Sobre la biología de la reproducción: del embrión al feto
El conocimiento científico de la biología reproductiva es relativamente reciente. Es en el año 1678 cuando se identifica por vez primera el esperma y 100 años después se descubrió cuál era su función. El óvulo del mamífero fue identificado recién en 1827. Los períodos de ovulación de la mujer eran un misterio hasta la década de 1930 y recién -en 1995- los fisiólogos pudieron demostrar en qué momento era más probable la fecundación del óvulo.
En realidad, el proceso reproductivo natural comienza antes de la relación sexual entre un hombre y una mujer, cuando se forman las células especializadas llamadas gametos contenidas en los órganos reproductores masculino y femenino. La fusión o unión de un gameto masculino (espermatozoide) y un gameto femenino (óvulo) luego del coito es lo que da inicio al proceso de fecundación.
El conocimiento científico permite actualmente entender cuáles elementos deben intervenir para que una relación sexual coital heterosexual resulte en un embarazo y determinar con objetividad el momento en que éste inicia. Apoyándose en especial en la investigación biogenética, los ginecólogos y obstetras han podido establecer que el embarazo es un proceso que se inicia cuando se completa la implantación o nidación de un huevo fertilizado (blastocito) en el endometrio o cavidad uterina, el cual comienza alrededor siete días después de la fecundación y termina cuando el defecto en la superficie del epitelio se cierra, completándose el proceso de formación del embrión, que ocurre entre los días 12 a 16 tras la fecundación.
Unos días después de completada la implantación, cuando ya hay miles de células y el pre embrión mide más de 1.5 milímetros se forma el surco primordial, una línea de acumulación de células a partir de la cual terminará por desarrollarse el feto. Si en esta fase se forma ningún surco primordial no se formará ningún individuo. Es lo que se denomina “huevo ciego”, por lo que antes de la aparición del surco al producto de la fecundación se le denomina pre embrión.
Finalizado las diez semanas de embarazo, el embrión mide cerca de 3 cm y posee los esbozos de todas las estructuras internas y externas esenciales. Es a partir de este momento que comienza el período que los biólogos llaman desarrollo fetal. Unas cuatro o cinco semanas después -12 a 13 semanas después de la última menstruación- los genitales empiezan a diferenciarse como masculino o femenino y el rostro adquiere apariencia humana. Es también en este momento que comienza el proceso de conexión entre las células neuronales en la zona donde meses más tarde se desarrollará la corteza cerebral. Alrededor de cuatro o cinco meses después de la última menstruación la madre embarazada comienza a sentir en su vientre los movimientos del feto.
Otro hito importante en el desarrollo del feto es el momento que alcanza la viabilidad, es decir, cuando puede sobrevivir fuera del vientre materno. La neonatología ha permitido establecer con certeza que ningún nacido antes de la 23ava semana de embarazo será capaz de sobrevivir. Este ha conducido a la OMS a definir que el período perinatal comienza en la semana número 23 del embarazo, cuando el peso del feto es de 500 gramos. Esto significa que los embarazos interrumpidos antes de este momento son los que pueden definirse como abortos, mientras que los interrumpidos después de la 23ava semana son considerados nacimientos prematuros.
El Comité de Aspectos Éticos de la Reproducción Humana de La Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO), se ha adherido a esta definición y ha denominado como “umbral de viabilidad” las etapas entre las 22 y 28 semanas de gestación. La supervivencia de los recién nacidos entre la 23ava y 27ava semana de gestación, cuando el bebé aún pesa menos de un kilogramo, requiere de instalaciones médicas y tecnologías sofisticadas y especializadas. De no existir éstas, todos los bebés mueren, sobre todo si nacen con menos de 26 semanas. Los fetos anormales, con graves malformaciones, mueren casi inmediatamente después dl nacimiento, aunque el embarazo llegue a término.
¿Cuándo comienza la vida humana?
El cuándo inicia la vida humana es una pregunta errónea, ya que la vida es un continuum, a través de generaciones. Todos los componentes del proceso reproductivo son humanos y están vivos. Es más pertinente definir cuando comienza el embarazo y un nuevo individuo dentro del proceso reproductivo.
Una respuesta errónea a la pregunta antes formulada es que la vida comienza en la “concepción”, este último un término confuso. La American College of Obstetrics and Ginecology ha definido la concepción como sinónimo de implantación. Sin embargo, para muchos (incluida la Iglesia Católica y otras sectas religiosas) es sinónimo de “fecundación” y en el pasado se utilizó para referirse al acto sexual que daría origen a un embarazo. A menudo se usa de manera vaga y sin un significado biológico exacto, y en algunos debates religiosos incluso se alude al momento de la animación, o sea, cuando se cree que el alma entra al nuevo individuo.
Si la pregunta fuera cuando comienza a existir células con una nueva identidad cromosómica, la respuesta sería “a partir de la fecundación”. Podría agregarse que la célula resultante de la fecundación (el zigoto) tiene el potencial de convertirse en un nuevo individuo y finalmente en una nueva persona si se implanta y desarrolla normalmente, pero la afirmación de que el zigoto es un individuo es discutible.
Basado en los hechos descritos más arriba muchos biólogos sostienen que sólo puede hablarse de los comienzos de un nuevo individuo cuando aparece el surco primordial, unos 14 días después de la fecundación, y cuando se ha completado la implantación. Es por ello que se denomina desarrollo pre embrionario las primeras etapas del proceso reproductivo.
Este irrefutable conocimiento de la ciencia médica es extremadamente importante, primero, porque se ha determinado que existe una pérdida espontánea de un 50% a 60% de los huevos fecundados antes de la nidación, los cuales no pueden ser considerados como abortos de acuerdo a la definición adoptada en la entrega anterior, y segundo, porque pone en evidencia que la defensa del derecho a la vida en abstracto, anclada en el inicio de la concepción, como plantean las religiones, es técnicamente insostenible.