Lo que está detrás de la denuncia de que agentes del FBI se presentaron al país para interrogar a empleados del Dr. Salomón Melgen en relación a denuncias relacionadas con la supuesta participación del senador norteamericano Robert Menéndez con prostitutas dominicanas, es el interés de desviar la atención pública sobre lo que es verdaderamente escandaloso: la forma en que el senador ha usado su posición pública para ayudar a un amigo y donante en su esfuerzo por lograr que el Estado dominicano ejecute un contrato que le representaría millones de dólares de beneficios, como es el de los rayos X para los puertos marítimos dominicanos.
Tal vez se persiga además algún objetivo político colateral al pretender dañar la reputación del Procurador General de la República, Francisco Domínguez Brito, a quien se le atribuyó la responsabilidad sobre lo que ha sido mal calificado como un atentado a la soberanía nacional, que ha dado lugar a editoriales y hasta a declaraciones del Cardenal.
Lo curioso es que la denuncia provenga del Dr. Marino Vinicio Castillo, que ha estado relacionado, desde el poder, en la lucha contra el narcotráfico y conoce a la perfección la forma en que se mueven los agentes norteamericanos de la DEA en nuestro territorio, pero, correctamente, nunca lo ha denunciado.
El Dr. Castillo sabe que en muchas otras ocasiones agentes del FBI han venido a territorio dominicano, con conocimiento de las autoridades dominicanas, en busca de información para sus casos, pero nunca los había denunciado.
Y se entiende, pues ocurre que el Dr. Salomón Melgen es sobrino del Dr. Castillo, pero además porque el Lic. Vinicio Castillo Seman, hijo del denunciante, es el abogado del Dr. Melgen en sus esfuerzos por hacerse con el negocio de los rayos X en los puertos marítimos dominicanos. Esta coincidencia no es producto de “la Mano de Dios”.
No se trata de ignorancia, claro está, sino de intereses lo que ha movido a ignorar que el fenómeno de la globalización ha alcanzado el campo de las investigaciones, traspasando fronteras en procura de resultados más efectivos. Investigadores dominicanos también se han beneficiado de este tipo de colaboración entre países, como cuando el entonces Procurador Fiscal del Distrito Nacional, Alejandro Moscoso Segarra, y el entonces Procurador Adjunto, Frank Soto, ambos hoy jueces de la Suprema Corte de Justicia, viajaron a Puerto Rico a finales del 2010 para realizar indagatorias relacionadas con el caso Figueroa Agosto. También en el 2010 el Procurador General de la República de entonces, Dr. Radhamés Jiménez, viajó a España para participar en los interrogatorios que se le efectuarían en ese país a Arturo del Tiempo.
El Procurador General de la República, Francisco Dominguez Brito, ha informado al país que las actuaciones de los agentes del FBI se realizaron de acuerdo a los parámetros internacionales de colaboración. Resulta claro que por lo menos, las actuaciones de los agentes del FBI se realizaron con el conocimiento y el consentimiento de las autoridades dominicanas, por lo que el tema de la soberanía no estaba en juego.
Por un tema de coherencia se debe agregar que en cualquier caso en que un ciudadano o ciudadana es sometida a una entrevista o interrogatorio y solicite la presencia de su abogado, debe detenerse el interrogatorio hasta que esté presente su abogado.