Los defensores de la penalización absoluta del aborto presentan diferentes argumentos falaces para avanzar su causa de obligar a todas las mujeres, en todas las circunstancias, a proseguir y concluir con el embarazo. He aquí cuatro mentiras.
Mentira 1: la vida comienza en la concepción, por lo cual, todo aborto es un crimen a menos que ocurra de manera natural. Este argumento descarta que existen condiciones cuando es necesario médicamente terminar un embarazo, o cuando la mujer, por situaciones adversas, como el caso de una violación, debe tener la opción de decidir. ¡Sí!, de decidir, no que le impongan por ley mantener un embarazo.
Obligar un embarazo fruto de un crimen es castigar doblemente a la mujer. Mandarla a la cárcel por un aborto en esas circunstancias es triple crimen. Si la mujer violada desea mantener su embarazo, debe ser por su elección, no por obligación. ¡Es lo justo ante la tragedia!
Como tantas personas hablan a nombre de Dios, sin Dios haber dicho nada al respecto, es una mentira propagar que las mujeres están obligadas a llevar a término todo embarazo.
Mentira 2: dicen los opositores de las tres causales que, si se aprueba la despenalización en casos de riesgo de vida para la madre, violación o incesto, y cuando la vida del feto es inviable, habrá una carnicería humana en la República Dominicana. Las dominicanas, según este argumento, no están preparadas para tal legislación. Parece que las consideran muy estúpidas o putas.
La penalización absoluta del aborto no ha servido en ningún país para disminuir los embarazos ni para reducir los abortos. Proponer la penalización absoluta refleja ignorancia, hipocresía o perversidad
Ojo: este cuco es falso. En los países donde el aborto está despenalizado en las primeras 12 o 14 semanas (no solo por causales), tiende a bajar el número de abortos que se realizan. La razón es sencilla: en esos países se ofrece más información y acceso a los anticonceptivos, y se confía en que las mujeres sabrán mejor cómo evitar un embarazo no deseado.
Ojo doble: los mismos que se aponen a las tres causales, se oponen a la educación sexual en las escuelas; con lo cual, contribuyen a que aumente el número de embarazos no deseados por falta de información, y, por ende, a más abortos. Los padres son malos educadores sexuales porque con frecuencia no quieren hablar del tema con los hijos.
Mentira 3: propagan los opositores de las tres causales que quienes demandan que se incluyan en el Código Penal lo hacen con agenda y financiamiento internacional. Pues resulta que el movimiento a favor de las tres causales tiene pocos fondos.
Quienes tienen muchos fondos para impulsar su agenda son las iglesias, principales abanderadas del movimiento contra las tres causales. Reciben inmenso financiamiento del Estado Dominicano a través de la construcción de iglesias, donaciones de terrenos públicos, y la asignación de recursos para las instituciones educativas y sociales que dirigen. También reciben financiamiento del empresariado, de los feligreses, y de organizaciones religiosas internacionales.
Mentira 4: los opositores de las tres causales saben que en la República Dominicana se realizan muchos abortos a pesar de la penalización absoluta, pero insisten en que se mantenga la prohibición total dizque para evitarlos. ¡Una farsa! En los abortos ilegales hay gran inseguridad para las mujeres y un inmenso riesgo para su salud.
La penalización absoluta del aborto no ha servido en ningún país para disminuir los embarazos ni para reducir los abortos. Proponer la penalización absoluta refleja ignorancia, hipocresía o perversidad.
Legisladores, decídanse ya a aprobar el Código Penal con las tres causales. Es su deber legislar por derechos para toda la sociedad.
Artículo publicado en el periódico HOY