Con la declaración de conformidad publicada en la sentencia 0651-16 por el Tribunal Constitucional (TC) que permite la firma del “Acuerdo de París sobre el Cambio Climático”, ahora, la urgente ratificación, queda en las manos del Presidente de la República, que para hacerla tendrá que modificar la fuente de energía de Punta Catalina.
El “Acuerdo de París” es un convenio dentro del ámbito de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático que, más tarde que temprano, establece medidas para la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), y son, precisamente, los gases del carbón que junto a la combustión de petróleo, están transformando la composición química de la biosfera.
Sería muy “cuesta arriba” no ratificar el Acuerdo por el tema de “Punta Catalina”. Violaríamos nuestras propias reglas del juego ya que la República Dominicana incorporó en la constitución del año 2010, la adaptación al Cambio Climático Antropogénico como elemento fundamental de la política del ordenamiento territorial y ambiental de la Nación (Art. 194).
Más aún la Ley 1-12 “Estrategia Nacional de Desarrollo 2030” en su cuarto eje estratégico, procura una sociedad de producción y consumo ambientalmente sostenible, que gestione con equidad y eficacia los riesgos, la protección del medio ambiente, los componentes de la naturaleza y promueva una adecuada adaptación al Cambio Climático Antropogénico.
La ratificación es una emergencia ya que no se trata solo de violar o no nuestras propias reglas, se trata de que somos un estado insular y son las islas las que más sufren los estragos de la anomalía climática y, de las islas, la nuestra es una de las 12 donde se espera sigan ocurriendo situaciones catastróficas cada vez más complejas.
Los ecosistemas de esta isla, que son las bases que sustentan la vida, están siendo azotados por la minería, por el desarrollo urbano, por la agricultura insostenible, por la contaminación industrial, por el desarrollo hotelero que destruye los manglares, que son frágiles hábitats reproductivos de muchas especies tanto marinas como terrestres, todo esto empeora los efectos del Cambio Climático Antropogénico.
La ratificación del Acuerdo de París es urgente, como es urgente también hacer transversal a todas las políticas públicas la problemática ambiental. La transversalidad y emergencia de la situación es tan obvia que por primera vez en la historia humana 195 naciones se ponen de acuerdo y se reúnen en torno a una causa común: un futuro bajo en emisiones de carbono, resiliente y sostenible. Con el propósito de mantener el aumento de la temperatura en este siglo muy por debajo de los 2 grados centígrados, e impulsar los esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura incluso más, por debajo de 1,5 grados centígrados sobre los niveles preindustriales.