La lectura diaria de las noticias y de las informaciones en los medios de comunicación nos nubla la mirada a la realidad con un pesimismo y una fuerte tendencia a desconfiar de todas las personas que tenemos alrededor y pensar que todo está perdido.

Esas conclusiones están muy lejos de lo que ocurre realmente. En nuestras comunidades, barrios, pueblos y campos hay muchísima gente que ha dedicado su vida al trabajo comunitario, a la solidaridad y a sembrar amor comprometiéndose con los grupos más vulnerables.

Una de esas personas es el doctor Silverio LópezGutiérrez, con quien me unen lazos consanguíneos.

Descubrí el inmenso aporte de Silverio López hace algunos años trabajando en comunidades rurales de la provincia Espaillat y en barrios marginados de Moca. Cuando mencionaba su nombre personas de distintas edades me decían “ese si es un hombre que vale”, “ese hombre me curo”, “Si uno no tiene dinero, él te atiende como quiera, es un hombre bueno”.

La referencia a consultas y atención medica en las comunidades en forma gratuita a personas en condiciones de pobreza y pobreza extrema en sus hogares, es un referente continuo sobre él. Decidí entonces hacerle una historia de vida de la que extraigo algunos elementos en este artículo.

Silverio López nació en Moca en el año 1936 en un hogar muy pobre con una familia monoparental matrifocal, su madre, hermana y él. Su madre se dedicaba a trillar Café y su hermana era maestra. La sensibilidad social frente a la pobreza y vulnerabilidad que vivían las personas en su entorno género en él su vocación por el ejercicio de la medicina.

“Yo veía mucha gente morir a mi alrededor por tuberculosis y tifoidea, habiendo medicamentos para esas enfermedades, la gente moría porque no tenía dinero para comprarlos. Yo le pedía a Dios que me iluminara para ver como yo podía evitar que la gente se muriera, así pude saber que había médicos y que todas esas enfermedades y esas muertes se podían evitar. A medida que fui creciendo tenía la idea de la medicina tan metido en la cabeza”. “Cuando me hice medico vine a mi pueblo a dar el servicio a la gente. Cuando abrí mi consultorio y nunca le puse un precio a  mi consulta, el que pudo me pagó, el que no pudo éramos felices los dos. Hay gente que me ha pagado con una gallina, unos huevos, lo que tenga a su alcance”. (Extraido de la historia de vida realizada a Silverio López Gutiérrez)

En su sueño de mejorar el acceso de las personas más vulnerables a servicios de salud de calidad, ha dedicado sus últimos años a un gran sueño que se ha hecho realidad. Fundó un patronato de lucha contra el cáncer de la provincia Espaillat y a través del patronato logró con el apoyo de muchas personas e instituciones de Moca la construcción de un hospital oncológico en la provincia.

“Vi como los pacientes que llegaban de los pueblos sin tener recursos no podían recibir el tratamiento debido. Yo pensé desde ese momento  alguna vez hacer en mi pueblo un hospital para que se atienda a la gente pobre de mi pueblo enferma de cáncer. Es obra del patronato”. (IBIDEM)

Además de esta gran obra, son muchas otras las obras sociales en las que Silverio López aunó esfuerzos para que se hicieran realidad como fue el albergue para niños y niñas en situación de calle que se convirtió en el albergue para la niñez huérfana, así como el club de limpiabotas, la Cruz Roja Juvenil y muchas otras de naturaleza filantrópica. Esa labor ha sido reconocida de múltiples formas. Él ha recibido grandes reconocimientos en su pueblo como el galardón del Templo de la Fama de la provincia Espaillat en su V Ceremonial por su labor de Filantropía (agosto 2017).

La historia de vida de Silverio López es larga y llena de entrega, compromiso en la que ha contado con un gran apoyo de su esposa Albertina y sus tres hijos ( Ivan, Kelvin y Sherley)En la vida de Silverio López hay un principio fundamental que transversaliza todas sus etapas desde su niñez, el amor. La presencia del amor en su vida es un elemento fundamental que el destaca, como receptor y emisor. Silverio López es un ejemplo de que nuestra sociedad cuenta con grandes pilares que promueven el amor y se comprometen con ello.

Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY