El domingo 17 de enero el reverendo Fidel Lorenzo Merán, presidente del Consejo Dominicano de la Unidad Evangélica (CODUE), dio a conocer la “alianza estratégica” de su organización con la Iglesia Católica Romana. La misma fue definida por la confección conjunta de un listado de los candidatos a diputados, senadores, alcaldes y a presidente “pro aborto, pro gay y en contra de la soberanía” para ser leído en todos los recintos católicos y evangélicos del CODUE para que sus fieles no voten por ellos.
Dadas las grandes diferencias doctrinales e históricas entre la milenaria Iglesia Católica Romana (ICR) y la rama del evangelismo que conforma el CODUE, es preciso denominar esta alianza como táctica y no estratégica. No lo es porque la unidad evangélica representada por el reverendo Lorenzo, es una rama del protestantismo histórico europeo alimentado por la tradición estadounidense de avivamientos y fundamentado en la interpretación literal de los textos bíblicos. En cambio, la ICR sigue otro tipo de fundamentalismo religioso, que no es el bíblico, sino el fundamentalismo de Iglesia.
El fundamentalismo de Iglesia consiste en autodenominarse heredera de “la plenitud de la potestad apostólica” y “detentar en la tierra la autoridad de Dios omnipotente que fue concedida al bienaventurado Pedro” y así constituirse en Vicaria de Jesucristo. El ejercicio de este poder no lo ejecuta la Iglesia de forma democrática, sino bajo una Jerarquía encabezada por el obispo de Roma, también denominado con el título de sumo pontífice, o papa; a la vez monarca del Estado del Vaticano.
Por eso, resulta irónica la defensa de la soberanía que forma parte de la “alianza estratégica”. El Cardenal debe obediencia al Vaticano y todos los obispos son nombrados por el Papa, no por ningún poder nacional ni por métodos democráticos. Actúan guiados por una doctrina excluyente, que en el pasado esclavizó a las poblaciones de color y en el presente continúa excluyendo a la mujer de su estructura de decisión y poder, y de su participación en el ministerio de sus ritos y sacramentos; y discriminando a las personas LGBTI. Les niega a estas últimas el derecho al matrimonio igualitario y su reconocimiento en la educación sexual para evitar su discriminación en la sociedad y el bullying en las escuelas. En nada cambió el Concilio Vaticano II esta estructura y doctrinas y el papa Francisco ha dejado claro que no lo hará.
Además, ningún católico puede interpretar los textos bíblicos. Solo el pontífice romano puede hacerlo, y todos le deben obediencia absoluta en materia de fe. En cambio el protestantismo surgió en el siglo XVI rechazando la moral católica y la Autoridad del Papa. No admite el fundamentalismo católico romano que identifica a la ICR vicaria de Cristo sobre la Tierra.
Entonces, ¿qué puede unir a estas dos agrupaciones religiosas en una alianza estratégica? Los une el odio homofóbico, el desprecio a los derechos de la mujer y de las personas LGBTI, el atraso ideológico, la avaricia por apropiarse del dinero público e instrumentalizar los poderes del estado, y el deseo de mantener una sociedad patriarcal.
También los une el lenguaje maquiavélico de decir lo que de facto niegan y predicar en contra de lo que de hecho hacen: “Los cristianos somos auténticos defensores de la vida, de la familia, los valores de la fe y la soberanía. Somos enemigos de la impunidad, de la corrupción y el narcotráfico”, expresó el reverendo Lorenzo durante la rueda de prensa en que anunció la “alianza estratégica” con la Iglesia Católica.
Por defensores de la vida, entienden, al igual que la ICR, la vida en el útero. No defienden la niñez desamparada; ni a niñas violadas a quienes imponen la maternidad aunque mueran en el intento; ni el derecho a la salud mental y a la vida misma de la mujer que corre peligro por un embarazo. Tampoco defienden la dignidad y el derecho a salir de la pobreza de una familia forzada a tener todos los hijos no-deseados, porque satanizan los contraceptivos y niegan la educación sexual en las escuelas. Prefieren que mueran, como sucedió con la joven Esperancita.
Por defensores de la familia, léase la negación de los derechos individuales de sus componentes, la negación de la igualdad de género y de todos los tipos de familias que no son nucleares, como es el caso de la familia dominicana. Léase también la continuidad del patriarcado. Léase además, su deseo de imponer a través de los mecanismos coercitivos del Estado su mentalidad medieval; época en que no existían derechos humanos inalienables sino el antiguo régimen del poder divino del Rey.
Por defensores de la soberanía, léase defensores del atraso pre-científico y negadores del cambio paradigmático fruto de la primera revolución moderna de los siglos XVI y XVII. Defienden la soberanía para oponerse a las convenciones de las Naciones Unidas de los derechos de la mujer, de la niñez y de personas LGBTI.
Históricamente la ICR no ha promovido la soberanía nacional. No lo hizo durante los más de tres siglos de colonialismo católico hispano; en 1844 combatió a Juan Pablo Duarte y los Trinitarios por apoyar la anexión de la República a Francia; se unió por más de tres décadas a Rafael Trujillo Molina, fascista que se adueñó de todos los bienes nacionales; después de su ajusticiamiento, conspiró para lograr el golpe de Estado de 1963 y contribuyó a la invasión de 1965 contra el movimiento Constitucionalista que defendía una Constitución laicista y una educación científica, sin intervención de creencias religiosas. ¿De qué soberanía hablan, que no sea la de cambiarle el sentido a la palabra que la define?
El CODUE dice estar en contra de la corrupción, pero quieren todos los privilegios que tiene la ICR, económicos, políticos, jurídicos y sociales. Esta impone un Concordato para extraer dinero de los contribuyentes para financiar todas sus actividades, a pesar que en ningún momento la Constitución define un estado confesional. Es corrupción porque viola la Constitución y se ejecuta sin ninguna transparencia ni rendición de cuentas, que no sea al pontífice del Vaticano.
El CODUE, antes de inmiscuirse en política, debió de hacer un listado de los curas pedófilos y de los obispos que los han protegido. En vez de abogar por la libertad de conciencia, se han unido a la institución religiosa que más listas negras ha redacto y más personas a perseguido, torturado y quemado, por expresar ideas diferentes a las suyas.
El error de los evangélicos del CODUE, es pretender constituirse en hermana siamesa de la Iglesia Católica, y no escuchar la voz de otros grupos protestantes que no están interesados en reproducir la historia del Concordato, vivir de los recursos del pueblo, e instrumentalizar los poderes del Estado. Nadie habló más claro en éste sentido que el Director del periódico Hoy, el evangélico Bienvenido Álvarez Vega.
El 8 de diciembre del 2014, el Sr. Bienvenido Álvarez Vega, redactó un editorial titulado “Evangélicos y el aborto en RD” en ocasión al rechazo del CODUE a la reforma del Código Penal. Así habló don Bienvenido:
“Asombra que en nombre del protestantismo se reniegue del llamado ‘aborto terapéutico’, porque desde hace muchos años los cristianos adscritos a este credo lo han aceptado y miles de sus feligreses lo han practicado cuando ha sido necesario. Lo que no aceptan los protestantes es el aborto, puro y simple, como método de planificación familiar. Pero esta no es la cuestión que está planteada en la observación que el presidente Danilo Medina Sánchez hizo a la ley contentiva del Código Penal”.
Álvarez Vega además refutó las mentiras y tergiversaciones del CODUE sobre las asociaciones feministas: “También asombran los términos utilizados por el principal ejecutivo de la Confederación de Unidad Evangélica (CODUE) para referirse a quienes apoyan la decisión del presidente Medina. Según los reportes periodísticos, se dijo que las asociaciones de mujeres que endosan la observación presidencial no creen en la familia, en el matrimonio, ni en la vida. Olvidan los directivos de CODUE que el movimiento feminista ha hecho posible la visibilidad de las mujeres en un mundo dominado por unos hombres que hicieron de las mujeres instrumentos de trabajo, de procreación y de placeres. El movimiento feminista posiblemente hizo lo que las iglesias debieron haber hecho”.
Álvarez Vega les recordó al CODUE que la Iglesia Evangélica Dominicana promovió junto a otras entidades, la fundación de ProFamilia, porque “creía y cree en la planificación familiar. Pero nunca esta institución, ProFamilia, ha recurrido al aborto como recurso de planificación”. Además, habló en términos no-fundamentalistas de las interpretaciones bíblicas, mostrando que la historia de la Iglesia protestante es evolutiva, en diálogo con la cultura: “Cuando estos diálogos han querido cerrarse, cuando los contextos no son tomados en cuenta en las interpretaciones bíblicas, entonces la iglesia envejece y se petrifica en el tiempo. Quien diga que esto no es así entonces ha estado viviendo de espaldas a la historia”.
Al interior de la iglesia Católica de RD hacen falta voces como las de Bienvenido Álvarez Vega. Necesitan dejarse oír en contra de los desatinos, discriminación de la mujer, homofobia, uso del dinero de los contribuyentes, corrupción y ocultamiento de criminales sexuales en su iglesia. Con su silencio manifiestan aprobación o temor a ser censurados y sacados del rebaño. ¿Pero quienes en el siglo XXI pueden vanagloriarse de ser parte de un rebaño y de una organización que les niega libertad de conciencia y de expresión y les somete a una ciega obediencia?
Notas:
1. Justificación usada por el papa Alejandro VI en 1493 para publicar la bula Inter caetera que despojó a los indígenas de América de sus tierras y sus derechos para donarlos a la Corona de España y sus sucesores. En la obra América Pontificia primi saeculi evangelizationis, 1493-1592, ed. Joseph METZLER, I, Vaticano 1991, 71-75. Rescatada de http://webs.advance.com.ar/pfernando/DocsIglLA/AlejVI-InterCoetera.html.
2. Iglesias darán listas candidatos pro aborto y pro gay para que feligreses no voten por ellos. El Nacional, 17 de enero, 2016, rescatado de http://elnacional.com.do/iglesias-daran-listas-de-candidatos-pro-aborto-y-pro-gay-para-que-feligreses-no-voten-por-ellos/