En los últimos días ha sido tema de debates el anteproyecto del Presupuesto General 2021 sometido por el presidente Luis Abinader a nuestros legisladores y, si bien podríamos hablar de los detalles de este, en esta ocasión preferimos utilizar el mismo para tratar de hacer un diagnóstico de las capacidades y las intenciones de quienes lo elaboraron y trabajaron en su elaboración.

Si revisamos algunos de los impuestos que se pretenden cobrar en el 2021 para aumentar los ingresos del gobierno, unos resultan ilegales y otros son contrarios o violatorios de los acuerdos DRCAFTA (con los EEUU y Centro América) y como el EPA (con la Unión Europea).

  • Ilegal: El impuesto del 8% sobre las ganancias extraordinarias que hayan obtenido las empresas por los efectos del estado de emergencia y el COVID-19 durante el 2020, constituiría una violación a la irretroactividad de la ley y la seguridad jurídica consagrada en la Constitución.
  • Violatorios a acuerdos suscritos por el Estado: El impuesto al 3% de todas las compras realizadas en moneda extranjera con tarjetas de crédito o débito y los servicios digitales que ofrecen empresas extranjeras. Impuesto al GLP de 174.50 dólares por tonelada métrica. El aumento de un 25% del impuesto selectivo al consumo, para los equipos y maquinarias utilizados en acondicionadores de aires.

En consecuencia, si el Gobierno de RD toma esas medidas, podríamos ser SANCIONADOS bajo los acuerdos del DRCAFTA y el EPA y además verse perjudicada por medidas lesivas a nuestro interés nacional en cuanto a su Comercio de Acero y algunas de sus subpartidas; así como su comercio de algunos productos agrícolas, agroindustriales y algunas de sus partidas y subpartidas, en retaliación por violar sendos acuerdos. Sin dudas, pretender incluir estos impuestos en el presupuesto del próximo año 2021, representa una señal de que el equipo de asesores legales, no hicieron bien las cosas.

Sin embargo, tenemos que reconocer que el propio presidente Abinader ha manifestado, en senda rueda de prensa, que se trató de un anteproyecto que hicieron para presentarlo dentro del plazo que les otorga la ley. Y considerando que no tienen ni dos meses, el plazo otorgado los obligo a trabajar con mucha premura y que, por eso, el mismo será ampliamente debatido con todos los sectores de la sociedad.

En otro orden, pero continuando con el análisis del anteproyecto, nos detenemos a pensar en la idea del gobierno de apelar a impuestos transitorios para financiar el presupuesto del 2021 y nos preocupa que en todos los países del mundo han entendido que esta crisis económica ha afectado a personas jurídicas (empresas) y a personas físicas de todas las clases sociales, por lo que cuando pensamos en ayudas, las mismas deben ser en mayor o menor proporción, para todos los sectores y que, este no es momento de pretender que la población haga sacrificios fiscales, en especial esa clase media trabajadora, que muchos ya han perdido sus empleos.

Visto este aspecto, resulta insólito que los políticos y sociólogos del equipo de gobierno, no pudieron prever la actual reacción de la sociedad, en especial, que no previeran que la oposición podía aprovechar el disgusto de la sociedad para organizar y financiar injustificables manifestaciones, en contra de medidas que ya el gobierno confirmo que serán revisadas.

Otra cosa para considerar es que las autoridades deben conciliar con sus equipos de trabajo, con sus legisladores y con sus ministros, de forma que eviten al máximo las viejas prácticas del viejo PRD, de no ¨lavar los trapos en la casa¨, pues la población no ve con buenos ojos que lo sometido por el Gobierno Central, sea cuestionado por legisladores del propio PRM en las redes sociales y los medios de comunicación.

Por último y quizás lo más importante que podemos sacar de este anteproyecto, son las buenas intenciones y la firme decisión de las actuales autoridades y del propio presidente Luis Abinader, de poder cumplir sus promesas y por eso vemos reflejado en este anteproyecto: Los posibles aumentos de salarios para la policía, para los médicos y enfermeras, así como el prometido aumento en la Tarjeta de Solidaridad, además, las inversiones en infraestructura hospitalaria. Sin dudas tenemos un presidente muy bien intencionado, que necesita tiempo para poder estructurar el cómo financiar sus intenciones; pero que no estamos seguros de que puede cumplir con todas, en medio de una crisis económica provocado por las pandemias del Covid-19 y el Covid-Medina.