Parte del adoctrinamiento ideológico de organismos internacionales apoyados por gobiernos sin identidad ni valores, es hacernos creer que la llamada “equidad de género” forma parte de los “avances” en materia de “igualdad” hombre y mujer obviando de manera sutil bajo argumentos cantinflescos la elemental diferencia biológica hombre-mujer.
Existen dos géneros: hombre y mujer es la diferenciación biológica elemental de la fisonomía de las sociedades humanas desde su existencia y desde la creación del hombre. Nunca el hombre y la mujer serán seres iguales. Biológicamente son distintos y por lo tanto pretender como quiere el Ministerio de Educación con una resolución que pretende establecer la “igualdad de género” con teorías anodinas de organismos multilaterales y minorías que buscan entronizar una sociedad asexuada es algo improcedente.
Dicha resolución que establece términos que no son nada nuevos es la repetición de los mismos postulados encriptados ideológicamente, habla de “deconstrucción de estereotipos” (no define cuáles son los estereotipos). La resolución 33-2019 ha venido a ser un galimatías ideológico que pretende sustituir los graves problemas.
Vamos a poner en contexto qué es la identidad de género, porque la resolución de marras no lo explica. Ellos (los organismos internacionales) explican que “la identidad de género es cómo se identifica la persona, hombre o mujer; la forma en que se reconoce a sí misma, basando su conducta y su forma de ser y pensar en ese género con el que se siente identificada”.
En otras palabras, quieren introducir en nuestra sociedad una visión asexuada con quimeras como el “leguaje no sexista” que hasta ahora no conocemos esta categoría lingüística ni siquiera en la lengua vernácula de muchos de los países considerados como desarrollados.
Existen tareas más urgentes en educación como por ejemplo aumentar la calidad educativa y la erradicación de la violencia. Temas muy preocupantes tomando en cuenta que ocupamos los últimos lugares en cuanto a calidad educativa a nivel internacional.
Es urgente elevar los stándares educativos del país y mejorar la inversión del 4% no sólo en infraestructura sino en la formación del personal docente capaz de formar estudiantes en valores.
Retomar el Pacto por la Educación y sus términos, debería ser la meta dentro de la estrategia nacional de desarrollo para el sector educativo nacional.