Amable lector, como todo inmigrante primero no leo las noticias de la ciudad donde ahora vivo, NY, sino las del país donde hace años no vivo, RD. Entre el mismo desorden de siempre con los mismos políticos ladrones y charlatanes y patanes de siempre, ese día, hace años, no tantos, un rayo de luz divina gracias a Remolacha.net:
"Supuesta aparición de ángel en Santo Domingo.
Una comunidad cristiana está en vigilia ante las impactantes imágenes de un supuesto ángel que apareció en medio de una fogata, en Cancino, de Santo Domingo Este. Las increíbles imágenes fueron captadas con teléfonos celulares de los participantes…"
Esto es a propósito. ¿Por qué estas divinidades, menores, no aparecen, en Davos, París, Londres, Tokio, Berlín? Siempre aparecen en lugares poblados de necesidades, cerca de una cañada, ciénaga, o río bajito donde se lavan camionetas y Hondas 70. Bien se sabe con la pobreza aumentan las iglesias y las bancas de apuestas.
Esto también es a propósito. ¿Cómo saben que es un ángel? ¿Habló con alguien? ¿Mostró carnet y pasaporte? ¿Extendió sus alas? Es decir, salió del fuego, bien puede ser un demonio. Si vamos a creer, vamos a creer en todo. Es mucho más lógico que de un fuego en el suelo salga un demonio que un ángel. Y la imagen en la foto parece el bosquejo del poster del musical de Broadway: "Batman, Oscuro Ángel y/o Demonio Brilloso", a ser escrito, sin el consentimiento de ningún doliente de Batman, por Bono y un mapache. Ay Bono, pon más atención a tu arte que a tus gafas, tus canciones hacen recordar el poemita de David Musgrave dedicado a Sting:
"SOBRE EL INEVITABLE DESCENSO HACIA
MEDIOCRIDAD DEL MÚSICO POPULAR QUIEN
OBTIENE UNA CONFORTABLE MEDIANA EDAD
Oh Sting, ¿dónde está vuestra muerte?"
Además, si yo fuera creyente, devoto lector de la Biblia, viviendo en asentamiento donde aparece ángel, lo primero que hago ipso facto es poner muchísima distancia entre mi persona y ese lugar sagrado. Un ángel nunca aparece para premiar a nadie…
—Oh, ¿y quién es usted?
—Soy un ángel, ¿no me ves las alas?
—Ay sí y además… además… ¿cuál es la palabra questoy buscando?
—¿Brilloso?
—Sí, esa misma, brilloso.
—Bueno, vengo de parte de… ejem… de… Él.
—¿De Él? ¿Y no te sabes su nombre?
—Sí, pero a Él no le gusta que lo mencionen.
—¿Ajá? ¿Y por qué? ¿Es muy feo?
—Vaya usted a saber.
—¿Yavé?
—Ay ay ay, que no menciones su nombre, ese no es, pero es bien parecido.
—¿Jehová?
—Pero cristiano, que deje de mencionar nombres que si pegas esto se va a poner bien feo.
—Ok ok, no te pongas así, estás tan pálido que estás desapareciendo.
—Bueno, que vengo a felicitarlos por la decencia y la bondad y el amor demostrados por esta comunidad modelo, y por eso nos vamos a encargar de par de cositas para hacer de este pueblo un ensayo de Paraíso.
—Uy qué bien.
—Sí, lo primero es que solo tendrán Primaverano y Otoño. Mucho verde por tres meses, después tres meses de rojo y marrón y amarillo, después mucho verde otra vez, y lluvia y nieve leves cuando la mayoría de los habitantes las deseen. Nada de terremotos ni inundaciones ni huracanes ni políticos dominicanos con bigotes. La tierra dará los mejores frutos y nunca más nacerá una criatura fea a la que puedan apodar Cacón o Moyeja.
No, todomundo que ha leído la Biblia sabe requetebien la aparición de un ángel solo significa cataclismo José, ese barrigón sí e suyo, hasta hay uno que llaman el Ángel de la Muerte…
—Oh, ¿y quién es usted?
—Soy un ángel, ¿no me ves las alas?
—Ay sí y además… además… ¿cuál es la palabra questoy buscando?
—¿Brilloso?
—Sí, esa misma, brilloso.
—Bueno, vengo de parte de… ejem… de… Él.
—¿De Él? ¿Y no te sabes su nombre?
—Sí, pero a Él no le gusta que lo mencionen.
—¿Ajá? ¿Y por qué? ¿Es muy feo?
—Vaya usted a saber.
—¿Yavé?
—Ay ay ay, que no menciones su nombre, ese no es, pero es bien parecido.
—¿Jehová?
—Pero cristiano, que deje de mencionar nombres que si pegas esta destrucción va a empezar ahora mismo.
—¿Cuál destrucción?
—La de esta ciudad, ¿este hoyo se llama Sodoma y Gomorra?
—Sí.
—Bueno, tienen hasta la medianoche para salir corriendo. Ah, y no miren para atrás por nada del mundo, si lo hacen se convierten en estatuas de sal.
—Dios mío pero qué drástico es él, digo, Él. Recuerda que yo tengo una mujer y dos hijas, ya sabes lo curiosas que son. Mejor que la que mire paratrás se le explote un ojo, la primera tuerta de la nueva humanidad…
—No, SAL.