Amar es un arte, es una filosofía, es una práctica centrada en la libertad, en la capacidad de entrar y salir, en la grandeza y profundidad de hacer un ejercicio personal y luego con otros, el amor es como rio, si da agua es porque recibe agua, así es el amor, da y recibe, recibe y da.
Erich Fromm, en su libro “El arte de amar” habla sobre el amor y los elementos del amor y dice que para la mayoría de la gente el problema del amor consiste en ser amado, y no en amar, no en la propia capacidad de amar.
Y es aquí donde se va fraguando el ego, apagando otras capacidades de entrada y salida con poder más que con fuerza.
Hoy día, según lo planteado por Erich Fromm, el ser humano al entrar en la cultura contemporánea busca su felicidad en las “vidrieras”, en la moda y el consumo. También, en el uso de sustancias, en el sexo desenfrenado, en la vida plástica, y así se hace plástico el cuerpo, el corazón, la cabeza, el alma, y tal como sucede con el plástico que no permite la profundidad, el sentir el toque, el entrar en las entrañas, tampoco se entra en la profundidad del ser, y así es como es el plástico, en muchas ocasiones se conciben las relaciones en nombre del amor.
El amor y sus tipos
Amar es un milagro, una decisión, una filosofía de vida. Y en este momento estamos hablando del amor en sentido general que guarda tipos específicos: el amor filiar o de los padres, hermanos, amigos; el amor erótico o de los novios, esposos, amados, amantes; y el amor ágape o el amor de Dios como padre, hermano, amigo, salvador. El amor filiar ha de estar atravesado por el amor ágape; el amor erótico, debe conocer los tres amores amigo, amado, amante. Y en el amor ágape nos sentimos trascendidos y nobles, buenos.
Para cultivar el amor como arte, es muy importante saberse amado, pues nadie puede dar lo que aún no tiene ni conoce. Es primero cultivar el amor en uno mismo y luego podrá expresarlo y mantenerlo en otras y otros.
Amar o depender
Walter Riso, en su libro “Amar o depender” habla de cómo superar los apegos y hacer del amor una experiencia plena o saludable. Y nos surge la pregunta: Hoy, amamos o dependemos?
Y si hacemos una trayectoria por todas las manifestaciones que en este tiempo se llaman amor, entonces, la respuesta es dependemos, depender del precio que se pone, del objeto recibido, de lo abultada de la cuenta o la tarjeta bancaria; es como si en nombre del amor se ha caído en una vulgarización que trasciende hasta los niveles de conciencia, y si vive como el pez sin que el agua lo moje por dentro.
La dependencia puede llevar a grandes episodios de codependencia, y el tema del amor no queda excluido en esto. Es como si luego de ir perdiendo la esencia, vamos enfermando, por la pérdida de contacto con la el Ser y solo pulular en el Ego.
¿Cuál tiene más fuerza o poder?
La dependencia o el amor, cuál tiene más fuerza o poder? Primero, es bueno hacer la diferencia entre el poder y la fuerza. El Dr. David R. Hawkins en su mapa de la conciencia hace una diferencia entre el poder y la fuerza, y coloca en la tabla concerniente a la fuerza, los niveles de vibración más bajos y en la tabla que corresponde al poder, las vibraciones más altas, las cuales conectan con las cualidades más sublimes que podamos poseer, en otras palabras, el poder proviene del amor ágape. Por tanto, el amor tiene más poder.
En mi opinión, creo es un momento idóneo para empezar el aprendizaje del amor, para tomar el poder que proviene de él y volver a la interioridad, al valor, a la independencia propia de quienes han sido atravesados por el amor filiar y por el amor ágape que nos hace sentirnos amados, entonces estaremos listos para el amor eros.
El amor es la esencia poderosa que todavía mantiene al mundo.