Como algo de vida o muerte hay una manifiesta necesidad de permitir el aborto o por lo menos aceptarlo en determinadas circunstancias. El argumento común es el manejo del cuerpo de como una propiedad y que la respecto a él decide aquella que le pertenece, se pretende con relación al cuerpo de la mujer algo tan absoluto que se obvia si en las decisiones de su propietaria respecto de ese cuerpo que le pertenece pueda o no afectar a un tercero no nacido, que por tal condición no se le reconocen derechos de propiedad sobre su propio cuerpo, sino que se considera como parte de un cuerpo del cual puede ser desprendido, mutilado o extraído con el sólo argumento de que el lugar que ocupa es propiedad de otra persona.

La propiedad, vituperada por la izquierda para todas las cosas y como símbolo de la tragedia del capitalismo, se enarbola como argumento cuando se trata del cuerpo, pero se nos prohíbe venderlo, ser esclavo o transferir la propiedad del cuerpo con todos sus accesorios a otra persona. También mutilarnos nosotros mismos y hasta suicidarnos. El derecho de propiedad tiene límites y efectos con respecto a terceros que pueden afectarlos negativamente, la economía los define como externalidades y los juristas lo incluyen en la teoría de los abusos de los derechos, y él de la propiedad es uno.

Por más propiedad nuestra que sea el cuerpo tenemos límites como se circunscriben los derechos sobre otras propiedades muebles e inmuebles. Regularmente estamos en las propiedades de otros, pisamos tierras que no nos pertenecen, estamos en los edificios y casas de otros, y caminamos calles que son nuestras y de otros al mismo tiempo y sólo decidimos sobre ellas con otros, en ningún de estos casos aceptaríamos darle derechos a los propietarios para que nos expulsen de su propiedad sin vida y mutilados, sólo porque es suya y pueden ejercer derechos sobre lo que está en ellas porque el dueño decide sobre lo está dentro de su propiedad. Los derechos no se pueden ejercer sin límites, aun sea con relación al cuerpo donde hay un ser humano que no puede dar su consentimiento para ser extraído entero o por partes, vivo o muerto.

El concepto propiedad que se enarbola al lado de la noción de cuerpo humano para justificar el aborto se vuelve conflictivo, difícil e inseguro y decir “¡es mi cuerpo y yo decido!” se convierte en un eslogan difuso e incómodo de asimilar por la razón cuando hay efectos de vida o muerte sobre otros. La idea de la propiedad como amparo del aborto en cualquier momento o circunstancia no sustenta con brillo la noción de deshacernos de todo aquello que esté en nuestro cuerpo y no lo queramos.

Frente al improbable reconocimiento de la disposición absoluta del cuerpo, aun siendo una propiedad, y mucho menos del cuerpo de otro al cuál la sociedad le atribuye el derecho a la existencia antes de nacer vienen los argumentos alternativos para aceptar el aborto en determinada circunstancia.

El primer argumento, es el de la disyuntiva entre la vida del no nacido y la madre y la opción de la parte gremial y mediática de la sociedad es la madre. La opción de la iglesia es la vida, de los dos, madre e hijo o hija, hasta llevar tal pretensión a situaciones de riesgos donde no son remota las posibilidades de que muera la madre y el no nacido, juntos, donde se apuesta a un juego de todo o nada sin correr el riesgo de las perdidas.

El segundo es el incesto, viendo la libertad sexual que promueven muchos de los que apoyan el aborto, el incesto sólo sería un problema cuando es sin consentimiento entre partes y cuando respecto de una y de la otra existan poderes o condiciones que vicien el consentimiento. Se tolera el incesto con consentimiento reciproco entre hermanos y hermanas o hasta entre madre e hijo en las mismas condiciones, nunca entre padre e hija, porque este último sería un aprovechamiento de la posición de poder del hombre en una sociedad patriarcal.

El incesto se une a la violación como causal del aborto y teóricamente sólo se admite en los casos de violaciones, las que siempre darán razones para abortar sean incestuosas o no dentro del dominio del hombre en el orden patriarcal. En las violaciones con asechanza y alevosía donde el individuo desconocido atrapa a la mujer y la lleva a un lugar y realiza en ella el sexo en contra de su voluntad no hay dudas que el fruto de tal acto debe salir del cuerpo de la mujer violada, tampoco hay dudas con respecto al familiar que seduce o amenaza a una menor o mujer adulta, igual con el ser sin vínculos parentales que engatusa a una adolescente y la lleva algún lugar bajo amenazas y dispone de su cuerpo hasta embarazarlo, tampoco hay dudas y el aborto debe ser permitido.

El concepto de violación se vuelve difícil entre parejas, el lato alcance que se le ha dado está lleno de zonas grises. Cuando se trata de una pareja de esposos o de una unión consensuada, donde tener sexo con la pareja que no quiere, pero que no se niega y reticente no hace una negación expresa o una oposición física es una violación. Y si en este caso una de las partes, si se da con el hombre que no quiere tener el hijo porque dice no consintió, no quiere tener el hijo, ¿el aborto entonces será permitido? ¿Cuáles serán los elementos probatorios dentro de la intimidad que permitan establecer que hace varias semanas o meses atrás en la cama o cualquier lugar de la casa no hubo consentimiento, sino un rechazo pasivo que por lo tanto tratado como violación debe permitir el aborto, aun sin la aprobación de la otra parte que se estima es el violador de su pareja? Trastocado todos los conceptos cuando se trata de sexo y sus consecuencias no sabemos que debemos entender o a qué atenernos.

Estableciendo la Constitución de la República como fundamento del matrimonio que sea entre un hombre y una mujer a través de las ideas de la teoría de género se procuró redefinir el concepto de mujer, estableciendo a través de la ley que lo determinante para ser mujer no eran las condiciones físicas y naturales, sino que alguien se sintiera como tal, porque la condición de hombre o mujer es sólo una construcción social, no natural. Ahora no sólo hay seres que siendo hombres se creen ser mujer, sino que existen los llamados trans-especies, que se siente ser animales atrapados en los cuerpos de seres humanos. Un día se hablará de los derechos de estos últimos y hasta será posible todo lo que se ha hablado de la reencarnación.

Teníamos una idea sobre la violación más menos clara ya no sabemos que es, y la mirada de un hombre a una mujer puede ser acto ilícito. La ira es un pecado capital y el enojo expresado con vehemencia, excitación o arrebato es violencia psicológica sin importa que razones existen ara que uno se enfade. Alterados los conceptos ahora se quieren alterar la Constitución y las leyes.

Las causales o razones para el aborto fueron excluidas del Código Penal votado como ley por el Senado de la Republica y las Cámara de Diputados y la ley fue observada por el Presidente de la República para la inclusión de las razones para el aborto, eso fue rechazado por el Senado. Una vez rechazadas las observaciones por la cámara de donde procede la ley hacia el Poder Ejecutivo que lo ejerce el Presidente de la República, y la cámara de donde procede en este caso fue el Senado, no hay posibilidades de enviar la Ley a la otra cámara para que sea discutida o sea aprobada porque la Constitución señala que: “Si después de esta discusión, las dos terceras partes de los miembros presentes de dicha cámara la aprobaren de nuevo, será remitida a la otra cámara,… , del “si condicional” se deriva que no existiendo la aprobación del Senado con las dos tercera partes la ley no podía ser remitido a la Cámara de Diputado para ser discutida pues habiendo sido rechazadas las observaciones resulta imposible que la Cámara de Diputados los pueda aprobar por si sola, es falaz que si esta no lo aprueba o rechaza las observaciones cobran vigencia, pues no se puede decidir con respecto a una cámara que no lo ha aprobado ni rechazado, pero tampoco se puede obviar de forma olímpica el voto del Senado que fue contrario. Todo porque nos conviene.

El precedente que se quiere establecer potenciaría el poder ya grande del ejecutivo, y por este método pudiera rechazar cada ley que no le guste y modificarla de acuerdo con su interés, quedando en sus manos el poder legislativo, convertido en un poder ineficaz no por el control de una organización política, sino la tergiversación conveniente de los procedimientos relativos a la observación de las leyes votadas por el Congreso Nacional. Esto podría ser la base legal de una dictadura de cualquier color, en la medida que poder legislativo y la democracia dejen de existir, sólo por promover a través de los medios aquello que nos conviene.