Otro nuevo circo. Definitivamente, al ver las fotografías en distintos medios de comunicación de esa nueva mancomunidad entre el Presidente Medina y Miguel Vargas, mi memoria se fue años atrás y recordé aquel evento del Frente Nacional en que otros hombres de los mismos partidos alzaban sus brazos en señal de triunfo. Era finales de la década de los 90, y la justificación política para tal unión sigue siendo la misma.
Este último acto de alianza entre Danilo Medina y Vargas fue una asociación más en nuestra variopinta historia política conformada desde tiempos inmemoriales por amarres, alianzas y manos alzadas, en base a promesas de puestos gubernamentales y acuerdos económicos varios. Estos circos abundan siempre previo a procesos electorales con el único objetivo de amarrar bien la silla y prometer el oro y el moro al nuevo "socio", que en otros tiempos fue opositor. Sin dejar de mencionar el escudo protector de los personajes sentados detrás de estos protagonistas. Aplaudieron en apoyo a su líder confiados en que esa corte también comerá del próximo banquete presidencial.
¿Quién le diría a Miguel Vargas, talento fallido del Partido Revolucionario Dominicano que sellaría un acuerdo con Medina, que le permitirá a éste seguir gobernando y a él, posiblemente un puesto gubernamental o construcciones de varias obras del Estado? Gajes del oficio político y del oportunismo para cerrarle el paso a otro.
En ese sentido, la maquinaria de estrategia electoral para fines de la reelección presidencial de Medina inició con fuerza hace varios meses. Este pasado acto es sólo para recrear a los simpatizantes, reafirmar con el socio y su cuadrilla que lo prometido va sin demoras a partir del 2016 y por supuesto, este acuerdo ahonda más la división de un PRD y un PRM que luce perdido. El PLD también dividido internamente hace lo posible por lucir distinto y Medina es el candidato "querido" por todos gracias a su imposición.
En realidad, haciendo memoria no es el primer acuerdo entre la alta dirigencia del PLD y Vargas Maldonado. Ya Leonel coqueteó aunque lo discutido entre ellos, al parecer se quedó "entre ellos".
En definitiva, las alianzas, acuerdos y las manos alzadas en señal de triunfo y entendimiento entre las partes pertenece a nuestra cansona vida política. A un año de las elecciones falta mucho por ver. De momento, estos "dignos" representantes del pueblo apoyados por un Congreso comprado donde la corrupción viene amparada desde arriba hasta abajo se sienten ganadores. Estamos viviendo el verdadero mercado o verdulería electoral.
Qué pena que muchos carezcan de memoria a la hora de votar!!