El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Souza, es famoso por su hiperactividad, es conocido con el apodo del "Profesor" por el sentido didáctico de sus frecuentes intervenciones. El Sr. Rebelo de Souza tiene un altísimo nivel de aceptación en el país donde ejerce su cargo; el presidente portugués, antes de la COVID, era el más viajero de todos los presidentes y en su país hacía de todo desde presidir inauguraciones hasta plantar árboles, tenía entre 3 y 5 apariciones diarias de ese tipo.
Viendo la frenética actividad del presidente Abinader, 34 actividades en cinco días en diferentes puntos del país, tenemos que llegar a la conclusión de que el Sr. Rebelo de Souza no le llega a los tobillos.
Ahora bien, el presidente de Portugal es sólo jefe de Estado, porque en ese país el jefe de Gobierno es el primer ministro; él no tiene sobre sus hombros las responsabilidades de gobernar y en consecuencia debe tener mucho tiempo libre, pues sus funciones son más bien protocolares.
En la República Dominicana, el presidente de la República es jefe de Estado y de Gobierno; es decir, tiene ambas responsabilidades al mismo tiempo. Traigo esto a colación porque en algunos círculos se comenta que el Lic. Abinader se somete a un ritmo de trabajo y actividades de diversa índole considerados excesivos y que a la larga podrían ser perjudiciales para su salud. No podemos dejar de mencionar que los presidentes habitualmente están sometidos a intensas presiones, las cuales se han agravado como consecuencia de la pandemia que afecta el mundo.
Me consta que el presidente dedica largas horas a despachar desde el Palacio Nacional, pues vivo muy cerca de su casa y lo veo regresar a ella en horas de la madrugada. Como todo ser humano, un presidente de la República necesita descansar para recuperarse y vacaciones para recargar las baterías. En nuestro país eso no se estila, no entiendo la razón, ya que en Europa es normal que jefes de Estado y de Gobierno vacacionen y nadie los critica por esto.
Me parece loable que el Lic. Abinader se interese por el bienestar y el progreso de todos los sectores del país y que trate de insuflar ánimos y esperanzas con su presencia en primeros picazos e inauguraciones, pero podría administrar mejor su tiempo y desgastarse menos dosificando estas actividades; todavía no estamos en campaña.
A todo el mundo le agrada que el primer mandatario de la nación los acompañe en momentos significativos para su empresa y solicitudes e invitaciones van a existir de sobra, pues el país se encuentra en un proceso de expansión económica no visto desde hace mucho tiempo.
Hacemos estas consideraciones interesado, como tantos otros, en que el presidente se cuide y preserve sus energías para continuar enfrentando, como lo está haciendo, los problemas que tiene la nación, que aún son muchos…