Para Ángelo Valenzuela, in memoriam
El equilibrio dramatúrgico del texto La peste de estos días, de Angelo Valenzuela constituye un eje constructivo donde personaje-acción y situación responden a una perspectiva de representación y anti-representación, cuya base es el desenmacaramiento-enmascaramiento del actor y la actriz, así como del personaje-anti-personaje que se ha diseñado desde la escritura y composición dramatúrgica.
En este sentido, la dialogía y la didascalia estructuran las acciones constituidas como base de secuencia y núcleo de justificación textual del argumento teatral. Los ejemplos que definen en este caso las escenas 1-4 son los siguientes:
El escenario vacío sólo iluminado con una tonalidad anaranjada. Un biombo azul, detrás del cual los actores buscarán todo cuanto necesitan para la representación. (Elemento didascálico aspectual que marca el inicio)
- ESCENA 1
Actriz 1 – (Actor 2 y actriz 3 entran por el extremo izquierdo).
Actor 1 – (Actriz 2 y Actor entran por el extremo derecho forman un semicírculo de frente al público).
(El escenario se ilumina totalmente. Actor 1 regresa al grupo) (p. 9)
(Todos los actores y actrices se ocultan detrás del biombo
excepto el actor 3 que avanza al centro). (p. 10)
Actriz 2 – (interrumpiendo al actor 3. Entra con una falda, escoba y sobres en la mano).
Actor 3 – (Sale de escena).
Actor 2 – (Despidiendo a un cliente. Entrando a escena) (p. 11)
- ESCENA 3
Actriz 2 – (Actor 2 se retira barriendo. Mientras actor y actriz 2
conversan, los demás miembros del elenco colocan una mesita y una silla en el centro del escenario. Entra actriz 3, se sienta en la silla y coloca los pies sobre la mesa. Del bolsillo del saco rojo que lleva puesto, saca un guineo y habla por él como si fuera un teléfono. Actor 2 llega hasta ella. Después de unos segundos de esperar, le hace señas a Actriz 3) (p. 13)
- ESCENA 4
Actriz 3 – (Como ciudadano común. Entra corriendo y gritando produciendo un gran escándalo.
Se escucha tras Actor 2, quien ya está a la defensiva). (p. 18)
Las escenas fijadas y marcadas por un proceso contentivo de acotaciones e indicaciones secundarias, producen un efecto de real-irreal en una línea ascendente, rítmica y cualificada por el movimiento que, desde el texto dramatúrgico organiza la significación y los márgenes teatrales que revelan su propio valor. La variable ritmo es la que encadena la temática y la forma significante de cada escena. Entre el fuera de la escena y el dentro de la escena, se establece una juntura imaginaria visible, activada por la estructura misma del diálogo y las acciones:
- ESCENA V
Actor1 – (Como doctor. Entra a escena limpiándose las manos con un trapo.) ¿Y este maldito escándalo?
Actor 2 – Por una tripita…
(Distraído y mirando por dónde sacaron a actor 3)
Actor 1 – ¿Es usted el que me busca?
(Sentándose en la silla)
Actor 2 – ¿Eh? (Saliendo de su distracción) ¡Primo!
(Se abalanza sobre Actor 1. Lo abraza)
¡Cuánto tiempo…! ¿Cómo te ha ido? ¿Y la tía Lela?
¡Me dijeron que al tío Peto le dio un yeyo y se quedó tuñeco? ¿Ya está mejor?
¡Supongo que sí! Dizque se mudaron a un barrio bueno, donde no hay perros bravos;
tú sabes que tía siempre le tuvo miedo del diablo! Pero háblame de ti; “Cómo te ha
ido! ¿Y tu familia? ¡Me contaron que te casaste y tuviste trillizos…!
(Actor 1 no responde al saludo. Lo mira con indiferencia)
Actor 1 – (contraste) ¿Me puede soltar?
(Fuera de escena se escucha un golpe seco, seguido por un grito de dolor)
Actor 2 – (Distraído por el grito desde afuera)
¿Qué?
Actor 1 – ¡Que me suelte!
Actor 2– ¡No relajes, si teníamos como…!
Actor 1 – ¡Me estoy encabronando, suélteme…!
Actor 2 – (Sorprendido por la actitud del actor 1)
¡Pero primo…!
Actor 1 – (Se levanta violentamente de la silla).
(Actor 2 va a dar de espaldas a la mesa).
(Actor 1se le encima ¿Se está volviendo loco?)
¡Cómo se atreve a lanzársele así a la gente? (pp. 21-22).