La mayor parte del tiempo ignoramos que la sociabilidad y el lenguaje son dos aspectos inherentes a la naturaleza humana, que para entendernos necesariamente tenemos que emplear un lenguaje que recoja todos los elementos que nos rodean y que posteriormente nos permitirá estructurar el pensamiento para desarrollar una comunicación efectiva.
Nuestras palabras hacen confesión de quienes somos porque al interpretar una realidad o lo que sentimos, recurrimos a todos esos cachivaches (símbolos) que hemos guardado en nuestra mente y luego los sacamos en forma de palabras para dar sentido a lo que ocurre en nuestra realidad y explicar nuestro porqué, a través de esas palabras es que hemos asimilado lo que ocurre, dando lugar a la comunicación.
No ser conscientes de la propia realidad y no enfrentarla no hará que desaparezcan las consecuencias de haberla ignorado, hacernos los locos ante ella, no cambiará que la realidad seguirá su curso. El ‘teteo’ criollo nuestro, no es el Teeteo de Platón, el diálogo que reunía a los jóvenes, flor y esperanza de Atenas, que, dotados de una inteligente vivacidad, moldeados en sus costumbres y ansiosos de saber, se reunían desde muy temprano ante Sócrates en las plazas públicas para conocer cuál es la naturaleza de la ciencia. En la traducción del Teeteo de Trinidad Silva, en este diálogo no se llega a ningún tipo de resolución del tema; en ningún momento Sócrates consigue ni busca formular lo que el saber es, sino que solo lo que este no es.
Y por el joven Teeteto quien es el único que posee las respuestas que Sócrates solo inspira, de que el saber no es sensación, ni opinión verdadera, ni opinión verdadera acompañada de una explicación (lógos).
La misión del diálogo cumple una función más importante, y es la de producir un cambio “disposicional” en el joven que lo conduce a admitir sus propios límites: no creer saber lo que de hecho no sabe. Y que, “dicha disposición o condición mejor, es la condición que el alma ha alcanzado como un resultado del aprendizaje o del entrenamiento en diferentes formas de conocimiento, y este estado, para él, es conocimiento”.
Pero no, nuestro teteo' criollo no arroja tanta sabiduría, el nuestro es El resultado de la inmediatez y la gratificación momentánea que produce, la apología de la negación de la realidad, mientras el Teeteo de Platón busca el conocimiento con avidez, aunque sin encontrarlo, se hace consciente por lo menos de lo que el conocimiento no es y reconoce que ante el mismo debe permanecer siempre dispuesto a no creer que sabe lo que de hecho no sabe, y concluye que para él esa postura es su gran aprendizaje, los que vivimos en el teteo criollo ante el mínimo atisbo de la percepción primera, la nuestra, resolvemos evadirla, vacilarnos la realidad ahogándola en todo el alcohol que se pueda ingerir, hacer de la realidad un dembow es nuestra forma de cantar que la realidad ya nos superó, es una confesión de una insuficiencia tanto en nuestras capacidades como de los medios en los que nos encontramos, el ruido, la pobreza del lenguaje, la escasez de las ideas y la creatividad repulsiva, como no saber lo se quiere de la vida, es nuestra forma de comunicar en quienes nos hemos convertido, quienes somos y lo que sentimos.
Un estudio realizado por investigadores en Buenos Aires, al estudiar las nociones epistemológicas y psicológicas de poder, el autoritarismo y la autoridad concluyeron que en la medida en la que el Poder político sea más determinante, más pobres son las mediaciones simbólicas de las personas en la vida pública, porque el indicador por excelencia del grado civilizatorio de una cierta sociedad es la calidad de los símbolos que empleen las personas para comunicarse. La pobreza o la riqueza del lenguaje, nuestra forma de relacionarnos, en fin, la forma de sentirnos como ser humano, indican que tan dependientes y frágiles somos ante el sistema.
Por eso no importa qué cantidad de dinero se tenga, se sentirá siempre esa sensación de excluido y de marginado, de rechazo, de fuera de lugar que se busca disimular a través del consumo (las marcas, estar en el medio para ser visto, la inclinación a mimetizarse, etc.) en fin, esa necesidad imperiosa de refrendar su existencia antes quienes cuentan con más poder que ellos, porque ciertamente ante la insuficiencia para emplear un lenguaje coherente, coordinado que exprese los elementos que componen nuestra realidad y lo que realmente sentimos, ante quienes sí cuenta con esos recursos, así sea un poco más que los nuestros, ejercerán su poder sobre estos, ya sea por medios de comunicación y la habitual manipulación mediática, control emocional, el estímulo permanente al consumo inconsciente o la demostración de poder ‘de quién es el que manda’ o simplemente recordarle sutilmente su insuficiencia así sea el rey del ‘teteo’, la realidad es que el Poder como modelo de vínculo perdurará cuanto más perduren las características regresivas infantiles y la insuficiencia del desarrollo cognitivo.
Antes de irse al teteo es importante que recuerde que el tema de la educación por parte del Estado no es una crisis ni un problema, para ellos es un proyecto como bien dijo Darcy Ribeiro, recuerde que la desigualdad que se vive hoy no es porque ud es negrito, gusta de su mismo sexo, o tiene un afro, la desigualdad radica en la estructura que quienes concentra el poder Político y Económico aún mantienen precisamente para que ud continúe siendo fácilmente manipulable como tonto útil de quienes sí saben que quieren de la vida y cuentan con muchos recursos simbólicos para explicarlo, razón por la cual emplean su poder para mantener la realidad que desde el teteo se busca evadir. La dimensión clave a través de la cual inicia la matriz de la desigualdad es la de educación, la deserción y la repetición son muy altas, los niños que ingresan abandonan o repiten masivamente por causas que a todos nos son familiares, niños menores de 14 años trabajando, desnutrición y la suerte de haber nacido en una familia disfuncional impactada por la pobreza.
En política nada es casualidad, una sociedad que ha implosionado en su coherencia, destruida en su interior como dijo Baudrillard una destrucción que se produce cuando el mundo se vacía de significado, donde ya se han derribado las fronteras entre realidad e imagen, dando paso al vacío de significación, por lo que ya to’ eh to’ y na’ eh na’ asigún’ quien lo haga, así como el nivel de educación, la capacidad de comprender la realidad compartida, la dispersión y fragmentación social, el griterío virtual ante cualquier nimiedad mediática, la desnutrición, la baja productividad económica y la instrumentalización de las relaciones humana, todo forma parte del mismo proyecto, del mismo cóctel molotov, ese que necesita de la evasión y distracción del teteo para que Ud. continúe ignorando su realidad, la realidad de que no cuenta con recursos cognitivos, para enfrentarse primero a Ud. mismo y menos ante un poder que se hace cada vez más fuerte y omnipotente cuanto más crece nuestra ignorancia.
A modo de nota curiosa para continuar vacilándonos la realidad con dembow como nos gusta, pero expandiendo un poco nuestra cultura general, en Colombia tetear es una palabra vulgar, que significa tomar del pelo, mamar gallo, prometer algo para salir del paso y después no cumplir; para los colombianos, teteo es lo que los políticos y funcionarios les hacen, pero por lo menos ellos están conscientes de ello, mientras que nosotros aquí de ilusos con ‘p’, pensamos que somos nosotros los del teteo, los que nos vacilamos el sistema, si, si riámonos, porque el chiste se cuenta solo.