Con el lema “Revitalización de la Visión de la Asociación de Estados del Caribe para un Gran Caribe Más Fuerte y Más Unido”, se realizó en Haití los días del 23 al 26 de abril, la V Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe (AEC). Entre los temas de la agenda se incluyeron: el transporte y los desastres naturales; además el compromiso de renovar el apoyo a la reconstrucción y el desarrollo de Haití.

En ese escenario, el Presidente Danilo Medina planteó: “Avancemos con la mirada puesta en nuestra gente y en nuestro Gran Caribe, ese mar que es nuestro patrimonio común, fuente inagotable de vida y punto de partida, desde hace siglos, de nuestra identidad regional” y señaló: “Apostamos por una integración que ponga a nuestros pueblos, a nuestros hombres y mujeres, en el centro de las decisiones, de las políticas conjuntas. Apostamos por la solidaridad, por la protección de la vida, por el desarrollo sostenible de nuestra región”, pronunció además: “creemos en el poder de los Estados para llevar bienestar a las personas, creemos en la capacidad de los gobiernos de coordinar nuestros esfuerzos y de crear las condiciones necesarias para el desarrollo y la prosperidad de nuestras familias” , y expresó además que “la palabra clave en la política internacional es la “integración”, pero no en su uso puramente economicista, sino que debe dar un sentido humano a la misma”.

La AEC, organización para la cooperación en el Caribe,  surgió el 24 de julio de 1994, en Cartagena de Indias, Colombia donde los Jefes de Estados y representantes de diferentes países firmaron un Convenio Constitutivo de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), Association of Caribbean States, ACS por sus siglas en inglés). Estructurada por el Consejo de Ministros, quien formula de políticas y orienta a la AEC y la Secretaria con un Secretario General.

Se enfoca en el comercio, el transporte, el turismo sustentable y los desastres naturales, cuyos objetivos persiguen fortalecer la cooperación regional y el proceso de integración, con el propósito de crear un espacio económico ampliado en el Caribe, preservar el Medio Ambiente sostenible del Gran Caribe; temas que predominan en el mercado mundial y la política comercial de cada país, en busca de eliminar las barreras arancelarias y no arancelarias, sin distinción en cuanto a la capacidades técnico productivas y recursos disponibles que poseen los países desarrollados pudiendo lograr niveles competitivos con los países más avanzados.

Tiene dentro de sus prioridades facilitar acciones regionales concertando procesos de diálogo y cooperación en temas de: Desarrollo Económico, Cooperación, Narcotráfico, Terrorismo, Seguridad, Inestabilidad Política, entre otros.

Este organismo de consulta, concertación y cooperación contempla en su normativa, desarrollar y fortalecer las capacidades colectivas del Caribe, para lograr un desarrollo sostenible en lo económico, lo cultural, lo social, lo tecnológico, lo científico; promover un espacio económico para el comercio y la inversión ofreciendo oportunidades y concentración de beneficios en la región del Caribe.

Entre los países Miembros participan: Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Barbados, Costa Rica, Cuba, Colombia, Dominica, El Salvador, Granada,  Guyana, Guatemala, Honduras, Haití, Jamaica, México, Nicaragua, República Dominicana, Santa Lucia, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Venezuela, Surinam, Trinidad y Tobago, Venezuela.

Participan como países Miembros Asociados: Aruba, las Islas Turcos y Caicos, Francia participando en nombre de Guyana francesa, Guadalupe y Martinica). Países Observadores: Brasil, Argentina, Canadá, Chile, Ecuador, Egipto, Corea del Sur, España, India, Finlandia, Italia, Marruecos, Perú, Turquía, Ucrania, entre otros.

Asimismo participan como Organizaciones Observadores: 1) El Sistema Económico Latinoamericano (SELA), 2) La Secretaria General de la CARICOM, 3) El Sistema de Integración Económica Centroamericana (SICA), 4) El Sistema de Integración Económica Centroamericana (SIECA), 5) La Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (CEPAL) y 6) La Organización de Turismos del Caribe (OTC).

Entre los procesos de integración y en medio de amenazas de la formación de bloques comerciales tendentes a crearse, la Asociación ha sido una valiosa idea por el empeño de consolidar estrategias unilaterales de reformas económicas entre países, para mejorar la productividad y situarse en la competitividad que exigen los mercados internacionales, estimulando las exportaciones hacia nichos de mercados que demandan productos de los cuales estos países pueden ofertar; por lo que la AEC pretende crear una “Zona de Cooperación”, con la firma de la Convención de una zona de turismo sustentable del Caribe (ZTSC), que seria la primera en el mundo.

Se ha estimado que “la AEC posibilitaría la creación de un área económica que produce anualmente unos 474 mil millones de dólares, con un intercambio comercial que supera los 140 mil millones de dólares, estimando un potencial mercado interno alrededor de 200 millones de consumidores”. Se estima que el área tiene una población de unos 230 millones de habitantes y tiene una extensión territorial de más de 4.5 millones de kilómetros cuadrados.

Dada la importancia de esta nueva organización, en la Décimo Octava (XVII) Reunión de Consejo de Ministros celebrada en Panamá en febrero del 2013, República Dominicana asumió la Direccion de Desarrollo del Comercio y de las Relaciones Económicas Externas; y la Vicepresidencia del Comité de Reducción de Riesgos de Desastres de la Regional contemplada en la Asociación de Estados del Caribe.

En la actual relación económica regional y la tendencia de ir produciéndose transformaciones, reajustes y rediseño de la política económica de los gobiernos se ha considerado un hecho trascendente que los países pueden aplicar una Política de Estado que permita el cumplimiento de los objetivos planteados, lo que creará un precedente en el Regionalismo integral.

No hay duda que la AEC ha transitado en los últimos años por un periodo de reflujo, lentitud y limitaciones para cumplir con sus propuestas originales en la región, esperamos esta V Cumbre sea un punto de partida para su reorientación hacia la VI Cumbre por un Nuevo Camino a Recorrer.