En menos de dos años, la Alianza por el Derecho a la Salud (ADESA) ha logrado aglutinar a más de medio centenar de organizaciones populares, comprometidas con la defensa del derecho de todos los dominicanos al acceso regular a los servicios de salud y a la atención médica, de calidad y sin barreras.

Mes tras mes, y prácticamente sin escasos recursos económicos, viene realizando actividades en esa dirección, convirtiéndose en una auténtica representación popular, aglutinando a las principales fuerzas sociales que aspiran a un cambio en el sector salud. Ese esfuerzo merece el apoyo y la solidaridad de todos. 

Este fin de semana, ADESA realizó su III Asamblea General, donde su coordinadora Alba Reyes, presentó un balance general sobre la situación del sistema de salud, que comparto con mis lectores y les pido que difundan.

“Llegó la hora de comprender que la crisis sanitaria es uno de los problemas principales de la República Dominicana. Los altos niveles de desigualdad, donde cerca del 40% de la población vive en condición de pobreza y de vulnerabilidad, multiplican las enfermedades y epidemias, acentuadas por la inexistencia de programas de prevención y promoción de la salud, con énfasis en el primer nivel de atención.

“En los últimos seis años murieron 16,647 niños menores de cinco años, un promedio anual de 2,745, la inmensa mayoría por causas prevenibles, debido a la baja calidad de la atención médica. Las muertes maternas, que el año pasado sumaron 188, es otro ejemplo de lo mal que anda la salud de este país”.

La corrupción y el caos gerencial matizan la gestión hospitalaria, afectando a más de siete millones de personas que carecen de un seguro de salud privado y que, por tanto, tienen que recurrir a los centros públicos. En adición, los continuos conflictos entre el personal médico, las enfermeras y demás trabajadores de la salud y las autoridades, afectan a los más pobres.

Existe una bajísima inversión estatal en salud (menos de un 2% anual del PIB).  Además, un proceso creciente de privatización que encarece los servicios de salud, incluyendo los altos precios de los medicamentos, sin ningún control estatal. Todo a consecuencia de la imposición de un modelo neoliberal que convirtió la salud en un negocio lucrativo.

El sistema de seguridad social ha fracasado en reducir el gasto de bolsillo, en proteger a toda la población, y en garantizar servicios óptimos de salud, pensiones justas y en reducir los riesgos laborales.

“A 17 años de la ley que crea el sistema de Seguridad Social, el 70% de la población depende de servicios públicos tan precarios, que obliga a un alto gasto de bolsillo. Los servicios privados para los trabajadores/as son peores ya que, aunque pagan un seguro médico, enfrentan un copago que impusieron los actores privados, con el aval del Estado”.

“Necesitamos un pacto político, técnico y social por la salud”

ADESA agrega que “estamos convencidos/as de que no habrá solución a la crisis de salud, si se insiste en el camino de la privatización. El Estado debe recuperar su rol y asumir su responsabilidad, ahora que hay autoridades receptivas, más conscientes de los problemas y más abiertas a las organizaciones sociales”.

Hay que cambiar de rumbo y priorizar la salud. Demandamos un aumento del presupuesto, pero no solo de la atención curativa sino, además, de los programas de promoción y prevención. Aunque insuficiente, esa sería una acción positiva del Gobierno y de los partidos políticos.

Durante su tercer Congreso, ADESA reiteró su compromiso de seguir ampliando esta alianza social y territorial. “Buscaremos apoyo en los gremios, en las autoridades de salud, en las fuerzas políticas y en los aspirantes presidenciales y a cargos electivos”.

En Seguridad Social para todos, apostamos al fortalecimiento de ADESA