El garrochista y el comercial de televisión

Ahora que estamos con los juegos deportivos de Colombia y veo que la República Dominicana ha quedado en quinto lugar con un paquete de medallas, me acuerdo de que hace unos años ya, tuvimos que grabar un comercial de televisión para un suplemento nutricional quesuministraba energía adicional a los niños, pues los padres sabemos lo difíciles que son muchos de ellos a la hora de comer.

En el guión,¨story line¨ le llamamos en publicidad, figuraba entre otros deportes, el cliché infaltable de la pelota, o lo ponías o no te aprobaban el comercial, una carrera de velocidad y como innovación, el fútbol estaba aún lejos de tener la vigencia de ahora en el país, añadimos un salto de garrocha o también llamado de pértiga, poco visto en aquel entonces, es muy espectacular, refleja fuerza y habilidad, y da buenas imágenes a contraluz y a cámara lenta.

Así que dimos la orden de buscar un buen garrochista para la escena, y al día siguiente el encargado de los talentos nos trajo nada menos que al campeón nacional de esta disciplina, lo cual nos tranquilizó mucho porque eran muy pocos los que practicaban esa especialidad.

Cuando apareció vestido en el ¨set¨ de grabación con camiseta sin mangas y pantalón corto nos quedamos sin aliento. Larguirucho, no como desvencijado, sino más bien descriscajado, flaco de toda flaquencia, no por las exigencias propias de ese tipo de salto, sino por una cruda falta de cuchara, y con brazos laaargos y piernas laaaaaaargas, y muy gambadas. En definitiva, parecía un preso recién liberado de un campo de concentración sin las fuerzas necesarias para saltar la alambrada de púas, y casi ni para sostenerse en pie.

Bien, pasado el impacto inicial, nos auto convencimos que si era campeón tenía por obligación y lógica que saber saltar, y tampoco era el momento de buscar un Brat Pitt adolescente, y que como estaría en pleno movimiento corriendo y saltando, la figura no se vería con demasiada definición.

Así que  procedimos a los ensayos previos, y ya se sabe cómo es en publicidad…un salto, todo bien pero otra vez y con más ánimo. Dos saltos, mejor, pero trata de llegar más alto,  tres saltos, de nuevo con más ímpetu, cuatro saltos así está mejor, cinco saltos ya casi lo tenemos… el caso es que el joven demostraba ciertos síntomas de fatiga y lo dejamos descansar en lo que preparábamos otros elementos de la escena, y el campeón se nos quedó dormido al momento,  con lo que su aspecto aún era más lamentable.

Lo dejamos en ese estado un buen rato, y cuando despertó y se dio cuenta, nos pidió disculpas por la pavita que se había echado, y nos explicó que él trabajaba de sereno en un almacén y no había  pegado ojo en toda la noche, y además como ¨el call¨, la llamada a los modelos e integrantes de la producción era bastante temprana y su casa quedaba muy distante, había venido al palacio de los deportes directamente, caminado desde un barrio  muy lejano, y sin haber tenido tiempo para bañarse ni desayunar.

De inmediato le servimos sándwiches de jamón, queso, de pollo, café con leche, jugos, después se dio un buen aseo con agua y jabón… y le dejamos descansar un buen tiempo más. Más tarde, cuando ya se encontraba bastante ¨alebrecaito¨ como decimos por aquí, y animado,porque ya se sabe aquello de estómago lleno corazón contento, continuamos con los saltos y todo salió a la perfección pues se trataba de un campeón que sabía desempeñar su rutina a la perfección. Después de ese caso, siempre he creído que las medallas que consiguen los atletas dominicanos, la mayoría de ellos venciendo primero el hambre, las mil calamidades y limitaciones de la pobreza y el abandono, si son de bronce valen plata, si son de plata valen oro y  si son de oro valen platino. Así que un quinto puesto, para mí, vale como un primero, y por ello los felicito sinceramente.

Uno piensa en esos ¨scout¨ gringos que van por las universidades y colegios descubriendo entre muchachos y muchachas atletas potenciales, y cuando los encuentran les dan entrenamiento, técnicas de alto rendimiento, comida adecuada a su especialidad, asistencia económica si la necesita, psicológica, y los mantienen desarrollándose durante años hasta que vienen con trofeos olímpicos colgados al  cuello.

Nunca más hemos sabido de nuestro sereno campeón sereno, esperamos que le haya ido bien en aquel deporte de minorías, y que su vida haya dado el mejor de los saltos de progreso… y que además de codiciadas e importantes preseas, haya ganado también unas libritas más. ¡Falta le hacían!