarse consultando el nombre de Quirino Paulino en Wikipedia, en inglés y español. Aquí encontramos declaraciones de “lo profundo de los enlaces de Paulino con los niveles más altos de los Partidos políticos dominicanos y con los militares”.
Además, aparece el dato de que en el 2003, Paulino fue juramentado como miembro del PRD por Sergio Grullón, cuñado del entonces presidente Hipólito Mejía; fue “involucrado con el PLD incluyendo a Leonel Fernández” y que “Paulino llegó a financiar las campañas a candidatos de los 3 mayores partidos políticos de República Dominicana a cambio de silencio y complicidad”. Por otra parte, el periódico dominicano Listín Diario, publicó un informe en el que afirmó que Paulino había hecho varias donaciones al Partido Revolucionario Dominicano (PRD) para la construcción de escuelas en Comendador, también donó un vehículo para el comité municipal del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), y había hecho donaciones a políticos del Partido Reformista en Elías Piña.
El tercer argumento tiene una sola conexión lógica con los hechos. Y es que las autoridades antidrogas del Gobierno Federal han permitido que El Don le deje saber al pueblo dominicano el tipo de Estado que los gobierna; que nada tiene que ver con la teoría de la indivisibilidad de la isla. A los Estados Unidos y al pueblo dominicano les conviene que Republica Dominicana sea una democracia, no un narco-estado. La mejor manera de hacerlo es dejar que el pueblo dominicano conozca la verdad, y construya la sociedad y el Estado que se merece, sin mediación o interferencias de terceros, ni Haití, ni USA. Además, el Don sabe que sus pasos serán vigilados, y no puede mentir con una acusación tan peligrosa y seria, y menos bajo la vigilancia del Gobierno Estadounidense.
De aquí que ni el Presidente Medina ni el Procurador Domínguez Brito pueden ignorar tan serias acusaciones y no proceder a investigarlas, caiga quien caiga. Si Leonel Fernández es inocente, el debería de ser el más interesado en que su inocencia se aclare en los tribunales. De lo contrario, lo absurdo de sus declaraciones y de las de sus seguidores le crean una imagen de culpabilidad que se extenderá a todos sus defensores sin excepciones, llevándose de paso al mismo presidente.
A manera de conclusión, la maquinaria desplegada para exculpar al ex –presidente Fernández fuera de los tribunales, son las mismas que adoptaría el Estado unitario definido por Hostos: “El Estado unitario es corruptor de nacimiento. Todo Estado unitario, en cualquier tiempo, espacio y forma de gobierno, es siempre personal: el Estado es el jefe del Estado. Y como absorbe la iniciativa de los organismos provinciales y municipales, sustituye con la ley de su voluntad la autonomía de esas sociedades; de aquí la desorganización, y de ésta la corrupción. Dispone de la fuerza pública, y con ella corrompe por miedo o por soborno. Dispone de todos los empleos, y con ellos corrompe por soborno o por miedo”. (Eugenio María de Hostos. Moral Social. Madrid: Editorial América, pp. 151-152).