Impresiona ver a la base popular del GOP mandar al diablo a sus líderes históricos y brindar un creciente apoyo a la candidatura del díscolo, mas sagaz, billonario.
Apreciados amigos temen la desintegración de los EEUU ante el poder chino; ¿destruirá el dragón al águila? Este sentimiento vive de espaldas a un ponderado análisis de la situación, y mas bien abraza, sin cuestionar, fuentes de información controladas por la derecha americana. El ciudadano en la base política republicana, o sea, la clase media blanca, esta siendo bombardeado con mensajes de miedo continuamente. Poderosos capitales y medios como Rupert Murdoch y Charles Krauthammer (Fox News), Sean Hannity (poderoso en programas de radio), Fred Barnes, de la ultra-conservadora Weekly Standard, Sheldon Adelson (mogul de casinos), el generoso Paul Singer (a $2.1 billonario en fondos de riesgo (hedge funds)), Andrew Puzder (comida basura), Mike Fernandez (industria de la salud), Spencer Zwick o los Hermanos Kosh (energía, la segunda empresa privada mas grande en los EEUU (vendió $115,000,000,000 en el ’13–la primera esta en manos de otros poderosos aliados de los Republicanos, el clan Wall Mart. Los Hnos. Kosh han financiando fundaciones conservadoras como Cato, Heritage y American Enterprise para bloquear cualquier medida destinada a amainar la emisión de gases agravando el calentamiento solar).
Mas la base republicana, con sus ingresos estancados, los sueldos sin futuro, y los extranjeros compitiendo por sus empleos, esta rechazando los productos políticos ofrecidos por esta influyente cábala política, productos tales como Jeb Bush, Marco Rubio, o el privilegiado de los Hnos. Kosh, y reconocido enemigo de las organizaciones obreras, Scott Walker. Jeb Bush, el icono sagrado de los conservadores clásicos, a pesar de superar a los demás candidatos en recaudación (su Super-Pac recaudó mas del 25 % en donaciones individuales superando el millón de dólares) pierde cada vez mas su golpeada popularidad; a mas dinero, menos apoyo. Su racional, aunque engañosa, posición en inmigración, el amor por su familia latina, mas sobre todo llevar el tóxico apellido Bush costó…imagínense, habla español en su casa.
Prepararse para enfrentar crisis futuras es sano, mas miedo sin razón es…irracional y manipulable. El miedo y la angustia sobre el futuro americano no tienen razón de ser. Somos el banquero del mundo y los apóstoles del consumismo. Nuestro sector financiero impera y define agendas alrededor del mundo. Un pequeño aumento en nuestra tasa de interés puede causar caos económicos en países buscando emitir bonos a pesar de tener economías totalmente corruptas–corrupción masiva encuentra correlación con riesgo país. Si no vendiéramos bonos, con profundos mercados de compra y venta, o, imperialismo del consumidor, si no nos volviéramos locos comprando carajadas, quien? Cuando viajas por China lo ves claramente. Si nos quieren vender las estupideces que consumimos, deben adaptarse a nuestra hegemonía global. Además, naciones pueden quebrar pero los bancos centrales–quienes imprimen su propia moneda–rara vez (aunque über corrupciones políticas como la de los Papandreou en Grecia, podrían desencadenarlas). ¿Podrá estar en peligro un país al cual otros compran sus instrumentos financieros aun a intereses negativos? Esta dinámica hegemónica ha sido, es y perdurará, no importa quien habite la Casa Blanca.
Además, pocos ciudadanos americanos comprenden lo poderosas que son nuestras fuerzas armadas cuando son comparadas con otras–a pesar de los billonarios desperdicios en sus abultados presupuestos, un mal bipartita; o como las estrategias bélicas, con drones y fuerzas super-especializadas–cambian la guerra. China y otros adversarios potenciales podrán estar preparándose para pelear la última guerra, mas nuestra industria y estrategas ya iluminan el mañana. La tecnología de punta, fábricas, infraestructura vial, de comunicaciones y de comercio internacional, turismo receptor, industria del entretenimiento (Viva Star War!), sector energético–a la fracking– y agroindustria son cada vez mas poderosos y como imanes, atraen inversiones y tecnologías nacionales y extranjeras, y estas generan mayor productividad. Aunque las grandes unidades agrícolas sean subsidiadas–especialmente con el costo del agua, transporte e investigación, y variaciones en precios, las mismas son competitivas con el resto del mundo Y así lo es en todo el país, a menos que no querramos serlo (tecnología y transporte ferroviario, por ejemplo, virulentamente opuesta por los intereses energéticos del lado republicano o sindicatos de obreros del lado demócrata). ¿Por qué? Porque quienes nos venden mucho, o sea acumulan un balance comercial a su “favor” acaban financiando nuestra compras de quienes tengan las mejores tecnologías y nuestro ambiente le ofrece a esos innovadores su espacio para crecer y prosperar; pequeño secreto americano.
Después de la debacle financiera detonada por la Administración Bush (mas causada por la acumulación de errores financieros en las Administraciones Demócratas y Republicanas previas) muchos sabemos la política de Obama aceleró nuestro repunte económico–sobre todo comparado con Europa y Japón– y la liberación de la política energética. No fue fácil–poderosa oposición abogaba por subsidios aun mayores para los banqueros y se oponía como lo hiciese Scott Walker, al apoyo de los millones de desempleados. Mucho costó vencer la oposición de las grandes petroleras y los Saudis/Netanyahu–quienes apoyan a Jeb Busch–a medidas que nos transformaran de importadores a exportadores y nos permitió regalarle a los pobres del mundo, sin costarle un centavo a los contribuyentes americanos, la mejor asistencia financiera para el desarrollo: el barril rozando los $40.
Mucho mas importante que las medidas de cualquier político, sin embargo, es la capacidad empresarial encontrada a todo nivel en América–desde las mega compañías en las Grandes Farmaceúticas, hasta el zapatero en el mercado. Nuestra capacidad de renovación social, cultural, política y económica no encuentra paralelo alguno ni en la historia ni en el mundo de hoy. Los riesgos exteriores no amedrentan.
Si, como nos enseñase el gran economista conservador, Joseph Schumpeter, debemos temer peligros internos como la eliminación de la competencia, la consolidación de empresas en grandes monopolios y el poder de las enormes riquezas familiares. O la creciente falta de transparencia de nuestras instituciones públicas y privadas y el ataque creciente socavando la gran institución americana: el impuesto sobre la renta. La polarización de los ingresos, la fragmentación social, y nuestro sistema judicial/penal nos debilita (en honor a lo bueno, los Koch han invertido cuantiosos fondos para mejorar este obsoleto mecanismo–que mucho sufrimiento trae al pueblo americano). Pero mas que nada, debemos evitar, a todo costo, convertir a un pueblo valiente en uno de pusilánimes.
¿Y que nos traerá la victoria de Donald Trump? ¿como será ese tipo de Administración? Entretenida especulación. Impresiona ver a la base popular del GOP mandar al diablo a sus líderes históricos y brindar un creciente apoyo a la candidatura del díscolo, mas sagaz, billonario. ¿Será tan malo como la cabala republicana acusa? ¿Quien será peor, el díscolo u otros dignos de la cabala? Su despotricamiento contra los Latinos (ver nota en Acento a raíz de su encuentro con Ramos) nos debe preocupar, y mucho. O ¿será el peor enemigo Ted Cruz y su corriente neo-fascista? En fin, cualquier candidato con probabilidades de éxito aceptables al gran capital, dado el resentimiento conmocionando la base republicana, será anti-Latino. Trump, menos hipócrita, podría estar reflejando el sentir de la mayoría republicana.
En el lado liberal, una mujer sigue siendo el único candidato consolidando diariamente su gran ventaja. La cultura machista de los hombres latinos la hubiera rechazado tajantemente no hace mucho. Mas la hábil Hillary, como corroboran las cifras del imparcial PEW y otras encuestas, ha logrado atraernos mientras los obcecados republicanos nos van perdiendo, especialmente con el amargado Cruz. ¿Podrá ganar una mujer? Hace pocos años no hubiera sido posible, ni siquiera como vice-presidente. La base del partido republicano sorprendió a todos los Machiavellis intentando manipularla. Y el Afro-Americano Obama dio su sorpresa: si se puede. Los cambios en la base de votantes han sido profundos, aunque la encumbrada élite aún no los reconoce. Las elecciones americanas serán un desagradable duelo por el corazón, la emoción y la mente del pueblo americano. Dada la bomba climática, no creo sea prepotencia gringa ver en estas elecciones no solo el umbral hacia el devenir del sueño americano, sino también el futuro de la humanidad. A votar se ha dicho…nos va el futuro en ello.
Predicción tonta (asumiendo no cisnes negros): Trump, Candidato Republicano. Clinton, Candidato Demócrata. Próximo Presidente de los Estados Unidos: al final de dos candidaturas reñídamente encontradas, una mobilización intensa del voto latino y otras minorías, y después de recontar los votos de la Florida: Hillary. Los jerarcas republicanos se concentrarán en mantener el control de las dos casas. Perderán el Senado, pero mantendrán la Casa de Representantes.