<<A los diecisiete años aprendí una lección que nunca olvidaré. Un día el director del instituto entró en clase con una inmensa hoja de papel en blanco, un metro por un metro que tenía un pequeño punto negro en una esquina. La extendió ante nuestros ojos y preguntó:

– Muchachos, ¿Qué veis?

Todos gritamos ansiosos: ¡Un punto negro!

– Ninguno de vosotros- dijo con tristeza, ha sido capaz de ver esta hoja en blanco>>.

Esta cita es parte de una entrevista que Newsweek hizo a Kofi Annan quien enfatizó que la lección del punto negro le sirvió como doctrina de vida, basada en objetividad y erradicación de absolutismos. Con esos criterios llegó a Secretario General de la ONU y a Premio Nóbel de la Paz.

Veo y valoro positivamente la inmensa hoja blanca del reciente discurso de Abinader, cuyo análisis endoso. No obstante, debo señalar el punto negro del discurso: Abinader no mencionó el fatídico nombre de Odebrecht. Planteamientos sobre corrupción, impunidad, y soberanía, están incompletos no mencionando a Odebrecht. Una reseña del magnicidio nazi no sería exhaustiva sin describir el  campo de exterminio de Auschwitz.

Danilo Medina tampoco mencionó a Odebrecht en su Discurso de Rendición de Cuentas. Anteriormente resalté ese imperdonable, injustificable  pecado de omisión de Danilo, que sí podría  tener explicación. Danilo, conjuntamente con Odebrecht, engendró el proyecto más repudiado: Punta Catalina .No mencionándolo, pretendería distanciarse de ese fracaso.

Sintetizamos el gobierno de Danilo en una lóbrega hoja de papel negro, con un punto blanco en una esquina,  representando la parte no corrupta del plan de construcción de aulas, la alimentación de tanda extendida y el estímulo a MIPYMES. Escrito objetivamente, sin absolutismos.

Los estigmas que convierten a Odebrecht y Catalina en parte de una hoja de papel negro, se describieron anteriormente. Las encuestas fueron un plebiscito de la opinión ciudadana expresando su convicción sobre graves irregularidades: adjudicación del contrato EPC a Odebrecht sin  competidor real, sobrevaluación del costo y anomalías jurídicas negociando un entreguista contrato de precio abierto, que permite que Odebrecht exija sobrecostos de 708 Millones en  arbitraje. Danilo no canceló contratos a Odebrecht; tampoco reclamó compensaciones  por retrasos, ni por daños y perjuicios .Ese Memorial de Agravios  justifica la ineludible obligación de mencionar y acusar a Odebrecht, al abordar la corrupción e impunidad. Debemos estar atentos al fundamento de las acusaciones que la PGR formulará en Junio.

Indigna la componenda de Odebrecht y funcionarios del Estado brasileño para vulnerar nuestra soberanía, pagando a estrategas que, con malas artes, manipularon votaciones, contraviniendo la prerrogativa básica del soberano: el derecho a elegir libremente y ser elegido. Odebrecht, adelantado de la conquista, identificó  potenciales negocios y  junto a sus contactos gubernamentales de Brasil, estructuró un mecanismo intervencionista para implementar una anti-histórica  doctrina ad-hoc de política exterior neo-imperialista, encarnada en la consigna: “América para los Brasileños”. La empresa multinacional logró dominio  multiestatal imponiendo presidentes tercermundistas.

No planteo agendas a terceros, mucho menos a líderes políticos.  Respetuosamente procuro armonizar, conciliar pareceres, no polemizar con políticos .No participo en luchas partidarias. Me honro siendo ciudadano independiente, no partidarista, uno de tantos de  cientos de miles firmantes del Libro Verde. Pertenezco al grupo, siempre creciente, que reúne el mayor número de electores, constituido por el 58% de la ciudadanía que, según últimas encuestas es independiente, no simpatizante de ningún partido. Soy “sinpartido”, pero no indiferente. Tomo partido a favor del rescate de la democracia, que sólo será posible con la unidad de todos los sectores sociales, excluyendo los culpables de haber secuestrado nuestra endeble democracia para provecho propio. En su momento Bonaparte señaló: “La revolución puede hacerse con el ejército o sin el ejército, no contra el ejército”. Aquí y ahora decimos: “El rescate de la democracia puede lograrse con los partidos o sin los partidos, no contra los partidos”. Las elecciones del 2020 serán ganadas con la sumatoria unificada de las calificadas fuerzas de la ciudadanía independiente y las de los partidos, en armonioso equilibrio estable, sin que la primera se supedite a los segundos, ni viceversa. Los partidos son el mecanismo tradicional de participación electoral; la ciudadanía representa al  soberano, a quien hay que rendir cuenta. ! Los independientes a favor de la democracia somos muchos!!Actuemos unitariamente!