La genealogía es la rama de la historia que se ocupa de estudiar los orígenes y procedencia de los apellidos, estableciendo métodos de trabajo que permiten dar con la raíz ancestral de un individuo o familia estudiando los apellidos y sus enlaces y de esa manera dar seguimiento desde el individuo hacia atrás, a sus ascendientes y poder determinar el tronco de origen de tu apellido, lugar de origen y entrecruzamiento que se han producido.
Desde esa perspectiva los apellidos han constituido una fuente importante en el estudio del pasado histórico y de su valor interpretativo de personajes, líderes, familias reconocidas, sobre todo, los troncos de origen de poblaciones o grupos de familias. En nuestro país encontramos como problematización al estudiar nuestros apellidos, que hay vacíos inexplicables de apellidos o procedencias de estos, debido a que el discurso de colonización ideológico borró ancestros y patronímicos determinantes en la construcción de un discurso identitario de la nación dominicana.
Los apellidos de los esclavos no aparecen por muchas razones como categoría de identidad familiar. Los apellidos arahuacos ni existían como tales, pero ambos troncos culturales y biológicos son indispensables al momento de rastrear el pasado histórico nacional. Razones de orden variada hacía que los esclavos se registraran con el apellido de su amo, no inscribían al ser vendidos en los puertos, el apellido familiar de procedencia (a veces por ser una venta ilegal), o sencillamente le ponían el nombre de la etnia de donde procedía y eso fue factor importante que hizo desaparecer una parte de nuestros patronímicos. Hoy tampoco a la gente les interesa averiguarlo mucho, porque los refiere a pueblos dominados y humillados por la colonización.
Bosch es un apellido catalán y fue líder del Senador, y nunca le cuestionó su procedencia, Balaguer Ricardo tenía procedencia puertorriqueña y española de algunos de sus ancestros, Trujillo, su abuela era de origen haitiano, Majluta de origen árabe
¿Qué quedaron? Los apellidos de las familias relacionadas con las estructuras de poder económicas, sociales, políticas y del poder colonial reinante: españoles, y europeos en sentido general, chinos o asiáticos , de grupos provenientes del Caribe inglés o francés, negros libertos del sur de los Estados Unidos, apellidos haitianos afrancesados , árabes, judíos, norteamericanos, japoneses, que son el resultado de procesos migratorios no condicionados por la vida colonial de tres siglos y medio que nos tocó vivir.
Por tanto, decir que los apellidos dominicanos son tales o cuales es desconocer en parte el pasado histórico de un país cicatrizado y marcado por una colonización que degradó la vida de muchos de sus primeros habitantes en unas relaciones desiguales que también se reflejó en los apellidos. Por eso los apellidos comunes españoles como González, López, García, Ramírez, Rodríguez, Fernández, son muy comunes aquí y de los 100 apellidos más usados entre los españoles.
Mulatos, negros y blancos pueden tener el mismo apellido, pero sabemos que sus troncos familiares proceden de lugares distintos. Menos frecuente es la mezcla entre personas y familias que están relacionadas a los procesos migratorios ulteriores o que no fueron de la estructura de poder colonial en cuyo caso, la tradición endogámica era más frecuente, como los casos de los chinos y asiáticos, en sentido general, los árabes, los judíos, los cocolos, los negros libertos de Samaná y uno que otro grupo familiar.
Los apellidos más recurrentes entre nosotros de procedencia hispánica son mayoritariamente castellanos, los catalanes, y de otras partes de España, son menos mezclados, aunque eso no es una ley, debido a que en nuestra isla se dieron procesos de mestizajes muy tempranos que incluyó a grupos canarios y del sur de España que no eran castellanos o de Castilla, que era el reino dominante en la España medieval de ese momento.
Recientemente me extrañó las declaraciones del Senador de Baní, Wilton Guerrero Dumé, descartando a un candidato de oposición por ser de origen árabe y sentirse orgulloso de eso. Digo me extrañó, porque los grupos étnicos de nuestro país, que es diverso, sienten orgullo de su procedencia, como las propias familias de origen español. Los dominicanos de origen haitiano, los chinos, aunque hayan cerrado fila con la dominicanidad, no borran sus ancestrales tradiciones. Dumé, el segundo apellido del Senador pareciera de origen francés y deformada su ortografía, como ha sucedido con otros apellidos como los de los cristianos convexos, originalmente judíos. Eso no le impidió ser Senador.
Bosch es un apellido catalán y fue líder del Senador, y nunca le cuestionó su procedencia, Balaguer Ricardo tenía procedencia puertorriqueña y española de algunos de sus ancestros, Trujillo, su abuela era de origen haitiano, Majluta de origen árabe, y así podríamos seguir relacionando apellidos y personalidades del país que, por tener un apellido extranjero al decir del Senador, no nos pueden gobernar.
Entonces yo le diría al Senador que a partir de su reducida visión, nos quedaríamos sin gobernantes, pues ningún apellido es del territorio, los aborígenes que habitaban la isla a la llegada de los españoles fueron exterminados físicamente un par de siglos después, quedando su cultura material, toponimia y herencia en nuestras mentalidades, los africanos no pudieron enlazar su patronímica por razones obvias en que solo vinieron acompañados de su memoria social y los demás grupos constitutivos de lo que es hoy República Dominicana, son el resultado de procesos migratorios; ahora bien, de todos ellos juntos, surgió el criollismo, base fundamental de la construcción de nuestras identidades y de la dominicanidad forjada a partir del 1844.
Nadie tiene la potestad, de excluir a nadie, mucho menos cuando se trata de naciones y pueblos, pues en estado pura no existe ninguna nación, que podría tener un grupo dominante, pero no estar constituida por un solo pueblo, por más cerrada que sea, pues los judíos, tenidos como los más puros debido al dominio de su lengua y de su religión en la definición de lo judío como categoría identitaria, poseen la rama genealógica de los judíos negros de Etiopía, gracias a la condición patriarcal de rey Salomón, quien casase con una mujer etíope, como parte de sus múltiples uniones, naciendo los judíos etíopes, y precisamente de su lengua copta, se tradujeron los únicos textos originales del antiguo testamento con el que finalmente se imprimió el libro sagrado de la Biblia.
Señor Senador, entérese más: las razas no son puras, los pueblos no son puros, las culturas no son puras. Por tanto, ese candidato puede ser su presidente, como en su momento lo fue el profesor Juan Bosch, orgullo ético nacional; de lo que se trata es de buenos ciudadanos, no de su procedencia. No olvide finalmente Senador, que nuestro gran prócer, Juan Pablo Duarte, una parte de él, era de origen español, lo cual no impidió su entrega desinteresada, a la causa nacional, eso debió ser su preocupación, no el apellido, porque hasta ud. quedaría fuera.