Cuando el científico británico Stephen Hawkins afirmó que las predicciones mayas que hablaban del fin del mundo para el 2012, tenían un “error de cálculo de 8 años”; es decir, que en realidad son para el 2020, no pudo ver con sus propios ojos que “su profecía” … se cumplía.

Las plagas de langosta están azotando el continente africano, lo que podría generar una crisis alimentaria sin precedentes en esa región del planeta.

En los Estados Unidos se han descubierto avispas asesinas provenientes del continente asiático. Esta variedad de avispas es capaz de devorar en minutos varias colmenas de abejas, creando, si llegan a reproducirse, un colapso en el ecosistema nativo.

Como si fuera poco, se desató un virus desde la China que, en 5 meses, de enero a mayo, ha recorrido el mundo dejando más de 400 mil personas muertas y enfermado a 6 millones más…y apenas comienza.

El pánico creado ha sido tal que los gobiernos de todos los países han visto tambalear su economía, con el agravante que los efectos catastróficos se proyectan como un tsunami que arropará con miseria a millones de hogares en los meses por venir.

Desde el cielo nos han rozado recientemente más de una docena de asteroides y varias docenas más de meteoritos. El cometa Halley que nos visita cada 76 años, nos brindó en estos días una lluvia de meteoritos, que por suerte, ¡no le cayeron a nadie en la cabeza…que sepamos!…

No bien entramos en junio cuando se desató una batalla campal que ha tomado las calles de todo los Estados Unidos y amenaza con expandirse por todo el planeta, como el virus.

La discriminación racial y el abuso policial abrieron las puertas a millones de jóvenes ansiosos como consecuencia del encierro impuesto por la cuarentena. Como avalancha, ellos recorren arrasándolo todo a su paso, descargando su rabia contenida sobre todas las vitrinas.  

La pandemia de opioides que silenciosamente ha invadido al mundo desde las farmacéuticas productoras está provocando reacciones imprevistas. Eso parece al observar los jóvenes actuar, como si se vengaran por el vicio al que se ha inducido a un alto número de ellos. 

Los Estados Unidos invade a los Estados Unidos desde sus entrañas.  

¿What’s next? ¡Malas noticias, sí! Al parecer este será el año más desgraciado para recordar, si es que sobrevivimos. Las malditas profecías mayas al parecer se están cumpliendo y, gracias a Hawkins, nos damos cuenta de ello.

Los mayas eran muy buenos en astrología, lograron elaborar un calendario compuesto de tres partes. “el Tzolkin”, o parte sagrada la cual consta de 260 días, el “Haab” o parte civil que va en sintonía con el sol y sus 365 días, y, el llamado de “cuenta larga”. Cada 52 años los tres se ponen en “sincronicidad”

Según Carl Jung psiquiatra y pensador suizo los humanos tenemos momentos de “simultaneidad” cuando nuestra mente es capaz de “materializar” sus deseos y nos sorprende. Nosotros a esos momentos llamamos suerte, azar o destino. Es un momento cuando lo exterior e interior se manifiestan en “sincronicidad”. Como si existiera una conexión invisible…

Es una realidad irreal que surge y regresa desde todo lo existente… como algo imprevisto que se prevé.

Quizás estemos en uno de esos 52 años mayas, cundo todos nos ponemos de acuerdo en “sincronizar” nuestra suerte y hasta nuestra muerte, ¡quién sabe!  Pero como somos un puro desastre para ponernos de acuerdo, tendremos que dejar esa parte a “esa otra parte”, que quién sabe de dónde surge, ¿cuándo, cómo, por qué? 

Con 6 meses más para contar, no sabemos que será “next”. Recuerde que no es un asunto de si “debemos o no involucrarnos… estamos involucrados”.

De nada valdrá ser astronauta porque… no hay pa’ donde salir huyendo. Con suerte llegaremos a junio del 2061, cuando el cometa Halley vuelva a pasar rozando como recordatorio de que algún día se estrellará sobre nosotros. 

¡Estamos jodidos de todas formas! Así que no se olvide de mandar pa´l carajo las tristezas y amarguras; sincronícese con lo que le dé la vida. Así venceremos el miedo y al derrotar a la próxima vaina que venga, gritaremos, ¡Next!

¡Salud!