Presento un análisis de dos discursos: del Presidente Danilo Medina en el comando de campaña del PLD el lunes 16 en la noche y el de Luis Abinader, el martes al medio día. El código semiótico de Medina muestra a un político que acude al comienzo de la noche del lunes 16 de mayo, apresurado, inquieto, temeroso, a proclamar su triunfo sin la maquinaria peledeista completa que le acompañó en la campaña electoral en un ambiente nacional teñido por la incertidumbre y el desconcierto. Se enuncia como ganador -un hito de la historia electoral en la que supera a sus antecesores – con las urnas calientes por las protestas en distintos lugares de votación, sin terminar el conteo electoral y sin el anuncio formal del presidente de la JCE. Posteriormente, según la BBC Mundo, obtuvo una aprobación de más del 80% entre los dominicanos, la más alta de América Latina. Dijo que tenía previsto celebrar el domingo por la noche. Solo le acompañaba en la tarima una reducida comitiva: su familia. Leonel Fernández y la Vice presidenta electa brillaron por su ausencia.

 

Ambivalencias en el discurso del Presidente electo.

  1. Democracia vs anti-democracia. Se enuncia como un defensor de la democracia. En el fondo de la tarima del triunfo aparece la palabra Ganó la Democracia en grande. En frente se puede leer la expresión de Danilo Presidente; arriba, en letra pequeñita, Vicepresidente Margarita. Me pregunto: ¿cuál significado de democracia utilizó el mandatario? ¿Se puede hablar de “fiesta de la democracia” de un certamen electoral tan costoso para los ciudadanos? ¿Dónde está la institucionalidad de este país? ¿A dónde fue a parar la credibilidad de la JCE? ¿Cómo se puede explicar su desorden institucional en la organización de las elecciones y en la lentitud del conteo de los votos? 3 mil técnicos renunciaron el día anterior; cientos de ellos protestaron en los días siguientes por falta de pago; cantidades de videos en las redes sociales publicaron acciones fraudulentas por los técnicos que trabajaron en la elecciones y presidentes de mesas electorales, entre otras noticias publicadas en los medios digitales e impresos ¿Será que no vamos a superar el cesarismo democrático?
  2. ¿La voluntad de Dios vs la voluntad del pueblo soberano? Cuatro veces se cita a Dios en su disertación. En el inicio del discurso, en el medio y en el final. ¡Viva la Edad Media! Estoy confundido sobre este asunto de la voluntad divina. Le preguntaría a los teólogos: ¿cuál es la voluntad de Dios y qué relación tiene con el resultado político-electoral? En una ocasión se preguntó San Agustín, Obispo de Hipona ¿Por qué aquellos, que con sus palabras, saben mover e impulsar al error a las almas de los que escuchan,provocando en ellas temor, tristeza, alegría, y exhortándolos con el máximo empeño, mientras que estos defensores de la verdad dormitan perezosos y apáticos? ¿Por qué el hombre bueno no se pone en condición, gracias a esta disciplina, de pelear por la verdad? (De doctrina christiana IV,2,3.)
  3. Debatir las propuestas en público vs no acudir al debate. El Presidente electo expresó que no había necesidad de persuadir al pueblo en un debate. Así argumentó: Creen que no fui al debate porque me sentía superior. No fui porque tenía más del 60% de aprobación y porque las ideas que se expresan en debate se utilizan para confrontar ideas y convencer indecisos; pero para qué quería yo más del 60%. Me pregunto: ¿Si había tanta seguridad en el resultado esperado, por qué, entonces, se gastó tanto dinero en la publicidad en la campaña electoral y por qué se dijo que se buscaría los votos hasta debajo de las piedras? ¿Por qué no se a acudió a un debate con los opositores frente a la ciudadanía?
  4. Inclusión vs exclusión de los opositores. Por un lado con el mazo dando y por otro, anuncia que se debe quitar la camisa sectaria por la unidad del pueblo dominicano. Envía a celebrar en los barrios, incorporando a los que no votaron. Expresó: Quiero trabajar con los alcaldes, los senadores y diputado, afirmó. Me pregunto: ¿por qué se dijo en uno de los discursos de cierre de campaña esto: Quiero un Congreso mío, porque sin Congreso no me dejarán gobernar. La democracia se fortalece con la independencia de los poderes y el funcionamiento de sus instituciones. ¿Acaso erró Montesquieu con su teoría de la separación de los poderes en su obra Del Espíritu de las Leyes?¿Qué hemos ganado con darle el Congreso al gobierno en este país? Miren un poco atrás y verán los resultados.
  5. Crecimiento gigante de la clase media vs la pobreza. Me pregunto: ¿puede emprender una familia de clase media una empresa y ser exitosa? Según estimaciones de la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE), factores como los impuestos, problemas del sector eléctrico y aspectos de costos laborales, se encuentran entre los principales puntos que afectan la competitividad empresarial en República Dominicana, donde nueve de cada diez nuevas empresas que se forman se van a la quiebra. He visto prometer a gobiernos de distintos colores que cambiarían el modelo económico excluyente. Hay que modificar, como sostienen los jóvenes empresariales, el anticipo, el ITBIS, el ISR, reformar el Código Laboral, y un pacto fiscal. ¿Hay voluntad para hacer esto?

 

La Estrategia Nacional de Desarrollo, 2010-2030, lo tiene planteado claramente(Ver Artículo 5). Cualquier miembro de clase media, si suma todos impuestos que paga de salario y consumo, daría para tener un agente de seguridad bien pago para que le cuide de los atracos y asaltos y es probable que sobre para el pago de un fin de semana en un resort. No obstante, reconozco los grandes aportes de la administración de Medina a la estabilidad macroeconómica, así como del 4% para la educación que nadie se atrevió hacerlo. Como ciudadano me propongo analizar el discurso del Presidente en febrero del 2020 para que diga que creció la clase media y que se disminuyó el 41% de la pobreza, que el país no se endeudó más de lo que está y que vivimos más tranquilos.

Ambivalencias en el discurso de Luis Abinader

Al día siguiente de la declaración del triunfo de Medina, Abinader se dirige al país al medio día. En su código semiótico vemos a un candidato político molesto, espantado, herido, para   afirmar el triunfo como el principal opositor de la contienda electoral. Sus  gestos, miradas y ademanes, refuerzan sus actos   de habla de la acusación,   el agradecimiento y la defensa colectiva con un llamado a la acción inmediata. Su lógica argumentativa tiene como punto de partida los hechos acaecidos en las elecciones y la exigencia de transparencia. Por eso convence más: es un reclamo de los electores que se reconozca su voto, ganador o perdedor. Me pregunto: ¿si no se resuelven el problema de la JCE de la mejor manera, la abstención será más alta en las elecciones del 2020 y alguien se beneficiará con esa situación en detrimento de la democracia.

Hasta ahora es su mejor discurso. Sacó las garras de un liderazgo fuerte dispuesto al combate. Nunca se mostró así durante la campaña electoral. De haber dejado aflorar más las emociones, hubiese sido mayor el impacto en la intención del voto. A menudo los líderes políticos creen que pueden decir lo que quieran en todo momento sin sentirse implicado en los compromisos que asumen. Hipólito Mejía y otros connotados triunfadores de su coalición también brillaron por ausencia. Veamos algunas ambivalencias.

  1. Única alternativa democrática vs las demás opciones políticas. Aunque su discurso es incluyente, se afirma como único contrincante ganador de la oposición.
  2. La convicción democrática de sus aliados vs el bien propio. En su equipo tiene gente noble, pero también personas guiadas fundamentalmente por su propio interés que harían añisco el país si lo dejan gobernar.
  3. El compromiso personal       con el país vs el compromiso de los ganadores en los cargos municipales y congresuales. Es un riesgo y también su interés en empeñar su palabra por ellos. Dijo: nunca venderemos nuestras conciencias ni a ser cómplices de componendas políticas. Esto constituye un desafío para realizar una buena gestión con un gobierno opositor instalado en el Palacio Nacional.
  4. Protección vs bendición del Presidente. Invocando a Dios para que proteja a la República Dominicana, así terminó su discurso. Es una buena exhortación. Necesitamos cada vez más de la protección divina.

En conclusión, nuestro país espera cambios en el comportamiento del liderazgo político. Llevamos muchos años pidiendo que los partidos se pongan de acuerdo para aprobar una ley de Partidos Políticos y Agrupaciones que podía muy bien incluir la penalización de la compra y venta del votos y otros delitos del proceso electoral. No lo van hacer. No es su interés, ni la democracia y transparencia interna a los partidos en la situación actual en que se encuentran: son maquinarias electorales para conseguir votos puro y simple. Debe ser un reclamo de la ciudadanía y las organizaciones civiles, religiosas, empresariales y todo aquel que quiera este país. Pero me temo que muchas de ellas están dominadas por la conciencia muerta y la pasividad ante reclamo de que se fortalezca el mejor sistema político para la convivencia del ser humano: la democracia que tanta sangre le ha costado a este pueblo.