La reunión del Presidente Medina con el Expresidente Mejía ha suscitado variadas interpretaciones, y aunque hablaron de agropecuaria, educación y ese sector del PRD entregó las propuestas para una Ley de Partidos y la modificación a la Ley Electoral, lo cierto es que el encuentro tuvo motivaciones políticas y ambos, Gobierno y la facción de Hipólito Mejía, lo realizaron en pos de obtener rentabilidades políticas.
Hipólito Mejía debió echar mano al más crudo pragmatismo, pues debió tragarse todo lo dicho en aquel discurso del 22 de mayo, más la descortesía de no felicitar al candidato electo; todo en aras de lograr el encuentro anhelado desde que el Tribunal Superior Electoral le cerró la posibilidad de expulsar al Presidente del partido Miguel Vargas Maldonado.
De haberse consumado esa intentona, de seguro Mejía, entonces dueño absoluto del PRD, estaría realizando una férrea oposición al Gobierno del PLD y también sumando el partido a los intentos de cerrarle el paso por la vía judicial al Dr. Leonel Fernández.
Esa interpretación, inventada por la mentada facción del PRD, representa un insulto gratuito a los prestigiosos juristas que integran estas instancias
El objetivo de la visita no fue la Ley de Partidos o la agropecuaria, esos fueron los elementos cosméticos. El objetivo principal de Mejía fue mostrarse como el interlocutor válido del PRD y por ello se hizo acompañar del Presidente en funciones, el Secretario General, la de Organización (sancionados y separados de sus cargos), de la Dra. Milagros Ortiz Bosch, que le daba credibilidad al aderezo de los proyectos de leyes, así como de sus dos hijos, quienes por cierto guardan una relación de amistad con el Lic., Danilo Medina, especialmente Ramón Hipólito, cuyos vínculos se estrecharon cuando su padre ocupó la Presidencia y fungió muchas veces como mediador entre ambos, especialmente en momentos difíciles para el PLD y su gobierno anterior.
La comitiva dice mucho de las intenciones personales de Mejía. ¿Por qué llevar a su cuñado y la hija de su padre político, Sonia Guzmán, y no por ejemplo a un Luis Abinader?
Para el Presidente Danilo Medina el encuentro, postergado hábilmente, representa un triunfo, por cuanto ese sector, tan beligerante con posterioridad a los comicios, reconoce tácitamente la validez de los resultados electorales y además logra el mandatario colocar a sus pies a esa facción, ávida de un pie de amigo para legitimar su convención de julio, y con ello se garantiza neutralizar una oposición que cuenta con un importante equipo mediático tradicionalmente adverso al PLD.
Habría otra lectura, y es como se atribuye al Expresidente Fernández haber ejercido sus influencias a favor de Miguel Vargas Maldonado, entonces se podría interpretar que el Presidente Medina ha comenzado a mover sus fichas en el tablero político a favor del sector de Hipólito Mejía, como una forma de marcar la cancha y demostrar su independencia.
Por supuesto, se trata de una interpretación interesada, porque es muy difícil se produzca un enfrentamiento Gobierno-partido por un tema especifico, en este caso el PRD, y es mas peregrina la especie de que el Expresidente Fernández maneja el Tribunal Superior Electoral, así como la SCJ y el TC, como si sus miembros fueran marionetas por el hecho de que presidió el Consejo de la Magistratura y contó con una mayoría en el proceso de depuración y elección. Esa interpretación, inventada por la mentada facción del PRD, representa un insulto gratuito a los prestigiosos juristas que integran estas instancias.
Danilo Medina ganó con esa reunión y también Hipólito Mejía logró un impacto inicial, aunque eso no le garantiza en absoluto que alguien pueda meter las manos en el TSE a su favor, cuando se dilucide la validez o no de la convención que pretenden realizar en julio. En esa definición prevalecerá la independencia y la interpretación de la Constitución y las leyes por parte de los Jueces.