En este artículo nos adentramos a conocer los datos generales de las últimas 6 elecciones presidenciales desde el 2000 hasta el 2020, por lo cual le presentamos este cuadro de resultado ilustrado en esta reflexión.
Como verán entre el 2000 hasta el 2016 el promedio de concurrentes a las elecciones fue de 72.03%, que es bastante alto para un país que no tiene el voto obligatorio de sus ciudadanos, no obstante, para los comicios del 2020 se redujo a 55.29%, producto de la pandemia del Covid-19, es decir, 16.74% menos que la media del promedio en años anteriores, lo que significó que 1,260,510 electores no asistieran a votar para llegar al promedio histórico de los últimos 20 años.
En estás 6 elecciones la alianza de gobierno obtuvo: en el 2000 (24.94%), 2004 (33.65%), 2008 (53.83%), 2012 (51.21%), 2016 (61.74%) y en 2020 (37.46%), para un promedio el voto gobierno de un 43.80%, de estos corresponde a la gestiones del PLD un 45.83%.
La alianza de la principal fuerza opositora en las mismas elecciones alcanzaron: 2000 (49.87%), 2004 (57.11%), 2008 (40.48%), 2012 (46.95%), 2016 (34.98%) y en el 2020 (52.52%), para un promedio de la principal alianza opositora en esos 6 certámenes electorales, a fin de promediar un 46.98%, de los cuáles obtuvo el PRD en tres ocasiones (2000, 2008 y 2012) un promedio de votación de 45.76%, el PLD en el 2004 un 57.11%, el PRM en el 2016 y 2020 un 43.75%.
Como aquí se demuestra el voto histórico del gobierno oscila entre un 24.94% (PLD) como mínimo, obtenido en un escenario de tres fuerzas en competencia en el año 2000 hasta un 43.80%, que es su promedio en los últimos 20 años, y el voto opositor oscila entre un 34.98% (PRM) como mínimo en el 2016 y su promedio en el mismo tiempo (46.98%).
Está más que claro que el voto opositor ha tenido un mínimo más alto que el del gobierno y un promedio también, por lo cual a juzgar por estos datos la fortaleza del voto opositor es una realidad que nadie puede discutir. El voto de gobierno se disminuye cuando ha habido dos fuerzas políticas importantes de oposición participando, como fue en el año 2000 que eran oposición el PRD y el PRSC que sumaron ambos un envidiable 74.47% y en el 2020 el PRM y la FP un 61.42%.
El gobierno al parecer tiene sus mayores posibilidades electorales en la primera vuelta, así lo confirma las victorias del PLD con su mínimo electoral en el 2012 con un 51.21% y su máximo en el 2016 de 61.74%; no se toma en cuenta lo obtenido desde el gobierno en el 2000, porque las perdió ante el PRD con Hipólito Mejía como su candidato presidencial.
Todo parece indicar que para el escenario del 2024 habrán tres fuerzas políticas en disputa: el PRM que representará el polo del gobierno, el PLD y la FUERZA DEL PUEBLO que representarán el polo opositor, todos los demás partidos del sistema, salvo que aparezca algún outsider que tenga números para participar en la contienda y pueda ser postulado por alguna fuerza reconocida por la JCE, la mayoría o la casi totalidad irán en alianza con éstos tres partidos, porque la posibilidad de toda organización partidaria de obtener escaños solo se da si logran conformar coaliciones que le sumen los votos para ganar los mismos.
El gobierno tiene fortalezas innegables para construir acuerdos con los partidos, porque puede garantizarle participación inmediata en el mismo a cambio de un apoyo electoral, mientras que para la oposición garantizar competir con posibilidades de ganar las candidaturas uninominales a la presidencia (primera o en segunda vuelta) y los niveles de senadores, alcaldes y directores de distritos municipales tienen que unificarse, porque si no el voto gobierno les ganaría la mayoría de esos cargos, no así las candidaturas plurinominales sean estás preferenciales o no, donde los escaños de la oposición dividida puede ser que obtengan más posiciones que el gobierno, todo dependerá del sistema de elección que utilicemos para las elecciones del 2024, porque está claro qué hay dos boletas, una de diputados y otra que por decisión jurisprudencial del Tribunal Constitucional se va a crear la de regidores y vocales, que estarán separadas a las de los alcaldes y directores de distritos municipales.
Pasamos analizar las posibilidades del gobierno en este artículo y en la tercera entrega evaluáremos la de la oposición; primero, tenemos que hacer un modelado donde veamos las opciones, si el oficialismo presenta la reelección del presidente Abinader o si se decide darle paso a otro candidato, el voto gobierno casi siempre lo une el presidente de turno, salvo honrosas excepciones donde el partido oficial cuente con un liderazgo alternativo, que siendo sincero no se ve hoy en el PRM, son tres razones básicas por la que el mandatario siempre será el favorito:
- Porque el voto gobierno es un voto de la gestión, de los programas asistenciales, de la mayoría de los empleados públicos, de los beneficiarios directos del mismo.
- Al único que se le respeta, se le teme, se debe obediencia es al que tiene la firma: El Presidente.
- Todas las acciones electorales desde el gobierno necesitan el aval presidencial es muy difícil que un Jefe de Estado utilice su poder, autoridad y recursos a favor de otro, cuando está habilitado constitucionalmente para mantenerse en el cargo por un periodo adicional.
De estas tres razones intuimos que el candidato del gobierno lo será el presidente Abinader, en ese contexto cuál será el análisis de decisiones que tomaría el gobierno:
- representar a las fuerzas sociales antipartidos;
- vincularse con el ciudadano desafecto a la clase política tradicional y que no quiere el regreso del PLD ni de la FUERZA DEL PUEBLO;
- profundización de las políticas de independencia de los poderes públicos (Altas Cortes y Ministerio Público);
- política de persecución a la corrupción peledeístas, y con esto afectar lo más posible la marca PLD y es probable que se incluya a algunos de la FUERZA DEL PUEBLO;
- tratar de tener respaldo de los que no le gustan los gobierno con partidos predominantes (oligarquía, sociedad civil, los EUA, un sector de la Iglesia);
- los popis tendrán la tarea de convencer a la clase media desafecta a lo ocurrido en los gobiernos peledeístas que es preferible mantener al PRM en el poder.; y
- el gobierno tratará de llevar en sus boletas un porcentaje significativo de figuras populares, que no serán cuadros políticos.
La teoría de juegos y lo inteligente a realizar:
- El gobierno tratará de mantener dividida a la oposición, para tales fines mantendrá hasta donde le sea conveniente una buena relación con la oposición moderada o light, representada por la FUERZA DEL PUEBLO y aliados.
- Si la marca PLD mantiene un progresivo deterioro por el desprestigio que le crearán los graves expedientes de corrupción, y por la percepción negativa que le imposibilite ganar los comicios en el 2024, buscando con ello también, que su participación en alianzas sea de una contaminación radioactiva para que los aspirantes a las candidaturas les interese los votos morados pero, no quieran ir en su boleta.
Análisis de las negociaciones que posiblemente hará el gobierno:
- Además, de los sectores de la antipolítica que temen vuelvan los políticos tradicionales al Palacio, y que buscarán sus apoyos, la realidad es que quiénes inscriben las candidaturas son los partidos, por lo que en su momento el oficialismo irá tras los partidos para ofrecerles una participación gubernamental y candidaturas, con el propósito que pacten con ellos; estoy seguro que pudiesen lograr conquistar un buena representación de estos, nadie como el gobierno tiene capacidad de sumar apoyo institucionales, porque el que menosprecia el poder del gobierno no conoce nuestra historia.
- Para el oficialismo ganar necesita fortalecer la percepción de triunfo en el imaginario popular, por lo cual se empeñará en llevar los mejores y más populares candidatos a las municipales a celebrarse en el mes de febrero, porque si ganan la mayoría de Alcaldías y de Juntas Municipales, eso se irradia de manera positiva a la candidatura presidencial oficialista para las elecciones de mayo.
El gobierno tendrá que hacer los mayores esfuerzo para ganar en primera vuelta o en el hipotético caso de no ganarla, lograr alcanzar una votación cercana al 50%; en el caso de una segunda vuelta sería tan poco lo que le faltase para ganar la misma que deprima a las fuerzas opositoras y con ello le posibilitaría un pacto con un sector moderado de la misma, con el objetivo de salir victorioso con mayor holgura.
Para el gobierno ganar: tiene que unificar a su partido, el PRM; hacer obras tangibles que puedan presentar al electorado; fortalecer y ampliar los programas asistenciales; mantener la estabilidad macroeconómica; evitar que la reforma fiscal solo la paguen los de menos ingresos; y eficientizar la gestión pública, que saque de la abulia o parálisis en que se encuentra actualmente la mayoría de las instituciones del Estado.
Un análisis predictivo nos arroja que la probabilidad del oficialismo para ganar las elecciones en un escenario de tres fuerzas políticas contendiendo es de un 50%, tomando en cuenta sus fortalezas y debilidades, el presidente Abinader es un apasionado de las encuestas y del uso de las herramientas tecnológicas más avanzadas de la mercadotecnia electoral, por lo cual nadie puede cantar victoria por más yerros que cometan sus funcionarios.
La oposición debe prepararse para la madre de las batallas, porque no lo duden, lo será, ya que existen sectores y una franja importante de votos en contra del PLD, que tampoco quiere a la FUERZA DEL PUEBLO, porque lo entienden casi lo mismo, la diferencia estará en un segmento que crece cada día, según las encuestas, los desafectos, compuestos por los antipolíticos, apartidistas y apolíticos, que hoy bordean un 32% del electorado, ¡¡¡estos decidirán si se quedan lo que están o si vuelven los que se fueron!!!