Recientemente la Fundación Abriendo Camino publicó “Retrato Cualitativo de la Adolescencia”, un estudio que realizamos en Villas Agrícolas para la institución (2013).. En este articulo y otros subsiguientes presentaremos algunos extractos del mismo.
Uno de los capítulos del estudio analiza la situación de exclusión del sistema educativo de adolescentes valorados/as como “no aptos/as” para procesos educativos formales porque tienen “problemas de aprendizaje”, casos de educación especial.
La exclusión del sistema educativo por “problemas de aprendizaje” se muestra en otros estudios que realizamos en barrios de Santo Domingo y otras provincias. Adolescentes calificados con “problemas de aprendizaje” se refieren a centros de educación especial por repitencia continua y supuestamente “no asimilan” según lo que expresan padres y madres.
Las familias a que pertenecen estos/as adolescentes viven en condiciones de pobreza y no tienen recursos para ofrecer acompañamiento, tutorías, consultas psicológicas ni orientación a sus hijos e hijas. Estos/as se insertan en actividades económicas del sector informal, trabajo doméstico o simplemente engrosando la población “ni ni”, “ni trabaja, ni estudia”, población en situación de riesgo y vulnerabilidad.
Los casos en Villas Agrícolas con edades entre 15-17 años son de sexo femenino, estudian en una escuela de educación especial. Cursan 3ro y 5to curso de primaria.
“Yo estaba en la Escuela… hasta 3ero de Primaria con 10 años. Yo repetía y repetía y no aprendía nada. La psicóloga me evaluó y le dijo a mi mamá que me pusiera en la escuela especial. Me pusieron en una escuela especial, hasta que llegué hasta 5to curso. No sabía leer ni escribir, no asimilaba y aprendí mucho en la escuela..”
Los barrios de la zona no cuentan con ofertas educativas hacia el desarrollo de destrezas deportivas ni artísticas en una perspectiva de programas de carreras técnicas, deportivas o artísticas en las que esta población pueda insertarse.
Adolescentes con destrezas hacia actividades deportivas y artísticas, no pueden desarrollar este potencial por la falta de oportunidades en su contexto territorial. Sus familias, no cuentan con recursos para ello y por tanto sienten que sus hijos e hijas se convierten en una “carga” o en “un problema”.
La reforma educativa debe tomar en cuenta esta realidad, ofrecer educación de calidad que potencialice la diversidad de saberes, competencias y capacidades y disminuir riesgos en la población vulnerable. Barrios y comunidades rurales necesitan contar con ofertas educativas diversas en la niñez y adolescencia desarrolle sus destrezas técnicas, deportivas y artísticas aún cuando no responda a patrones “clásicos” de rendimiento dentro de los procesos educativos formales.
Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY