Con lo ocurrido el domingo en las elecciones municipales, se agigantará más la voluntad popular por el Cambio a partir de dicho acontecimiento. La sociedad dominicana desea un cambio político y este hecho se refleja en todas las encuestas serias que se han realizado. Si es cierto que dichas encuestas son una fotografía de la realidad en un momento dado, y parten de métodos científicos, no es menos cierto que ese sentir popular se refleja también en las conversaciones con las personas de todos los sectores sociales de la vida nacional. La reacción ciudadana de rechazo a los penosos y antidemocráticos acontecimientos ocurridos en las elecciones del pasado domingo en el país, se convertirá en una fuerza política y social de una dimensión extraordinariamente poderosa.

Nada podrá evitar el cambio. Es una decisión de la nación. Todo intento en detenerlo producirá un efecto destructor contra el mismo sector político o las personas que se empecinen en parar una gigantesca fuerza que marcha firmemente producto de elementos históricos, sociológicos, políticos y humanos que ya no tienen posibilidad alguna de retorno. Todo esfuerzo por detener el cambio, se convierte en un paso hacia el vacío que afectaría a toda la nación. Es tiempo de que los autores del frustrado fraude electoral puedan revisar sus estrategias.

Intentar realizar otras acciones, iguales o diferentes, en las elecciones del 15 de marzo para impedir la voluntad popular tendrá un alto costo para la nación dominicana. Por supuesto, que el pueblo llano será el más perjudicado, de producirse. De ahí que la mejor salida siempre será la firmeza del pueblo reclamando sus derechos, y en la defensa de la democracia. El fraude es una tragedia que tiene muchos ojos encima, dentro y fuera del país. Cometer un acto que no tiene salida, sería provocar una crisis que la nación ni su pueblo se merecen.

Es la hora de que todos los sectores sanos del país, juntos,  decidan aunar esfuerzos y, haciendo con sus manos estrellas de mil puntas, caminar por el bien común y la democracia. Sólo así lograremos mantener la amenazada paz social que tanto se necesita para la estabilidad política y social de nuestro país!