Con la muerte de Abraham Smith, cayó un viejo roble y revolucionario ejemplar, vencido por una enfermedad que lo mantuvo postrado en su hogar en los últimos tiempos. Vive en la memoria y el recuerdo del pueblo de Puerto Plata por su línea vertical en contra de la injusticia, la corrupción y el engañó de ciertos políticos. Luchó por un mejor país. No pasó factura por sus servicios prestados. No buscó prebenda. Era desprendido de lo material. Vivió y murió humildemente. Así mueren los auténticos revolucionarios.
El movimiento sindical dominicano, no ha estado exento de tener dentro del mismo a uno que otros dirigentes que se han aprovechado económicamente de sus posiciones para sacarle ventajas económicas. Tenemos muchos dirigentes serios, honestos y capaces en el mismo.
Dentro de éste último grupo, estuvo el profesor Abraham Smith, dirigente profesoral y sindical en la provincia de Puerto Plata. Con una hoja de servicios limpias a su querido y amado pueblo. Ha sido un ejemplo a imitar por las nuevas generaciones de líderes sindicales y políticos por su conducta vertical e insobornable en sus actuaciones, tanto privadas como públicas.
Participó en la formación y desarrollo de varias instituciones políticas, gremiales, culturales, deportivas y sociales en la provincia de Puerto Plata.
El profesor Abraham Smith, fue un verdadero titán en las luchas políticas, sindicales y magisteriales en Puerto Plata. Era conocido en el ámbito nacional por su trayectoria de lucha y defensa del pueblo humilde y trabajador.
Simpatizante de los Gobiernos: cubano y venezolano y de sus dirigentes Fidel Castro Ruz y Hugo Chávez Frías, respectivamente.
Fue un asiduo lector de los clásicos del marxismo Leninismo, como: Marx, Engels, Lenín, Stalin, Mao Tse Tung, Trotsky, Louis Althusser, Ernest Mandel, Martha Harnecker, Andre Gunder Frank y otros. Siempre andaba con un libro debajo de sus brazos para leerlos.
Se les consideró un educador de los pies a la cabeza, por su entrega total al magisterio. Se consideró un continuador de los educadores puertoplateños: José Dubeau, Emilio Prud Homme, Antera Mota, Mary Lithgow, José Ignacio Certad Hernández, Gloria Marión, Rufino Martínez, Mercedes Mota, Delia Quezada, y otros tantos.
Mantuvo una sonrisa y una alegría a flor de labio todo el tiempo.
Fue un hombre íntegro, serio, honesto, trabajador y preocupado por la suerte del movimiento sindical dominicano. No buscó jamás ventajas. En su entorno se le respetó y admiró. No claudicó jamás a sus principios e ideas revolucionarios. Dijo presente en todas las luchas que libró el pueblo de Puerto Plata. Luchó toda su vida como expresará él mismo: “Por un Puerto Plata mejor”.
Era común verlo caminando a pie por las calles y avenidas de Puerto Plata, con un fólder conteniendo documentos, copias de notas de prensa y escritos suyos, debajo de uno de sus brazos.
En los últimos meses no se le veía caminando debido a que le apuntaron las dos piernas, debido a problemas de azúcar y de circulación en las mismas.
Abraham Smith nació en la ciudad de Puerto Plata, el 5 de octubre de 1938, hijo de los señores Roberto Smith y Ana Beard, ambos fallecidos. Su nombre completo era Abraham Odalís Smith Beard. Sus familiares, amigos y allegados le llamaban como Abrahamcito. Fue criado por su abuelo Abraham Smith, hijo.
Hizo sus estudios primarios en la Escuela Antera Mota, dirigida por Concepción Gómez Matos y los secundarios en la Escuela Normal José Dubeau, regenteada por Carlos María Hernández de su ciudad natal.
Desde muy pequeño se dedicó a la práctica del béisbol, siendo un gran defensor del cuadro interior en los partidos de esa disciplina. Fue un bateador selectivo, corredor rápido, inteligente en las posiciones que tomaba en el infiel era maestro llegándole a rodados entre dos, y oportuno bateador.
Se inició en el magisterio a la edad de 21, en plena Era de Trujillo, en el año 1959, en la Escuela de San Marcos Arriba, Puerto Plata, como profesor de primero a quinto curso de primarias, ganando un salario de RD$27.00 mensuales. Luego, fue trasladado a la Escuela de Loma del Gallo y allí permaneció 18 años impartiendo clases.
Se graduó de Maestro Normal Primario, en la Escuela Licey al Medio, de Santiago de los Caballeros.
Militó en varios partidos de izquierdas, como fueron: Agrupación Política 14 de Junio, Movimiento Popular Dominicano (MPD) y Partido Comunista del Trabajo (PCT).
El 31 de diciembre de 1962 contrajo matrimonio con Hilda Mercedes Díaz (a) La China (hija de Ramón Peralta y Cecilia Díaz) y procrearon dos hijas: Lilliam Joselín y Rosirí del Carmen Smith Díaz.
Fue él uno de los fundadores de la Asociación Dominicana de Profesores en el año 1970 y ocupó el cargo de Secretario de Quejas y Conflictos. También ayudó a la instalación de la Cooperativa Nacional de Servicios Múltiples de Maestros, en el año 1972.
Luego pasó a dar clases a la Escuela Virginia Elena Ortea, de Puerto Plata, en 1978.
En 1979 fue cancelado de su puesto de maestro por el entonces Secretario de Estado de Educación, Bellas Y Cultos, ingeniero Pedro M. Porrello Reynoso por asuntos políticos, pero fue reintegrado a los pocos días.
Fue Secretario General del Burro Ejecutivo Provincial de la Asociación Dominicana de Profesores, filial Puerto Plata.
En 1980 fue pensionado, para de esa manera sacarlo de circulación como dirigente magisterial de la ADP.
Durante la gestión de la doctora Milagros Ortiz Bosch como Secretaría de Estado de Educación y Cultura fue reincorporado como Técnico de Cultura en la Regional de Educación de Puerto Plata.
El 26 de octubre de 1990 cayó preso en compañía de los dirigentes puertoplateños: Roque Jacinto Gómez (a) Chinto, Luis R. Bencosme, Pablo Castillo y José Tavárez, siendo todos ellos trasladados a la ciudad de Santo Domingo y permanecieron cinco días presos en el Palacio de la Policía de allí. Estos escribieron un artículo bajo el epígrafe: “Ante una prisión injusta, en el periódico semanario El Faro, de Puerto Plata, de fecha 16 de noviembre de 1990, página 7, en donde narran sus vicisitudes y atropellos a que fueron sometidos por parte de la policía.
En junio de 1990 junto a un grupo de puertoplateños formó el Movimiento Independiente Gregorio Luperón (MIGRELU) y participando en las elecciones en el ámbito provincial del 16 de mayo del año 1990, siendo Smith candidato a Primer Regidor del Ayuntamiento Municipal de Puerto Plata. No salió electo.
Era un dirigente las veinticuatro horas del día. Formó a varios dirigentes. Vivía de su pequeña pensión que recibía como maestro y de la ayuda de su esposa e hijas.
Nunca buscó prebendas en su condición de dirigente sindical y magisterial.
Por su posición vertical cayó en varias ocasiones presos en el Gobierno de los doce (1966—1978) del Lic. Joaquín Balaguer, jamás se plegó a éste.
Fue un hombre que actuó toda su vida limpia y honestamente en defensa de los desposeídos, a cambio de nada. Lo hacía por su convicción política revolucionaria.
Siempre andaba con una sonrisa y alegres. Era uno de los verdaderos robles que le quedaba al movimiento sindical dominicano. No transigió con su conciencia. No cedió a sus principios por nada del mundo.
Durante el Gobierno del PRD, presidido por el Ingeniero agrónomo Hipólito Mejía Domínguez, fue reintegrado al magisterio como Técnico de Cultura de la Regional de Educación de Puerto Plata.
En su pueblo se le quiso y respetó. Se ganó un merecido lugar en la colectividad puertoplateña y el resto del país por su verticalidad de dirigente sindical insobornable.
Fue miembro destacado y distinguido de la Fundación Francisco Alberto Caamaño Deñó, Seccional de Puerto Plata y de la Comité Provincial de los Derechos Humanos de Puerto Plata.
Escribió artículos para el periódico El Faro, de Puerto Plata que debieran de ser recogidos en un libro.
Cuando solía beber un trago de ron entre amigos, le brotaba la vena poética y exteriorizaba y declamaba lindos poemas. Era un gran bailador. Mantuvo estrechos vínculos de amistad con muchas personas.
Ayudó a la formación de la ruta Sosúa—Puerto Plata y fue asesor del Sindicato de Chóferes que cubre dicha ruta.
La Sala Capitular del Ayuntamiento Municipal de Puerto Plata, en fecha 18 de mayo de 2005 lo declaró como: “Hijo Meritorio de Puerto Plata”, por sus aportes a la educación y al movimiento sindical puertoplateño.
El profesor Abraham Smith hizo grandes aportes al movimiento sindical y su grandeza estuvo en sus desprendimientos hacia los demás. Fue un gran ciudadano y puertoplateño de pura sepa.
Murió el connotado profesor, dirigente magisterial, sindical y político revolucionario, Abraham Smith, en la ciudad de Puerto Plata, a la edad 67 años, el sábado 2 de julio del año 2005, a las 5:10 P. M., siendo enterrado su cadáver al otro día en el cementerio municipal de Puerto Plata, a las 4:30 P. M.