La reciente feria del libro en Santo Domingo (FerilibroRD 2013) me hizo pensar en la condición de la literatura y los niveles de la lectura en los días de hoy. En tiempos de distracciones tan fáciles como internet, televisión, música popular – alguien todavía lee?
Me hizo deliberar aun más sobre el tema el ver todo el ambiente de discoteca alrededor de la feria… Me imagino que se organizó de esta manera para atraer mas gente; astuto sí pero, apropiado? Las ferias del libro que había visto antes en mi vida, siempre parecían un chin mas serias, académicas, pero también bastante tensas para no decir aburridas. La pregunta es: ¿no deberían ser así?
La literatura, bueno, antes de la llegada de la simplicidad y lo baratillo de las novelas de Paulo Coelho, no era un medio fácil. Y no porque fracasara en ser mas asequible, sino porque la meta era desafiar, desarrollar, cuestionar, y no complacer o simplificar ni ofrecer un tipo de escapísmo a los problemas. Para esto tenemos el alcohol, ¿si o no? Pero hablando en serio, ¿qué rol tiene la literatura? ¿Tiene todavía alguna importancia en la formación de los jóvenes, en reflejar cambios y procesos sociales de las culturas?
Viendo la juventud de hoy creo que no mucho (y créanme, no quiero sonar como si fuera mayor de lo que soy, pero parece que formo parte de la ultima generación que empezó su vida todavía sin internet y MTV…).
También viendo a mucha gente ya adulta, formada, trabajadora y rica, lamento decir que parece que ellos tampoco han leído en su vida algo mas que lo que le mandaron a leer en su exclusiva escuela privada sobre finanzas y administración de empresas.
Claro, hay que ir con el tiempo, no podemos quedarnos emocional o mentalmente viviendo siglos atrás, pretendiendo ser literatos inspirados, garabateando los clichés con una pluma de ganso.
Hay que recordar que la literatura, aunque suene aburrido para las nuevas generaciones, crece también y refleja lo moderno y retrata lo corriente. Lamentablemente, muchos de nosotros ni siquiera lo sabemos, porque elegimos la ruta mas fácil, es decir encendiendo la televisión.
Yo también, me declaro culpable, miren mi ultimo artículo sobre la televisión… Pero aún recuerdo cuando pasaba tardes tras tardes, noches tras noches devorando libros, leyendo lo viejo y lo nuevo, aunque de vez en cuando desesperada sobre los disparates anticuados que nos mandaban a leer en el colegio (pero para decir la verdad ahora lo aprecio sintiéndome mas o menos alfabetizada ja, ja). Sin embargo, no me desalentó para leer en general, solamente me inspiró a buscar ese tipo de literatura que me tocaba, las historias y la lengua con las cuales me identificaba, que me conmovían. No podemos menospreciar la importancia que tienen los profesores, amigos y/o familiares que en mi caso me estimulaban a progresar en este campo, a leer a los novelistas, a intentar lograr leer incluso los títulos mas pesados y difíciles.
Y hoy en día? Los jóvenes, o nosotros en general, entre un trabajo y otro, entre limpiar la casa o ver las noticias, hay que preguntar, ¿todavía buscamos? El marketing tipo discoteca de las ferias del libro ¿ayudaría a la gente a interesarse en el mágico universo de la fantasía y la imaginación? Si ayuda, no tengo nada en contra, pero dudo que lo haga.
Porque las personas a las cuales les atrae la música alta y las luces van a venir para precisamente esto y no para libros. No se atrae a las discotecas con volúmenes de libros. Tampoco se atrae a leer con un carnaval.
Entonces, alguien tal vez sepa, ¿como se consigue?