Amistad significa sinceridad, franqueza, cultivo de  los más puros, nobles y positivos sentimientos sin que medie un interés lascivo. La amistad es relación afectiva entre dos o más personas que comparten valores, intereses, proyectos, etc., sin que medie un interés sexual entre ellas. La amistad puede ser de tipo primaria o secundaria, por la intensidad de la interrelación afectiva y de conocimiento muto, de saber y poder contar el uno con el otro, aún en las peores circunstancias.

Mi abuela siempre decía: “las mujeres no tienen amigos”. Mi hija, cibernética y globalizada, dice que sus mejores amistades son hombres, pues la mayoría de las muchachas ni son tan leales ni tan solidarias. Discrepo contigo Dianita, la sinceridad en una amistad no tiene relación directa con el género, y sí con los niveles de educación de la familia.

Una vez dije a mi quinceañera, medio en broma, medio en serio -confieso que intencionadamente, en esta casi manía de investigadora analítica: –Mamita creo que ese muchacho está enamorado de ti. Me espetó al instante, muy determinante, esta adolescente con poder de discernimiento y principios bien puestos: Nooo mami, él es como un hermano, además, fue novio de mi mejor amiguita y jamás lo podré mirar de otra manera. Para mí, ser amigos es ser amigos. Debería esta jovencita darles ciertas lecciones a algunos jóvenes que en mis clases de Sociología aplicada a la realidad dominicana, han dicho que tienen  “una amiga con derechos”.  Creo que ellos trastocan conceptos y transgreden los límites que impone una relación afectiva linda y pura como la amistad.

En una relación de amistad  no se mira a la otra persona con interés sexual, aún cuando puedan reconocerse sus cualidades físicas, espirituales, intelectivas. Tampoco esto excluye que tras cierto periodo de conocimiento como amigos, pueda surgir una atracción entre ambos que los convoque a otro tipo de relación, de carácter amoroso, o sea, de pareja. Pero debe quedar bien claro que si son amigos, no puede haber sexo. Cuando se pasa a tener sexo, la relación ipso facto deja de ser amistad para convertirse en una relación de pareja, sea del tipo normal -de novios- o anormal, o sea, adúltera que es una relación tortuosa, enfermiza y lacerante. Después que dos amigos tienen sexo, las exigencias varían, los comportamientos varían, los sentimientos varían, todo cambia al interior de la relación. Han desaparecido los límites de la amistad pues han pasado al plano más íntimo en una relación interpersonal, y aún cuando terminen esta singular  relación de pareja de carácter circunstancial y sin mucho compromiso, aún cuando vuelvan a ser amigos, la manera de tratarse no será ya  igual que antes. Dejaron de ser amigos para ser amantes. No hay retorno a la candidez inicial.

Coincido con Wikipedia en que la dizque amistad con derechos es “una relación de pareja”. Pero estoy en total desacuerdo cuando afirman que  “La amistad con derechos tendrá menor vinculación afectiva y menores obligaciones”. ¡¿Y quién diaaablo inventó el medidor de la intensidad afectiva?! ¿Quién se atreve a encasillar el corazón? Es una relación de pareja casual y menos formal que un noviazgo tradicional pero no necesariamente con menos intensidad afectiva y el asumir obligaciones no dependerá de si son amigos o novios, sino del tipo de persona y el grado de entrega a la relación. Hay novios que no asumen obligaciones.

Amigos con derechos, es una denominación de estos tiempos, en que las relaciones interpersonales están condicionadas por las nuevas tecnologías, redes sociales y los productos de las industrias culturales; de estos tiempos al predominio de lo banal, el consumismo, la inmediatez, efectismo, de la publicidad subliminal, conducentes al sexo por el sexo. ¿A dónde nos lleva este desenfreno del imperio de lo superfluo y circunstancial? A una vida sin pensar en las consecuencias para la salud de la mente, el alma y el cuerpo. Ese espécimen de relación distorsionada conlleva a cambios constantes de pareja, a inestabilidad emocional y existencial, a la no valoración de las cuestiones esenciales de la vida, a  la no consecución de metas, ni permite claridad en el orden de prioridades. Ese prototipo de relación ocasional y superflua trae consigo, además, una afectación a la autoestima y un improbable encuentro con la felicidad plena a la que todos aspiramos.

Qué proliferen los amigos con derecho a poder contar el uno con el otro, a la sinceridad, al apoyo en todas las circunstancias; con derecho a la confianza sin traición, a recibir y a dar cariño fraterno; con el derecho a la plenitud del alma.