Para María Alzira Brum
De niño asistí al descubrimiento de la poesía como una feliz desilusión. El lenguaje usado para nombrar cosas como agua, arena o jarrón, podía alterarse para crear artefactos y retar el entendimiento. Nunca había visto una ballena o un camello, pero existían palabras con las cuales crear un universo en donde lo nombrado cobraba vida dentro y fuera de mí. Hoy leo poesía con la misma emoción. La lectura es una forma simbólica que me permite dotar de sentido lo ominoso, explicar la maravilla o el sabor de un beso. Lo anterior nos hace reconocer el valor del poeta y su capacidad para emprender lo imposible. Por eso leemos poesía y de vez en cuando garabateamos versos, tarareamos coplas y repetimos errores. Dos líneas arriba hablé de valor: cuestionemos las valoraciones de la poesía en nuestro entorno trastocado por la velocidad de la información, un dudoso shift de clases sociales y el prosaico mundo del mercado. Yo digo que la escritura de Frank Báez presenta varios caminos para acercarnos a ese valor.
En Anoche soñe que era un DJ (Libros Jai-Alai, Miami) se reúnen varios poemas de Frank. Hay allí una pequeña serie que me gusta mucho y que está inspirada en Chicago, ciudad donde el poeta vivió por algunos años y donde yo resido ahora. Algunos textos de la colección, como el emblemático “La Marilyn Monroe de Santo Domingo”, son conocidos ya porque fueron publicados previamente en blogs y/o revistas, gracias a las lecturas del poeta por la ciudad y a sus participaciones en el Spoken Word Band El Hombrecito. Debo resaltar la calidad del diseño y el hecho de que el libro está gustosamente traducido por P. Scott Cunningham y Hoyt Rogers.
La poesía de Báez ha generado discusiones extraliterarias en las que no quiero extenderme: la literatura se defiende por sí sola. Empecé a leerle en Puerto Rico y en uno de mis viajes a la Feria del Libro conseguí su premiado libro de cuentos Págale tú a los sicoanalistas. El libro causó en mí tal impresión que logré más o menos plasmar en un pequeño comentario*. En cuanto al lenguaje, del texto me sorprendió un sabor a crónica que crecería hasta convertir a Frank en uno de nuestros cronistas más aguzados; por el lado de la teoría literaria, llamaron mi atención las formas de abordar el escabroso asunto del paternalismo en la escritura nacional.
Con el cuaderno Postales recibió un Premio Nacional de Poesía, algo increíble y agradable. Recibí la noticia con algarabía, Nuestra literatura se está abriendo a otras lecturas, me dije. La fiesta me duró poco por lo que sabemos: se puso en duda públicamente la rigurosidad de la elección, en una suerte de empaque oscuro y de embrollo intelectual. El libro fue editado por Ediciones de a poco y ha sido todo un éxito en Santo Domingo, Puerto Rico, Centroamérica y más allá. Los poemas han sabido buscar su propio público, o quizás el público que se merecen. La poesía es inteligente y siempre encuentra la manera. La poesía se piensa, dice mi maestro Iván Silén.
Pienso en un texto de Anoche soñé que leí hace tiempo ya en el blog del autor, un poema en donde un escritor lanza un ruego a los ladrones que le arrebataron la computadora a su hermana, pide que por favor le devuelvan el artefacto. Da risa el principio la ingenuidad del que piensa la poesía como máquina de hacer milagros. Lo anterior me obliga a detenerme en el valor de la poesía y las maneras que usa Frank para plantear esto en sus textos. Cuando leas estos poemas te darás cuenta de que están llenos de señales. ¿Vale la pena escribir poesía? ¿Cuál es el valor del poeta hoy? En el poema que da título a la colección el escritor sale a preguntar, primero a sus allegados y luego al pueblo en general, si debería dedicarse a la poesía o a pinchar discos en un antro. Las opiniones varían sin discrimen:
Los menores me ven más como DJ
y las mujeres que compran en el supermercado
dicen que persista con los poemas
¿Tiene alguna utilidad la poesía? La escritura de Frank Báez traspasa el arquetipo. El DJ es el símbolo del ahora, es aquel que te hace vibrar y levantarte, es incluso un ángel, mientras el poeta es un desbaratado. El poema mata y remata con los últimos versos:
Hay una fábula en donde un DJ y un poeta caen en un pozo.
Empiezan a vocear y a vocear hasta que un hombre se asoma
y les tira una cuerda para irlos subiendo poco a poco.
Sube al DJ primero y cuando se la arrojan al poeta
este grita que lo dejen abajo y el hombre y el DJ así lo hacen,
aguardan en silencio y se marchan al rato.
El poeta no tiene que quedar bien con nadie. El tiempo que puede utilizar para defender su intención, lo emplea en incorporar la ciudad más allá de lo urbano: una jungla 2.0 que puja sus contornos, calles gobernadas por la belleza y el terror, alteraciones del sujeto que pueden claramente leerse en el texto “Metaldom”. En cuanto a teoría literaria, se encuentran lecturas del valor en el uso de la cotidianidad versus la ironía, no el cinismo deliberado producto de lecturas distorsionadas de la posmodernidad: no hay contexto, se acabaron los grandes relatos, no tenemos un nobel o un Cervantes. En cuanto a esto último quiero repetir que la literatura de un país es literatura más por como es leída que por los premios o reconocimientos que reciba. ¿Quieren más? Tenemos un Pullitzer que ni siquiera nos atrevemos a discutir, así las cosas… ¿Desde dónde el escritor se decide a tomar la palabra? ¿Cómo encuentra su lugar en la poesía, en la sociedad?
a los veinte años uno escribe poesía como si fuera un reactor nuclear
a los treinta años uno escribe poesía como si fuera el operario del reactor nuclear.
En cuanto a la obra de Frank, habrá que hacer un estudio para hablar del personaje literario y no de la persona, no caer en ese sucio juego que al final no lleva a nada, porque si a ello vamos los seres somos humanos y la putrefacción y el defecto nos son intrínsecos. ¿Quieren pureza? No la hay, no existe. Lo que sí existe es claridad, la capacidad de utilizar el mismo lenguaje con el que nos defendemos en la vida diaria, para afectar el entorno propio y ajeno mediante artefactos hechos a partir de la palabra.
*http://www.frankbaez.com/2013/01/articulo-sobre-el-libro-pagales-tu-los.html