… ¿La década de 2020 ofrecerá más esperanza? Esta ha sido una década turbulenta en el país y llena de manipulación en los medios de comunicación tradicionales y digitales: protestas, austeridad para las instituciones de bien social, populismo, despilfarro del dinero público, persecución, migración, los dominicanos ya no aguantan.
De hecho, aunque esta pregunta, así como su respuesta imaginable, podría parecer especulativa, es perfectamente válida. Aquí puede haber más de lo que parece. Gracias a Dios, y afortunadamente, estamos a pocos días de las elecciones municipales y semanas para las congresuales y presidenciales, lo que permitirá un saneamiento de gran parte de los funcionarios que ocupan estos cargos públicos, que, en su mayoría, solo se han enriquecido utilizado sus posiciones, sean electivas o designadas, en post de beneficio propio o sus allegados, a base de nuestros impuestos o “proyectos” basados en préstamos de miles de millones de dólares.
La frase: “Necesitamos un Cambio”, no solo se ha convertido en una simple expresión, es un grito a voces, de un pueblo que se siente estafado, burlado y que por años ha sido paciente, pero ansioso en este 2020, por la llegada del momento de corregir errores del pasado, respecto a la forma de elegir con certeza e inteligencia a quienes van a dirigir los destinos de nuestro pedacito de tierra, que puede no ser perfecta, o la mejor, pero es nuestra y por la cual tantas vidas se han sacrificado.
En la antigüedad, la política nació de la creencia de que podemos ser dueños de nuestro propio destino, y la democracia se convirtió en un proyecto continuo e innovador para garantizar que las personas tengan voz en las decisiones públicas.
Aquí hay largas décadas en las que la historia parece ralentizarse. Las elecciones se ganan y se pierden, las leyes se adoptan y se derogan, nacen nuevas estrellas y se llevan leyendas a sus tumbas. Pero a pesar de todos los asuntos ordinarios del paso del tiempo, los protagonistas de la sociedad y la política siguen siendo los mismos.
Ya no puede haber ninguna duda, de que hemos estado pasando por momentos populistas. La pregunta es, ¿permitiremos que estos momentos populistas se conviertan en una era populista? y pongan en duda la supervivencia misma de la democracia liberal. Cuando la democracia es estable, es en buena parte porque los principales actores políticos están dispuestos a adherirse a las reglas básicas del juego democrático, la mayor parte del tiempo.
En la actualidad, desde el estado, la maquinaria del poder, se dedica a querer cambiar la voluntad popular, utilizando “el algoritmo del dinero público”, comprando voluntades, sin importar el precio que cueste, con persecuciones y utilizando múltiples medios para tratar de persuadir a los ciudadanos y venderles candidatos y propuestas que no acoplan con el pueblo (es obvio es más de lo mismo o peor). Mientras tanto el PRM está conectando con la gente, el candidato del cambio, Luis Abinader y la propuesta que va de la mano con él, le gusta a los dominicanos, solo hay que ver en las calles, plazas y cualquier rincón de esta nación, el entusiasmo, la cara de esperanza de nuestros ciudadanos, y en sus recorridos por todo el país como es recibido en cada paraje, municipio o provincia, sin tener que repartir, pica pollos, alcohol o los famosos RD$1,000 a RD$2,000, pues lo que se propone es creíble, alcanzable , amigable, pero sobre todo, es presentada por un profesional y exitoso ser humano, con una conducta intachable e incuestionable , algo que no se puede decir del oficialismo.