Un anagrama es un tipo de juego de palabras. Se trata de reordenar todas las letras de una(s) palabra(s) para formar otra(s). Con frecuencia una palabra o frase generan múltiples anagramas. Sin embargo, los anagramistas escogen las que reflejen o comenten las palabras originales. Un anagrama puede ser un antónimo o un sinónimo de la frase original. Los anagramas son frecuentemente utilizados para criticar, parodiar o alabar, sobre todo a personas.
Los anagramas se remontan a la antigüedad clásica. Eran muy populares en Roma y en Grecia. Los anagramas se utilizaron incluso en las religiones, como el Cristianismo. Uno muy popular fue el creado a partir del primer verso del Avemaría: "Ave María, gratia plena, Dominus Tecum" (Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo): "serena Virgo, pia, munda et immaculata" (virgen serena, piadosa, limpia e inmaculada). Otro famoso anagrama fue creado a partir de la pregunta de Pilatos a Jesús, "Quid est veritas?" (¿Qué es la verdad?): "Est vir qui Adest" (Es el hombre que está aquí).
En la época moderna los anagramas han sido utilizados para generar seudónimos. Así Voltaire proviene de la versión latina de su apellido real del filósofo, Arouet. Otro caso es el de Margueritte Yourcenar. La escritora belga no se apellidaba en realidad Yourcenar. Este apellido es un anagrama del real, Crayencour.
Existen anagramas perfectos e imperfectos. Los primeros utilizan todas las letras de la palabra original. Los segundos o utilizan una parte, o convierten una letra en otra cercana o similar, como la z y la s, o la v y la u. Voltaire es un anagrama imperfecto.
En lo que se refiere a las personas, muchos piensan que el anagrama es más que un juego literario, que es un método de descubrir la esencia oculta del propietario del nombre. Los anagramas fueron utilizados en la época de Moisés. Es preciso recordar que fueron los judíos que practicaban la cábala. Para ellos no era un juego, era un asunto muy serio.
Un ejemplo de esta visión lo constituye un anagrama sobre Salvador Dalí. Dalí amaba el dinero con exceso. Tanto, que al final de su vida, al parecer, vendió lienzos firmados en blanco: el comprador pintaba una imitación y la vendía por todo el oro del mundo. Cuando los surrealistas expulsaron a Dalí de su seno, André Breton hizo este anagrama a partir del nombre del pintor: Avida Dollars. Está más que demostrado que Dalí tenía una gran sed de dólares.
También yo me he dedicado a hacer anagramas, a “torturar de diez mil maneras una pobre palabra”, como dijo alguien. Los objetos de mis anagramas son personajes criollos, sobre todo políticos. A partir de la semana que viene, publicaré una serie de mis mejores anagramas. Que yo sepa, nadie se ha dedicado a este interesante ejercicio a partir de dominicanos. Solo publicaré anagramas imperfectos cuando los perfectos no sean posibles. Ya me dirán mis lectores si estos son acordes con la esencia última y oculta de sus protagonistas. Para mayor claridad, escribiré en negritas tanto el anagrama como su protagonista. Concluyo aclarando que no soy culpable de lo que digan los nombres de estos personajes, sobre todo de los políticos, soy apenas un descubridor. E informando a mis lectores que acepto peticiones. Bastará con escribirme a pablo@gomezborbon.com, indicándome el nombre elegido para el anagrama.
Mi primer protagonista: Danilo Medina.
Hasta la semana próxima.