A finales de junio del 2014 el precio del barril del petróleo se situaba a 105.14 dólares por barril de crudo, hoy día noviembre del 2015, la misma materia prima ronda los 40.00 dólares el barril y la tendencia es hacia la baja, quiere decir, que existe una diferencia entre aquella infausta época y el día de hoy de 65.00 dólares por cada barril de petróleo.
En Miami, Florida, apenas dos horas en Avión de la República Dominicana, el galón de gasolina Premium ronda 1.90 dólares por galón, esto, es apenas RD$86.00 pesos aproximadamente al cambio actual, el precio del Diesel también ha tenido rebajas similares y muy significativas.
Aunque con alharaca injustificada e insulsa, han sido rebajados los precios de los combustibles, a niveles todavía, injustificadamente altos, lo que conlleva a desmentir la tesis de que si baja baja y de que si sube sube. Es obvio que los precios de los combustibles en la República Dominicana, no reflejan ni la ley, ni la realidad de los precios de su materia prima. Baste revisar el precio del barril del petróleo en otras épocas y hacer una simple regla de tres con el dólar.
No obstante la inexistencia absoluta de una oposición que haga caer en cuenta a la ciudadanía de esta triste realidad, de que somos objeto de un abuso de confianza diario, y una distracción de fondos aviesa y continua, de recursos del pueblo que pueden ser utilizados para mejorar la calidad de vida, recreación, alimentación, pagos de colegio, universidades, ahorros, pagos de deudas, etc., esto no es posible, como consecuencia de este impuesto directo a la producción y a las familias dominicanas, a pesar de que el Estado y Temo digan que la presión tributaria es bajísima, (esperemos la próxima reforma fiscal luego de las elecciones).
Si la diferencia escalofriante que nos ofrecen estos números no fuera suficiente, ya que implica un gasto fijo, diario e innecesario de cientos de millones de pesos por vía de impuestos injustificados e ilegales. Donde realmente el gobierno se sirve con la cuchara grande es con el mantenimiento de la TARIFA ELECTRICA a niveles de precio equivalentes a aquellos que existían cuando el petróleo rondaba los US$115.00 dólares el barril, esto a más de un abuso de confianza constituye más bien el equivalente a un robo a mano armada. No existe una sola justificación legal, política o mínimamente valida que permita esta esquilmacion por parte del Estado Dominicano a las empresas, profesionales, empleados privados, empleados públicos, y todos los ciudadanos de la República Dominicana.
En mi caso particular tomé hace más de un año un préstamo bancario para cambiar los aires de mi oficina a inverter, supuestamente con lo cual me ahorraría aproximadamente de un treinta a un cuarenta por ciento en la factura eléctrica, en virtud de los amperes que consumen estas modernas unidades; muy por el contrario, a pesar de constatar con un experto (pagado por supuesto), de que efectivamente las unidades funcionan a la perfección y conforme lo ofertado, la factura sigue prácticamente sin variación, y ahora para colmo de males debo el préstamo, y pago lo mismo de luz.
Mientras Danilo, cual prócer impoluto y Zeus redimido, alegadamente sigue en la cresta de la ola, inaugurando arbolitos cuya luz no paga, a la tarifa que sea, y sobre todo, sin que nadie le diga lo que tiene que decirle, inaugurando todas las aulas en las nuevas escuelas sin auditoría contable ni visual alguna, (Con solares comprados a precios de titanio lo cual si se revisa, no queda nadie suelto); para luego cerrarlas, y fundado en el hecho indiscutible de que no existe oposición alguna que le cante tres verdades y que llame a una revisión responsable y seria de la tarifa eléctrica, la que se mantiene artificial e innecesariamente a niveles insostenibles, y nosotros de cuento en cuento, de escándalo en escándalo, aguantando callados: OHHH OHhh OHhhh, como el gringo del cuento.
Ahorita el petróleo sube cinco dólares, y el dólar dos pesos, esperen, que van a decir, “…….hay que revisar la tarifa eléctrica, ya que el Gobierno (de lo que nunca se había hecho) está asumiendo las alzas registradas.” Esto tiene un nombre, pero no puede decirse públicamente.