En este estudio nos acercamos a uno de los creadores que más ha influido en la poesía hispanoamericana del siglo XX, el que más amplia repercusión en el plano internacional ha tenido y cuya obra constituye, en definitiva, un legado esencial de la lírica en castellano del recién mencionado siglo: Pablo Neruda.

La unidad de la problemática sociocultural de América Latina hacen concebir al poeta esta vasta epopeya americana impregnada de su personalísima voz.

"Alturas de Macchu Picchu" forma parte del Canto General, por ello es que primero nos acercaremos a este texto buscando ofrecer una vista de conjunto de la obra, para entonces arribar al estudio del poema que nos ocupa siguiendo su composición, el contexto histórico, el trabajo estético, la poética de Neruda así como también el alcance y el movimiento que sigue este original texto: De la búsqueda a la respuesta, de la desesperanza a la esperanza, de la tensión a la calma, del individuo a la colectividad, del pasado al porvenir, del vacío existencial al sentido de la vida.

EL CANTO GENERAL O LA EPOPEYA AMERICANA

El Canto General es un largo poemario, de aliento épico y elegíaco, de unas 400 páginas; 20,000 versos; 335 composiciones y 15 capítulos. Cada uno de estos capítulos constituye a su vez un pequeño poemario. En cuanto al equilibrio de las partes es muy desigual o heterogéneo. Hay por ejemplo un Canto de sólo unos 6 poemas, otro de 25 poemas y otro incluso de 53 poemas.

Pablo Neruda, uno de los más altos testigos de nuestro tiempo – profundamente americano, pero también profundamente universal – toma ahora la palabra escrita para emprender quizás su empresa más ambiciosa: el Canto General, una especie de crónica americana en verso, una arma para la defensa de nuestros antepasados en donde muy bien se conjuga lo épico con lo lírico. El libro nos hace pensar en un extenso mural que comienza con la historia mágica y prodigiosa de la creación del mundo hispanoamericano, luego sigue el venerable pasado prehispánico, viene entonces la atrocidad de la conquista, después llegan los libertadores, y finalmente aparecen la tiranía moderna y las odiosas dictaduras que todavía hoy en día martirizan nuestros pueblos. En tanto que cantor general de América Neruda se asigna el rol del que testimonia y declara la verdad, sintiéndose el portavoz del mensaje de los suyos, del origen, del pueblo y muestra, ampliamente, sus formidables dotes de poeta. El poder alucinante de sus versos proviene, seguramente, de su imagen inédita con matices oníricos y de neta filiación pictórica. No podemos decir que la obra sigue un orden preciso, cronológico por ejemplo, pero encontramos, sin embargo, un hilo conductor que atraviesa todo el poemario: El mito, la historia, la geografía, la naturaleza, los héroes, los oprimidos, los traidores de toda la América.

Si tratamos de explicar la génesis o de situar históricamente esta obra es preciso recordar las grandes convulsiones de la época, o sea la guerra civil española (1936-1939), la segunda guerra mundial (1939-1945) así como la dominación del imperialismo norteamericano que se hace cada vez más odiosa e inaceptable.

El Canto General fue escrito por varias exigencias:

A) Desde el punto de vista ideológico, responde a la filiación comunista del autor.

B) Desde el punto de vista vocacional, responde a su deseo de ser la voz de América.

C) Desde el punto de vista estético responde a su objetivo de realizar una poesía con argumento, integral o total que fuera capaz de asociar en su expresión los contenidos propios de la poesía lírica y de la poesía narrativa.

Es oportuno remitirnos a las consideraciones de Saúl Yurkievich con respecto a las dos direcciones o tendencias que coexisten en el texto:

"Dos poéticas coexisten en el Canto General (…) quizás antagónicas; provienen de dos distintas visiones del mundo (…) La una, la mítica, postula un retroceso, un regreso al útero, una vuelta al origen que privilegia el pasado; es una versión nostálgica, alimentada por el deseo de recobrar la plenitud del comienzo; nos sitúa en el tiempo natural, cíclico, sin progreso, el del eterno retorno, donde todo es recuperable (…). La otra, la poética historicista, presupone un tiempo de continuo avance, dirigido a un futuro donde se sitúa la plenitud; la edad de oro no está al principio, sino al final, una vez consumada la revolución social."

La obra sigue un ritmo alterno, encadenado, largo y lento, reiterativo, que retorna siempre hacia su origen. Este libro, profundamente político, nos enseña que la poesía política está fundada, en primer lugar, en la poesía. Evoquemos las palabras del poeta francés Paul Eluard cuando, con respecto a ello, indica:

'"Pues no hay dos tipos de poesía y todos los adjetivos que podemos asociar a la poesía para definirla no impiden que el vocablo que uno primero oye es el de poesía."

El propio Neruda a propósito de su poesía y de la sociedad latinoamericana declaraba:

"El problema más grande que debí afrontar en poesía fue el de la obscuridad o de la claridad. Nosotros escribimos para un continente en donde todo está en pleno desarrollo. Nuestros pueblos están iniciándose en profesiones, oficios, artes y técnicas diversas. Nuestros artesanos, escultores, alfareros de antaño han virtualmente desaparecido con la conquista española. Necesitamos construir nuestras ciudades. Somos naciones formadas de gente simple, que comienzan a leer y a construir. Es para ellos que escribimos (…) escribimos para gentes tan humildes que con mucha frecuencia no saben leer. Sin embargo, la poesía existía sobre la tierra antes que la escritura y antes que la imprenta. Es por ello que sabemos que la poesía es como el pan y debe ser compartida entre todos, eruditos y campesinos, entre todas nuestras inmensas, fabulosas, extraordinarias familias de gentes."

"Alturas de Macchu Picchu", constituye el segundo canto y está compuesto de doce poemas que forman un todo homogéneo, compacto, todo un universo con sus luces y astros y en donde se pone de manifiesto, una vez más, la poderosa cualidad del verbo y de la imagen del poeta así como también, su alta sensibilidad.

¿Por qué esta elección? porque constituye, lo mismo que las ruinas de la antigua ciudad fortificada, una cumbre no sólo en el interior del Canto General sino también en la obra de Neruda. Es preciso recordar las palabras del poeta cuando descubre, en 1943, la ciudad sagrada de los incas:

"Me sentí chileno, peruano, americano. Había encontrado en aquellas alturas difíciles, entre aquellas ruinas gloriosas y dispersas, una profesión de fe para la continuación de mi canto".

Nota1: [1] Macchu Picchu: Ruinas de una antigua ciudad fortificada inca de Perú, también llamada "ciudad de las nubes" y que se encuentra situada en los Andes Orientales a 2.450 metros sobre el nivel del mar y a unos 90 kilómetros de Cuzco y que fue refugio de los incas tras la conquista española. Fue descubierta por el norteamericano Hiram Bingham, en 1911. Sigue siendo un misterio la finalidad de esta construcción, no se sabe si habría sido un centro mágico-religioso y militar. Los incas solían construir la mayor parte de sus ciudades y bases militares en las laderas más altas de los Andes. Las habitaciones y templos estaban construidos, en lo más abrupto de las montañas andinas, sobre terrazas – siguiendo la conformación del terreno – y comunicados unos con otros por estrechas escaleras.  Se producía la papa, el maíz y otros frutos y, en múltiples ocasiones, había que proveer estas terrazas con tierra fértil traída de otra parte.