Hemos visto que las autoridades anuncian e informan con insistencia sobre el crecimiento de la economía, informando que el incremento del PIB ha alcanzado un 6.1 % en los primeros 6 meses del presente año, y que los últimos seis años este indicador ha mostrado cifras promedio anual de un 4.5% de incremento.

Sin embargo, por otro lado tenemos que para los últimos seis años la deuda pública externa pasó de US$13,898.4 millones a US$19,124.4 millones, lo que arroja un crecimiento de un 37%, equivalente a un monto neto de US$5,226 millones. Esto indica que por cada punto porcentual que creció el producto interno bruto (PIB), la deuda lo hizo en 1.47 puntos porcentuales. Es decir, la deuda externa consolidada reflejó un crecimiento de 12 puntos porcentuales por encima del PIB en los últimos seis años.

En cuanto al crecimiento del PIB, las actividades económicas de mayor incidencia en términos de valor agregado real, durante enero-junio 2018 fueron: Construcción (13.2%), Zonas Francas (11.0%), Salud (8.2%), Comercio (8.1%), Manufactura Local (6.8%), Transporte y Almacenamiento (6.8%), Energía y Agua (6.4%), Servicios Financieros (5.8%), Comunicaciones (5.6%), Agropecuario (5.3%), Hoteles, Bares y Restaurantes (5.2%), entre otras

Viendo estas cifras se hace obvio que debemos hacer un esfuerzo adicional en lo que para mí son columnas fundamentales de nuestra economía, de la época moderna de nuestra economía, y se trata de los sectores Agropecuario y

Hoteles, Bares y Restaurantes, es decir, Turismo.

El crecimiento de 5.0% que presenta el valor agregado real de la Agricultura, es cónsono con el dinamismo mostrado por los rubros que la componen, destacándose el incremento en los volúmenes de producción de cacao (30.0%), café (24.8%), tomate (17.7%), frutas cítricas (11.4%), habichuelas (11.2%), otras hortalizas y vegetales (6.3%), guandules (6.2%), tabaco (3.7%), tubérculos, bulbos y raíces (1.8%), maíz (1.5%), guineo (1.3%) y arroz (0.7%).

La actividad Hoteles, Bares y Restaurantes exhibe un incremento de 5.2% en términos de valor agregado real en el período enero-junio 2018, impulsado básicamente por la llegada de visitantes no residentes al país, la cual experimentó una variación interanual de 7.5% durante el mes de junio, acumulando un crecimiento de 6.1% en el primer semestre de 2018. Este comportamiento es equivalente a una llegada de 199,134 turistas adicionales respecto a enero-junio de 2017, para un total de 3,440,805 visitantes en el primer semestre.

Es importante resaltar que los ingresos por turismo alcanzaron los US$3,978 millones en el periodo enero-junio 2018, unos US$212.3 millones adicionales comparado con el mismo período de 2017, lo cual representa un crecimiento de 5.6%, explicado por el incremento en la llegada de viajeros vía aérea principalmente desde países tradicionales de Europa y América del Norte, así como por el aumento en el gasto promedio de los mismos durante su estadía en el país.

De este análisis se desprende que si logramos alcanzar la meta propuesta de  los 10 millones de turistas al año, lo que significa que tendríamos un crecimiento de unos 4 millones, lograríamos un incremento en los ingresos anuales de este renglón de unos US$4,624 millones, ya que el ingreso promedio por turista es de unos US$1,156.00. Esto equivaldría a decir que el sector crecería en un 58% aproximadamente.

Adicionalmente, debemos considerar que el turista gasta promedio ( al costo ) unos US$60.00 diarios en comida, por lo que este incremento en la cantidad de turistas que llegue de unos 4 millones, incentivaría al sector agrícola en unos US$1,500, lo que sería un nuevo aporte al PIB, sin considerar los aportes al transporte, consumo de combustibles y otros sectores que se verían favorecidos, y hasta los sectores informales que les brindan servicios.

Por lo tanto, es mi opinión y recomendación, que debemos incentivar el crecimiento del turismo que a su vez arrastra otros sectores importantes de nuestra economía. Ya en otras ocasiones he planteado la apertura de nuevas zonas turísticas aunque signifique algún sacrificio, como lo es el ecoturismo en algunas áreas de los Parques Nacionales, y más si estos tienen elementos históricos que favorecerían este turismo.

Ahora bien, nuestra propuesta de incentivar el turismo, además de mejorar uno o varios sectores de nuestra economía, trata de evitar nuevos endeudamientos con estas inversiones. Las inversiones en este sector son equivalentes a entrada de recursos frescos, aumento del empleo y de la actividad comercial, y mejoramiento del nivel de vida de la localidad donde se desarrolle.