República Dominicana atraviesa un período interesante en su historia. En este año se tomarán decisiones difíciles, pero necesarias, para el país y su democracia. En el momento en que redacto este texto, hay muchas discusiones e iniciativas importantes en marcha, especialmente aquellas relacionadas con la situación de la violencia, la corrupción y la delincuencia transnacional. Tenemos como ejemplo la reforma de la Policía Nacional y la modificación de la ley contra la trata de personas. Estos son temas muy complejos y requerirán que los responsables tengan un conocimiento profundo del tema y la capacidad de priorizar lo más importante.
La reforma de la Policía Nacional
En relación con la reforma de la Policía Nacional es necesario que la comisión creada realice un amplio diagnóstico administrativo y operativo en el que pueda ver cuáles son los puntos de intervención necesarios. Y estos puntos pueden pertenecer a varios grupos diferentes, que deben ser estudiados de forma individual: personal, recursos materiales y tecnológicos, estructura organizativa, metodología de trabajo y control interno. Para cada una de estas áreas, la atención debe centrarse en identificar las debilidades y proponer, en todos los ámbitos, medidas que afecten a todos y cada uno de los grupos. Existe una fuerte dependencia entre estos elementos, que deben ser analizados de forma sinérgica, para que contribuyan a los mismos objetivos.
En cuanto a su personal, debe existir una preocupación que cubra su vida laboral desde la contratación hasta la jubilación. Debe establecerse criterios claros y rígidos de ingreso, permanencia, progresión profesional, plan salarial, formación continua, registro de dependientes y jubilación. En cada uno de estos temas, el objetivo debe ser atraer personas con buena formación personal y profesional, además de mantenerlos constantemente capacitados y bien remunerados, que comprendan los criterios de promoción y los de la jubilación. Las estructuras de recursos humanos deben estar preparadas para acompañar la vida laboral de los policías, buscando apoyarlos y exigiendo que cumplan con los requisitos necesarios para el desarrollo de su carrera. Solo así, la policía podrá realizar su labor sin tener que preocuparse por aspectos que puedan ser atendidos por profesionales dedicados al tema.
El presupuesto institucional y la estructura organizacional deben estar alineados con esta nueva política de personal, ya que necesita proporcionar los criterios para cubrir los puestos disponibles, los cuales deben tener una descripción clara y objetiva. Lo mismo ocurre con los recursos materiales y tecnológicos que deben estar en consonancia con la nueva estructura y la formación que reciben los incumbentes.
Es necesario establecer una nueva visión de qué esperar de la Policía Nacional luego de la reforma. ¿Qué policía queremos al final del trabajo de esta comisión? Solo después de responder esa pregunta podremos proyectar lo que el país necesita y actuar para lograr esta nueva realidad.
A partir de un diagnóstico preciso y el establecimiento de una nueva visión, será posible iniciar el trabajo de proponer las reformas necesarias para lograr lo que se propone, basándose en una estructura mínima que permita la funcionalidad administrativa y operativa. La sociedad dominicana no se merece menos.
Modificación de la Ley 137-03 sobre el Tráfico Ilícito de Migrantes y Trata de Personas
Además de la necesaria reforma de la Policía Nacional, y para contribuir también a este objetivo, es necesario que modifiquemos la ley contra la trata de personas, lo que garantizará, entre otras cosas, que la policía pueda actuar con mayor eficacia, considerando que lo que tenemos ahora son conceptos anticuados y legalmente limitados. Pero este es solo uno de los efectos secundarios de la necesaria renovación legal.
En este tema debemos saber priorizar los puntos de discusión más interesantes e importantes de la ley. Me refiero a los puntos que serán discutidos tan pronto como el proyecto de ley sea remitido al Congreso Nacional. Es necesario que todos sean conscientes de la importancia de las novedades contenidas en el proyecto, que tiene la capacidad de mejorar la situación del combate a la trata de personas en el país. República Dominicana es considerado el cuarto país de América con la tasa más alta de trata de personas, y se encuentra entre los diez primeros a nivel mundial.
Uno de los puntos que deben ser tomados en cuenta por los legisladores es que la nueva ley prevé otros tipos de trata. La ley actual tiene 13 modalidades, mientras que la nueva propuesta incluye 40. Por otro lado, el nuevo texto busca evitar penalizar a la víctima, además de brindar oficialmente, servicios de atención a víctimas, entre otros.
Muchas organizaciones se verán afectadas positivamente con la aprobación del nuevo texto, ya que esta preevé la creación de dos fondos para la aplicación de recursos de la nueva ley: uno para la persecución penal, a disposición principalmente de la Policía Nacional y el Ministerio Público, y el otro para protección y atención a la víctima, cuyos recursos estarán a disposición del CONANI y el Ministerio de la Mujer.
Si queremos cambiar la forma en que el país enfrenta este problema y la imagen que tiene internacionalmente con respecto a la lucha contra la trata de personas, debemos dar los pasos necesarios hacia la renovación legal, que tiene potencial para demostrar al mundo un cambio sustancial de actitud en materia de prevención, persecución y protección de la víctima.
Actualmente, el Estado no ha estado asignando los recursos necesarios para que sus instituciones puedan llevar a cabo programas de restauración a víctimas y sobrevivientes de trata. De hecho, nunca ha existido un proceso efectivo en República Dominicana para restaurar a quienes sufren las consecuencias del delito, lo que significa que estas personas tienen que vivir sin asistencia, con los diversos traumas que acarrea la explotación. Solo a través de un esfuerzo de restauración de gran alcance, el Estado podrá garantizar a estas personas la oportunidad de seguir adelante con una vida productiva y pacífica.
Nosotros como país necesitamos garantizar un entorno nacional saludable que permita a las personas, empresas y organismos públicos prosperar y vivir dignamente. Para ello, hay que priorizar la reforma policial y modificar la ley contra la trata de personas. Solo con una legislación moderna y una policía preparada, disciplinada y eficaz, será posible soñar con un país en el que se pueda contar con el desempeño y apoyo de políticas públicas que realmente mejoren la vida de las personas.
*José Monteiro es director de Misión Internacional de Justicia en República Dominicana y coordinador general de la Coalición de ONGs contra la Trata de Personas.