Decía el sabio Zoroastro: ¨Soy la sumatoria vivida de varios procesos religiosos¨.

Ante el desarrollo de los últimos acontecimientos pandémicos mundiales, esta máxima cobra una vigencia extraordinaria.

Las Redes Sociales, han sido portadoras de un sin número de videos, audios y hasta transcripciones bíblicas, donde sale a relucir lo variopinto de las religiones.

Desde los más apocalípticos hasta los mas fariseos, todos convergen en un fulcrum emocional, que yo denomino ¨Ojala que así fuera¨.

El fervor inducido, es el mejor viaducto para crear situaciones de desamparo divino, mea culpas y todo tipo de extravagancias subliminales.

De ahí que, debemos ser un poco mas lucidos y pragmáticos, en lo referente a los origines de esta Pandemia; su manejo ya implica otras consideraciones y análisis.

La Republica Popular China, desde hace mas de ocho años, viene expandiendo su frontera comercial por todo el ámbito mundial.

Con una población cautiva y hambrienta, entronizó un régimen de Enclave Productivo, que prácticamente quintuplicó su capacidad de producción, conllevando a precios de oferta incomparables. Las Rutas de Las Sedas (que son varias), llegaron a Europa, Asia, África, Oceanía, America del Norte y por último a Latinoamérica.

Sus Activos Líquidos ($$$$), se incrementaron en magnitudes logarítmicas, dándole un poder de compra inigualable en la historia de la humanidad. Esta liquidez fue orientada a la compra y/o adquisición de metales preciosos, Bonos Soberanos, Bonos Basura, acciones corporativas, deuda soberana de países en desarrollo, etc.

En otras palabras: El poder económico pasó de manos occidentales a las de China.

Como es de esperarse, las fronteras imperiales de las potencias occidentales (incluyo a Rusia), iniciaron una serie de contactos diplomáticos para ver si esta penetración podría disminuirse, en el mediano plazo.

Sin embargo, el enclave económico chino no obtemperó a estos llamados.

Desde ese momento, se inicia un filibusterismo económico en contra de China, llevándola al borde de la quiebra económica por impagos y perdida de mercados. De ahí en adelante, todo es historia. Lo Divino, nada tuvo que ver con los acontecimientos pandémicos recientes.